Iglesia
de Santa María de Lebeña, Cantabria
Introducción
histórica
La iglesia de
Santa María de Lebeña (Cantabria) es uno de
los templos más importantes e interesantes de la arquitectura
cristiana altomedieval. Se encuentra en la hermosa comarca de la
Liébana cántabra, a unos nueve kilómetros de
la capital, Potes.
Su
visita, además de necesaria para los amantes del arte medieval
por su importancia histórica y artística, es muy recomendable
para todo tipo de turistas, puesto que se encuentra rodeada por
un paisaje maravilloso, a la entrada del Desfiladero de la Hermida,
rodeado de inmensas montañas blancas que contrastan con el
verdor que rodea al monumento.
Según el Cartulario del cercano Monasterio de Santo Toribio
de Liébana, Lebeña fue una iglesia fundada por los
condes de Liébana, Alfonso y Justa, en la tercera década
del siglo X, en una fecha próxima al año 924, lo que
supone un momento ligeramente más tardío que otros
edificios relacionados como Escalada, Wamba y Mazote.
Es una iglesia
paradigmática del estilo llamado "mozárabe"
o "de repoblación" pues en ella se dan las tres
influencias que definen este arte: asturiana, visigoda y musulmana.
Su construcción
se realizó a base de mampostería, reservando únicamente
los sillares para las esquinas. Sus dimensiones son modestas: 19
metros de longitud por 12 de ancho. Su orientación canónica,
con la cabecera orienta hacia el este.
Consta de iglesia
de tres naves, pórtico lateral meridional y torre campanario.
Pero analizando con detenimiento vemos que el cuerpo de las naves
viene a ser casi un cuadrado con un total de nueve espacios abovedados,
unido a una cabecera tripartita de tres ábsides planos, siendo
ligeramente más profundo el central.
Influencia
visigoda
Su conexión
con el arte visigodo, se materializa por la compartimentación
de los espacios y que la citada planta se puede considerar similar
a otras iglesias visigodas de nuestra geografía.
En efecto, si
se abstrae la parte occidental, nos encontramos con un trazado de
planta similar a la visigoda, ya que es un cruz inscrita en un cuadrado.
Influencia asturiana
La influencia
asturiana se aprecia en su cabecera tripartita de testero recto
y una contracabecera del mismo tipo, formada por un tramo abierto
a la iglesia y dos cámaras laterales, cuya función
se desconoce.
Otra posible
relación con la arquitectura asturiana de los siglos anteriores
es que la nave central se aboveda con bóveda de medio cañón
construida en la dirección del eje principal de la iglesia:
este-oeste, mientras que en las naves laterales las bóvedas
están dispuestas en dirección norte-sur. Esto permitió
que, a pesar de la gran altura de los ejes longitudinales centrales,
las bóvedas de las naves laterales, sirvan de contrarresto.
Esto presupone
una iglesia formada por multitud de tramos abovedados con medio
cañón con el eje longitudinal este-oeste más
elevado que las naves laterales y cuya bóveda se contrarresta
gracias a que, igual que en Valdediós y Lillo, las laterales
se colocan en dirección perpendicular.
Este complejo
sistema de abovedamiento exige soportes muy fuertes, que se disponen
por todo el templo. Dichos soportes son pilares de sección
cuadrada con cuatro columnas adosadas, que soportan arcos de herradura
poco cerrada (como en los templos visigodos). Se puede considerar
que este sistema se anticipa con más de un siglo lo que después
será el pilar con columnas románico.
La diferencia
en altura de las bóvedas obliga a que dichas columnas adosadas
tengan también distintas alturas para recoger convenientemente
los salmeres de las roscas.
Dichos capiteles
están bien realizados, aunque son algo más rudos que
en otras iglesias de la época. Como es preceptivo, cuentas
con varios órdenes de hojas, inspirándose en el capitel
corintio, mostrando más fidelidad al modelo grecorromano
que los visigodos.
Interesa también
el frontal del altar y los relieves que presenta, como la una esvástica
curva, ligada a la cultura irlandesa como símbolo solar.
También hay cuatro círculos, con fórmulas geometrizadas
irlandesas y flores de cuatro pétalos, de inspiración
visigoda.
Exteriormente
se aprecia el juego de volúmenes originado por la gran altura
de la nave central en contraste con las naves laterales, mucho más
bajas. En el exterior también se ven otros añadidos
medievales.
Influencia andalusí
Aspecto muy interesante que no debemos dejar de observar
del exterior de Santa María de Lebeña son los modillones
de rollos que soportan las losas de los aleros. Aunque proceden
lejanamente de la arquitectura romana, es de la Córdoba emiral
y califal desde donde se exporta a otros lugares.
Basilio Pavón Maldonado explica así el
origen y las características de estos soportes en el contexto
de la arquitectura hispanomusulmana: