Guía
monumental medieval y renacentista (arte e historia) de Úbeda,
Jaén
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Úbeda |
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Jaén |
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La
Loma y las Villas |
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32.000 |
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757 |
Introducción a la guía de arte medieval
y renacentista (monumentos y rutas) de Úbeda, Jaén.
Como
es sabido, tanto Úbeda como Baeza -verdaderas ciudades hermanadas-
alcanzaron la calificación de "Patrimonio de la Humanidad"
por la UNESCO el 3 de julio de 2003 y en ello jugó un papel
singularmente importante sus innumerables, iglesias, conventos,
palacios, plazas y fuentes de estilo renacentista.
La Úbeda medieval
Ú beda sobresale por su impresionante patrimonio
renacentista. Sin embargo, y como ocurre con Baeza, el repertorio
monumental de Ú beda también está formado por algunos interesantes
edificios medievales que normalmente pasan bastante desapercibidos
ante el lujo del arte andaluz del siglo XVI.
En este primer
apartado de la guía de Úbeda dedicado a la Edad Media
nos centraremos en los restos de la muralla medieval, las iglesias
de San Pedro, San Pablo, Santa María de los Reales Alcázares, San
Nicolás de Bari y los restos del claustro del Real Monasterio
de Santa Clara, además de la Sinagoga del Agua.
Las murallas
Documentado su carácter inexpugnable
ya desde época medieval por cronistas y viajeros, la muralla
de Úbeda, declarada Monumento Histórico desde 1985,
remontaría sus orígenes al siglo X al constituir el
primitivo burgo islámico ubetense con su alcázar a
la cabeza un bastión estratégico en la defensa del
califato cordobés.
Referenciada también como punto clave durante
la Batalla de Las Navas de Tolosa, tras la conquista cristiana de
Úbeda las murallas fueron mandadas reforzar por monarcas
como Fernando III, Alfonso X o Sancho IV dada la proximidad aún
del enemigo musulmán.
Tras la caída definitiva de Granada a manos
de los Reyes Católicos, la cerca ubetense perdería
totalmente su función defensiva, siendo en parte desmantelada
en el contexto del plan de reordenación urbana mediante el
cual el alcázar fue demolido y la mezquita mayor convertida
en basílica cristiana.
Con posterioridad, entre los siglos XVI y XIX, lo que
quedaría del obsoleto recinto fue poco a poco siendo engullido
por la expansión habitacional de la ciudad cuando no utilizado
como cantera para nuevas viviendas anejas, perdiéndose en
1876 la más importante de sus puertas: la Puerta de Toledo,
bajo la cual Carlos V juró los fueros ubetenses.
Tras su distinción como Monumento Histórico
en los años ochenta del XX y enmarcado dentro del proyecto
de recuperación del viejo recinto medieval, la vieja muralla
ha ido paulatinamente recuperándose y siendo puesta en valor.
Contaba el cerco defensivo con dos recintos; uno limitado
solo al cerro del alcázar y un segundo que abrazaba al pequeño
núcleo urbano surgido a su amparo, ocupando un área
aproximada de cuarenta hectáreas.
De las trece puertas y postigos con que llegó
a contar (cuatro de ellas pertenecientes al alcázar), han
llegado a nuestros días en relativo buen estado tres de ellas:
la Puerta del Losal o de Valencia, de doble arco de herradura enmarcado
en alfiz; la reconstruida Puerta de Santa Lucia o de Quesada; y
la Puerta de Granada, al sur de la ciudad y que domina amplísimas
panorámicas con Sierra Mágina como telón de
fondo. Otras puertas menores como la llamada del Baño han
ido poco a poco apareciendo en diversas intervenciones urbanísticas
contemporáneas.
De las nada menos que 38 torres con que contó
en origen el recinto amurallado según las crónicas,
la mayoría se han perdido o han llegado a nuestros días
muy fragmentadas. Las más conocidas son la de Arcas, torre
albarrana de planta octogonal y remates matacanados; y la Torre
del Reloj, situada en la bulliciosa Plaza de Andalucía y
rematada por un templete-campanario renacentista.
Iglesia
de San Pedro
La
iglesia de San Pedro de Úbeda tiene el privilegio de ser
una de las más antiguas de la población. Parece ser
que fue la tercera en ser construida, probablemente sobre el solar
de una mezquita anterior.
De este origen
que se puede establecer en el siglo XIII es su ábside de
tradición románica de forma de semitambor, con fábrica
de sillería. La división mural se lleva a cabo mediante
contrafuertes escarpados y en medio nos sorprende una serie de ventanales
mudéjares de arco agudo y angrelado sobre finas columnillas.
El resto de
la iglesia es de construcción muy posterior.
Úbeda.
San Pablo.
La
iglesia de San Pablo se levantó originalmente en el siglo
XIII. Fue casi completamente destruida en la guerra de Pedro I y
Enrique de Trastamara en el año 1368 y vuelta a construir
posteriormente en estilo gótico, con adiciones y reformas
seculares.
Aunque pasan
desapercibidos por la magnificencia del edificio, los canecillos
historiados de su cabecera son buenos ejemplos de la pervivencia
de la tradición románica en estos edificios jienenses.
Quizás
se reaprovecharon de la antigua iglesia cuando se reconstruyó
el ábside a finales del siglo XIV.
La portada
occidental o "Puerta de los Carpinteros" también
es la del edificio primitivo del siglo XIII. Es básicamente
de una bella puerta de un gótico muy primitivo con recuerdos
de la tradición románica anterior.
También
es destacable la magnífica portada meridional de estilo gótico
isabelino, fechada en 1511, que muestra amplias y abocinadas arquivoltas
agudas terminadas rematadas en conopio.
El tímpano
lleva una estatua de la coronación de la Virgen sostenido
por parteluz.
La fachada
presenta una exquisita terminación gracias a sus remates
exteriores, altos pináculos en los flancos y balconada festoneada.
El interior es atractivo por su intenso
sabor medieval. Son tres sus naves, separadas por pilares cuadrados
con gruesas semicolumnas adosadas a sus cuatro caras.
Los capiteles tienes relieves vegetales,
mayoritariamente de cogollos y crochets, aunque también aparecen
cabezas humanas entre los vegetales, incluso alguna máscara
tipo "green man".
Los arcos son apuntados. La cabecera es
atractiva al disponer de un ábside de muy cuidada bóveda de crucería
y tres ventanas cerradas con tracerías góticas.
Santa
María de los Reales Alcázares
La iglesia
de Santa María de los Reales Alcázares es considerada
el tercer templo jiennense en importancia de la provincia de Jaén
tras las catedrales de Baeza y Jaén.
Se ubica cerca
de lo que era la muralla y sobre el solar de la mezquita aljama
ubetense que fue cristianizada por el monarca Fernando III tras
la conquista de la ciudad en 1233.
En 1259, la
iglesia alcanza categoría de colegiata aunque con el tiempo
-1852- pasaría a ser iglesia parroquial. En la actualidad
ostenta la categoría de basílica.
Recientes trabajos
arqueológicos confirman que la extensión del actual
templo católico es similar a la del citado oratorio almohade.
Todo apunta que como era habitual en los tiempos de reconquista
la mezquita cristianizada sirviera durante muchas décadas
para el culto de los castellanos con escasas reformas, todo lo más,
la construcción de un altar y algunas dependencias para los
canónigos.
Según algunos autores sería
a finales del siglo XIV, (1396) cuando se modifica el alzado de
la mezquita y se elevan arcos apuntados y demás estructura
-con un más que probable cerramiento con techumbre de madera-
al modo gótico imperante en ese momento.
Pero la relevancia
del templo atrajo multitud de donaciones y privilegios lo que redundó
en continuas ampliaciones y renovaciones. Como consecuencia de ello,
Santa María de los Reales Alcázares es un amplio y
complejo edificio que acumula sucesivas partes y añadidos
de los siglos XIV al XIX, incluso con controvertidas reformas del
siglo XX.
El corazón
de la construcción en un edificio gótico de cinco
naves, siendo las dos extremas más estrechas, separadas por
arcos apuntado sobre pilares de sección cuadrada. Dichas
naves laterales se abren a capillas mayoritariamente tardogóticas
y renacentistas.
El claustro
también es gótico con vanos apuntados sobre pilares
y bóvedas de crucería con terceletes. Hay que fijarse
en las ménsulas figuradas que soportan los arcos, algunas
con relieves de escenas bastante procaces pero con sentido moralizador.
Real
Monasterio de Santa Clara de Úbeda
Es el más
antiguo convento de Úbeda (franciscano). Fue fundado en 1290
y en el edificio se observan distintos estilos constructivos.
Se organiza
en torno a dos claustros. Nos interesa el más pequeño
de impronta mudéjar y con una preciosa portada donde se combina
lo románico, lo gótico y lo mudéjar.
Nos referimos
a la llamada "Puerta del Compás" que tiene tres
arquivoltas apuntadas, la interior angrelada y la exterior con forma
de dientes de sierra, con guardapolvos de puntas de diamante, manera
empleada en el tardorrománico más norteño.
Los apoyos son jambas y cuatro columnillas con capiteles historiados.
Iglesia
de San Nicolás de Bari
La iglesia
de San Nicolás de Bari de Úbeda es un magnífico
templo gótico de la segunda mitad del siglo XIV, aunque con
infinidad de reformas renacentistas. Al levantarse extramuros -Situada
al norte del casco urbano- y fuera de los principales circuitos
turísticos hacen de ella una de las iglesias ubetenses menos conocidas.
Fue probablemente erigida hacia el tercer
cuarto del siglo XIV, siendo posteriormente sometida a obras de
remodelación en los siglos XV y XVI coincidiendo con el momento
de mayor esplendor y bonanza económica de la ciudad.
Dispone de planta de tres naves separadas
por arcos apuntados apoyados sobre pilares compuestos en los que
descansan sus elegantes bóvedas de crucería nervadas.
La cabecera, de planta poligonal, es la parte más antigua
del templo. Abiertas a las naves laterales, cuenta con varias capillas
adosadas durante La decimoquinta y decimosexta centuria, entre las
que cabe ser destacada la del Dean Ortega, protegida por una excelente
reja de forja de la escuela toledana obra de Juan Álvarez
de Molina.
Los elementos más interesantes del templo son
sus dos portadas, a través de las cuales, se aprecia perfectamente
esa evolución de los últimos retazos del gótico
final hacia un lenguaje ya plenamente clasicista.
La portada meridional, encargada por el Obispo Alonso
Suárez en 1509, exhibe un refinado estilo gótico flamígero
configurado a base de arquivoltas apupntadas y abocinadas entre
pináculos y decoración de crestería. La occidental
sin embargo, mandada realizar tan solo medio siglo después
(1564) a Pedro de Gorostiaga siguiendo planos de Andrés de
Vandelvira, responde a un modelo ya plenamente renacentista.
La torre, erigida en el ángulo suroccidental
del templo, fue una de las más elevadas de Úbeda,
sin embargo, tras quedar seriamente dañada tras el terremoto
de 1755, fue rebajada a su actual altura en 1832.
La Sinagoga del Agua
Este monumento es el más reciente descubrimiento
de la ciudad histórica de Úbeda, pues salió
a la luz de casualidad cuando se estaba acometiendo el derribo de
unas casas, y su restauración se acometió entre los
años 2007 y 2010.
Nos encontramos ante un edificio
de gran valor, dado que tan sólo se han conservado unos pocos
edificios de esta tipología en la Península Ibérica,
y cuyo origen además, sería muy antiguo, pues al parecer
la construcción es anterior al siglo XIV.
Se sitúa en pleno centro
histórico, pero no en el barrio judío, que en Úbeda
nunca llegó a existir, sino en un barrió que debió
de gozar de cierta riqueza, y en donde los judíos vivían
mezclados con el resto de habitantes. En su interior se pueden diferenciar
seis estancias. De todas ellas destaca el Mikve, en donde se realizaban
los baños de purificación.
Otros
Restos medievales de Úbeda.
Por último
citaremos que en la iglesia de Santo Domingo quedan una serie de
canecillos que nos remiten a un primitivo origen, probablemente
del siglo XIII.
De fecha posterior
es la iglesia de San Isidoro con dos buenas portadas tardogóticas.
La Úbeda Renacentista
Como ya indicamos al comienzo de este
artículos, acometer una guía monumental de Úbeda
es imposible sin centrarse en su arquitectura renacentista.
La ciudad creció al abrigo de Francisco
de los Cobos y Molina (ca. 1477-1547), secretario y hombre de confianza
de Carlos I. Gracias a él, muchos nobles instalaron a su
alrededor su residencia, dando lugar a una serie de palacios de
desigual factura, a los que acompañan otros importantes innumerables
como iglesias, conventos, plazas y fuentes de este estilo.
Plaza de Vázquez de Molina
Esta plaza se encuentra ubicada en el
sur de la ciudad. Esta zona fue el centro de los núcleos
poblacionales íberos, visigodos y musulmanes, siendo bajo
el dominio de estos últimos cuando la plaza comenzará
a configurarse como un solar vacío entre el zoco, ubicado
en la actual plaza del Primero de Mayo, y el alcázar.
La formación de la plaza renacentista
comenzó en el año 1507, cuando la reina Juana decidió
demoler la muralla del Alcázar como medida defensiva ante
las cruentas luchas de los linajes nobiliarios. A partir de este
momento todo este lugar se parceló para ponerlo a la venta,
configurando el espacio público a partir de 1536, cuando
Francisco de los Cobos comenzó a construir la capilla de
El Salvador.
A mediados de siglo el deán Ortega
(ca. 1490- decidió levantar una residencia en su ciudad natal,
a los pies de la capilla de El Salvador, de forma que a mediados
de siglo ya se encontraban conformados los costados este y norte
de la plaza. Al mismo tiempo que el deán Ortega construía
su residencia, Juan Vázquez de Molina (ca. 1500-1570) decidió
edificar allí también un palacio, configurándose
todo este espacio como un lugar noble, lo que lo diferenciaba del
resto de plazas de la ciudad. Fueron muchos los acontecimientos
que se celebraron en este espacio, que tenía un marcado carácter
simbólico.
Su cercanía a la plaza del Mercado
hizo que la actividad comercial se expandiera a este lugar, pues
la creciente población de Úbeda en el siglo XVI hizo
que, desde fechas tempranas, aquel lugar se quedara pequeño.
Sacra Capilla de
El Salvador
La Capilla de El Salvador fue mandada
construir por Francisco de los Cobos y su mujer, María de
Mendoza y Sarmiento (ca. 1508-1587) como panteón familiar,
y con el deseo de que este ámbito funerario otorgase fama
a su linaje. Su origen se remonta al año 1525, cuando compró
el solar.
En 1534 adquirió otras fincas colindantes,
y dos años más tarde contactó con Diego de
Siloé, que realizó las trazas de la obra. La ejecución
de la obra corrió a cargo de Andrés de Vandelvira
y Alonso Ruiz, hasta 1540, cuando el primero se quedó como
único maestro de obras, siguiendo en todo momento el diseño
de Siloe.
La iglesia tiene una sola nave, con capillas
laterales, y un ábside de planta centralizada, recogiendo
todo el sentido funerario que tiene esta estructura. Esta misma
combinación de planta basilical con centralizada es la que
Siloe proyectó para la catedral de Granada que en origen
estaba destinada a ser el Panteón el Real.
La iconografía del edificio es
muy compleja, y hace alusión a la muerte y el honor entremezclando
elementos del Antiguo y del Nuevo testamento con símbolos
iconográficos paganos, todo ello con un marcado carácter
humanista.
En su interior, se ubicaba un impresionante
retablo barroco realizado por Alonso Berruguete, con el tema de
la transfiguración de Cristo y que se destruyó en
la Guerra Civil, habiéndose conservado tan sólo la
figura de Cristo. La obra que puede verse en la actualidad es una
reconstrucción.
También destaca la sacristía,
ejecutada por Esteban Jamete siguiendo el diseño de Vandelvira.
Su riquísima decoración escultórica que la
ha llevado a ser considerada una de las obras maestras del renacimiento
español.
En la puerta de acceso en esquina Vandelvira
lleva a la estereotomía hasta sus máximas consecuencias.
Palacio del Deán
Ortega
Aunque no se tiene constancia de la fecha exacta de su construcción,
las obras de este edificio ya debían de estar en marcha en
la década de los 50 del siglo XVI, por lo que sus trazas
debieron de darse en la década anterior, y seguramente fueron
obra de Andrés de Vandelvira, el genial arquitecto renacentista
tan ligado a las ciudades de Úbeda y de Baeza, aunque también
intervino en su construcción el arquitecto real Luis de Vega.
Fue mandada construir por don Francisco
Ortega Salido, deán de la catedral de Málaga. Se trata
de una construcción de planta rectangular que se ordena en
torno a un patio con dos pisos, rodeado en sus cuatro pandas por
galerías porticadas de medio punto.
En su exterior destacan las dos fachas
principales, que se abren hacia la Sacra Capilla de El Salvador,
de la que don Francisco era capellán. En la actualidad el
edificio se ha convertido en Parador de Turismo.
Palacio del Marqués
de Mancera
Este palacio también se conoce
como la Torre del Tesorero. No se conoce la fecha exacta de su construcción,
pero sin duda debió acometerse en las dos últimas
décadas del siglo XVI.
Su edificación fue financiada por
los hermanos Lope Molina Valenzuela y Hernando de Herrera, canónigos
de la Colegiata de Santa María, pero al poco tiempo lo compró
don Pedro Álvarez de Toledo y Leiva (1585-1654), primer marqués
de Mancera y virrey de Perú (1639-1648), de donde ha derivado
el nombre con el que se le conoce en la actualidad.
El edificio se articula en torno a un
patio de dos plantas adinteladas con columnas sobre zapatas alcarreñas
y balaustres de madera, lo que se aleja del modelo de otros edificios
de la ciudad, con arcadas de medio punto y columnas de mármol.
La fachada del exterior es de formas sencillas, y tan sólo
una cornisa sirve de separación a los dos pisos, en el segundo
de los cuáles se abren sencillas ventanas. La portada sigue
el modelo de la del palacio Vela de los Cobos, realizada por Vandelvira.
La torre es el elemento en el que se concentra la mayor carga decorativa,
en donde pueden verse, en torno a las ventanas, diferentes motivos
religiosos y paganos.
Palacio de Vázquez
de Molina
Se trata de uno de los edificios civiles
de mayor importancia desde el punto de vista artístico de
todo el conjunto monumental de la ciudad.
Fue mandado construir por Juan Vázquez
de Molina, sobrino de Francisco de los Cobos, y que ocupó
el importante cargo de secretario de estado en la corte de Carlos
I. Su construcción se acometió entre 1546 y 1565,
siguiendo las trazas de Vandelvira.
Se trata de un edificio de planta cuadrangular,
estructurado en torno a un patio central, siguiendo el modelo de
los palacios italianos.
Andrés de Vandelvira se inspiró
a la hora de acometer su construcción en el "Modelo
de casa romana" que aparece en la edición del tratado
de Vitruvio editada por Fra Giocondo en el año 1511.
Su fachada exterior traduce los tres cuerpos
del interior, y en la que se superponen pilastras y soportes con
figuraciones humanas. En el interior se encuentra en la actualidad
el Ayuntamiento, el museo de Alfarería y, en su último
piso, el Archivo Histórico municipal.
Plaza del 1º
de Mayo
La plaza del 1º de Mayo fue antiguamente
la plaza del Mercado de la ciudad. A diferencia de la plaza de Vázquez
de Molina, este espacio nació como un lugar civil de encuentro
entre los ciudadanos.
Su origen parece situarse en época
musulmana, perviviendo durante los siglos del gótico, y revitalizándose
en el XVI. En este lugar además del mercado, se celebraban
los festejos y las corridas de toros, y en donde se instalaba el
patíbulo para impartir justicia.
En su entorno se ubicaron diferentes tiendas,
y llegó a haber hasta un prostíbulo, cuya existencia
se documenta hasta 1523. También se construyó aquí
las Casas Consistoriales, donde se reunía el Concejo de la
ciudad.
Las antiguas Casas
Consistoriales
Las obras de las Casas Consistoriales
comenzaron en 1501, habiéndose finalizado sesenta años
más tarde, aunque la fachada se construyó en el año
1609. Se trataba de un edificio abierto a dos espacios, por un lado
a la Plaza del Mercado y por el otro a la Plaza de Abajo, un lugar
que se creó a la vez que el edificio con una función
eminentemente simbólica, y que no se ha conservado.
La fachada que se abre a la plaza del
Mercado está formada por una arcada abierta en el piso inferior
con tres elegantes arcos sustentados sobre columnas corintias, y
una galería en el superior, formada por seis arcos de menor
luz. Todo ello crea un espacio emblemático que recuerda a
los palacios civiles que se estaban construyendo en Italia.
La fachada que se abría a la Plaza
de Arriba también contaba con una galería, pero ésta
se derribó en 1680 debido a las amenazas de ruina. No se
conoce el nombre del maestro que realizó las trazas del edificio,
aunque algunos autores han apuntado la posibilidad de que en las
obras participara el arquitecto Francisco del Castillo.
Palacio Vela de los Cobos
Este palacio fue la residencia de
don Francisco Vela de los Cobos (?-1569), regidor de la ciudad y
destacado miembro del linaje de los Cobos-Molina.
Su construcción siguió
las trazas de Andrés de Vandelvira, que firmó las
capitulaciones en el año 1561, y su ejecución corrió
a cargo del cantero Jorge Leal.
La fachada se articula en tres plantas,
en donde destaca la superior, donde puede verse una galería
de arcos corridos que se asoma a la calle, una característica
propia del renacimiento español, y que puede verse en otros
edificios como la fachada de la Universidad de Alcalá de
Henares, el palacio de los Carvajal Vargas en Trujillo, o en el
palacio de Monterrey de Salamanca.
De esta fachada también destacan
las ventanas en esquina, que Vandelvira ya había introducido
en el palacio del deán Ortega, y que igualmente es un elemento
que puede verse en muchos otros edificios del renacimiento hispano,
como el palacio de los Guzmanes en León, en el palacio de
los Ríos y Salcedo de Soria, y, sobre todo, en diversos palacios
de Trujillo y de la zona de Extremadura.
La portada se rodea de dos columnas
de orden corintio y, sobre la misma, en la primera planta se encuentra
el balcón principal, en donde pueden verse los elementos
heráldicos del linaje, sostenidos por dos guerreros que enmarcan
el vano.
Las ventanas de este primer piso
se rodean de pilastras jónicas sobre las cuáles se
asientan frontones con decoración de espejos.
El interior se encuentra muy modificado,
habiendo desaparecido el patio central que articulaba las diferentes
estancias del edificio. En la actualidad alberga un pequeño
museo de pintura y una biblioteca.
Palacio de los Condes de Guadiana
Situado entre la antigua parroquia de
San Pedro y la calle Real, el Palacio de los Condes de Guadiana,
así conocido por su pertenencia a dicho linaje desde 1711,
es una muestra más del esplendor económico que acaparó
Úbeda durante los siglos XVI y XVII. En la actualidad, convenientemente
adaptado, acoge entre sus muros un hotel de lujo.
Pese a su actual nombre, los primitivos propietarios
del palacio fueron los descendientes de Martín Alfonso de
Ortega; cuya dinastía familiar fue una de las más
poderosas de Úbeda. Así, los sucesivos señores
en varias etapas fueron mandando reconstruir el palacio, de manera
que, sobre la primitiva vivienda, Andrés de Ortega durante
la última década del siglo XVI encarga al discípulo
de Vandelvira Pedro del Cabo la construcción del núcleo
principal del palacio.
Poco después, en 1611 y tras adquirir unos solares
anejos con el fin de dar salida al palacio a la calle Real, Antonio
de Ortega y Porcel manda levantar la magnífica torre angular
que hoy en día es la auténtica seña de identidad
del Palacio de los Condes de Guadiana, los cuales, tras adquirirlo
a principios del siglo XVIII, mandaron tallar sus blasones familiares
en la fachada.
Dicha torre se estructura en cuatro cuerpos,
de los cuales, segundo y tercero se abren al exterior mediante una
ventana a cada lado sur y este, y sendos ventanales angulares en
cada piso con maineles de mármol, riquísimos entablamentos
y escudos resaltados por frontones. El último de los cuerpos,
sin embargo, se abre con la típica galería en corredor
claramente influida por la planteada por Vandelvira en el cercano
Palacio Vela de los Cobos.
Iglesia de Santo Domingo
La iglesia de Santo Domingo se levanta intramuros
al sur del primitivo núcleo ubetense, cerca de la Puerta
de Granada y de la Basílica de Nuestra Señora de los
Reales Alcázares. Sus orígenes (más legendarios
que realmente contrastados) se remontarían a la época
de Fernando III el Santo; aunque sí que es cierto que sobre
la fábrica gótico-mudéjar de finales del siglo
XV se aprecian restos que pudieron haber pertenecido a una iglesia-fortaleza
anterior.
La edificación actual presenta una única
nave tipo salón con capillas laterales hacia el lado sur
y una cabecera semicircular con bóveda nervada. Conserva
también la iglesia de Santo Domingo un artesonado mudéjar
de par y nudillo único en la ciudad.
De sus dos portadas, la orientada al sur y trazada
hacia 1525 está considerada una de las primeras manifestaciones
platerescas de Úbeda, mientras que la septentrional, fechada
ya hacia 1700 denota ya una mayor influencia barroca. La torre fue
reedificada en 1702.
Casa de las Torres
Situada frente a la recientemente rehabilitada
iglesia de San Lorenzo, el Palacio de los Dávalos, popularmente
conocido como Casa de las Torres, fue mandado edificar hacia 1520
por el Corregidos y caballero santiaguista Andrés Dávalos
de la Cueva sobre el solar en el que se asentaba la morada de su
antepasado Ruy López de Dávalos, Tercer Condestable
de Castilla entre 1400 y 1423.
Se trata de un magnífico ejemplo de alcázar
urbano en el que se conjugan a la perfección la solidez propia
de una fortaleza medieval con el refinamiento estético clasicista
que "explosionó" durante esa "Edad de Oro"
económica y cultural que fue para la ciudad de Úbeda
todo el siglo XVI.
Al exterior, el interés se concentra en su monumental
fachada plateresca, enmarcada en dos potentes torreones cúbicos
y estructurada tres calles verticales y otros tantos cuerpos en
altura.
En el primero de ellos se abre la portada de medio
punto dovelada con bustos laureados en sus enjutas. En el segundo,
separado por una bellísima cornisa ornamental, se despliega
un frontón semicircular que abraza el escudo de la familia
Dávalos sostenido por dos salvajes, abriéndose en
las calles laterales sendas ventanas abalaustradas coronadas por
frontones avenerados.
Para el último de los cuerpos se trazó
un segundo frontón -esta vez triangular- rodeado de un sinfín
de motivos decorativos en relieve típicamente clasicistas
como candelieri, grutescos, motivos heráldicos, zarcillos,
veneras, etcétera. Remata la fachada un alero en voladizo
enriquecido con originales ornamentos de crestería y un conjunto
de gárgolas.
Al interior, se articulan las estancias nobiliarias
y de servicio en torno a un gran patio central de dos pisos abiertos
mediante arcos de medio punto sobre finas columnas corintias de
mármol y medallones o "tondos" con bustos en las
enjutas. Se considera uno de los primeros patios renacentistas ubetenses
además de fuente de inspiración para otros como el
del propio Hospital de Santiago.
Iglesia de San Lorenzo
En origen, la iglesia de San Lorenzo debió
de ser de las más antiguas de la ciudad de Úbeda,
levantada en el siglo XIII adosada a los lienzos meridionales de
la muralla.
De esa época todavía conservas
restos románicos.
Sin embargo, el edificio medieval sufrió
importantes reformas a los largo de numerosos siglos XV, XVI, XVII
y XVIII. En el siglo XIX sufre un progresivo deterioro que es rematado
por los destrozos de la Guerra Civil Española, con lo que
queda en ruinas.
Afortunadamente la Fundación Huerta de
San Antonio se encuentra acometiendo en la actualidad una profunda
restauración del inmueble. De hecho, a pesar de la intervención,
se mantiene abierta al público.
Hospital de Santiago
Erigido en el ensanche norte de la ciudad
fuera del recinto amurallado, el Hospital de Santiago de Úbeda
es, junto con el de Tavera de Toledo, una de las obras cumbre de
la arquitectura asistencial del Renacimiento hispano.
Por ello, también se considera
a este complejo monumental una de las empresas más ambiciosas
y sobresalientes del célebre Andrés de Vandelvira,
quien trazó sus planos con la colaboración de su padre
Pedro por encargo del Obispo Diego de los Cobos. Las obras, tal
y como atestigua una cartela de su interior, concluirían
en 1575.
Llamado popularmente "El Escorial de Andalucía",
fue declarado Monumento Histórico Artístico en el
año 1917, cumpliendo en la actualidad y desde 1975 una nueva
función pública al ser sede de numerosos actos culturales,
conciertos, conferencias, exposiciones, etcétera.
Se trata de un inmueble de enormes proporciones marcado
por dos enormes torres prismáticas que delimitan su fachada
meridional, en la cual, destacada tan solo con la efigie de Santiago
dentro de una hornacina, se sitúa el ingreso principal al
complejo hospitalario.
Al interior, con una clara vocación práctica
y funcional, el espacio se estructura en torno a un gran patio central
de dos pisos conformado por elegantes arcos de medio punto sobre
columnas de mármol de Carrara. A cada uno de sus lados, fueron
concebidos otros dos patios menores inconclusos.
Desde la crujía oriental del patio se
accede a la escalera monumental que comunica con el nivel superior;
una escalera de tipo imperial manierista con una singular bóveda
"colgada" que parece evocar al arte hispanomusulmán
en lo arquitectónico, y que fue enriquecida con pinturas
murales que representan a reyes castellanos, padres de la Iglesia
y santas.
Por último, desde la panda norte y en
el propio eje que marca la fachada principal, se accede a la capilla-panteón
del Obispo De los Cobos; delimitada por una reja de triple puerta
también diseñada por el propio Vandelvira y materializada
por Juan Álvarez de Molina. Presenta la capilla una curiosísima
planta en forma de "H" con dos torres en el centro que
rivalizan en altura con las torres angulares de la fachada sur.
(Autores del texto del artículo
de ARTEGUIAS:
Víctor López Lorente, José
Manuel Tomé y David de la Garma)
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Palacio
de Juan Vázquez de Molina. Ayuntamiento de Úbeda |
Detalle
de la Puerta de los Carpinteros de la iglesia de San Pablo |
Puerta
mudéjar de la iglesia de Santa Clara |