Guía
monumental (arte e historia) de Arnedo, La Rioja
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Arnedo
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La
Rioja |
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Rioja
Alta |
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14.000 |
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496 |
Introducción
a la guía de arte (monumentos y rutas) de Arnedo, La Rioja
A orillas de
las limpias aguas del río Cidacos descansa, a modo
de bucólica postal, la hermosa población de Arnedo
ofrece un descanso para los sentidos, a apenas 48 kilómetros
de la capital riojana.
Simbiosis perfecta
entre modernidad y tradición, Arnedo ha sabido adaptarse
a los nuevos tiempos y convertirse en una próspera villa
sin perder un ápice del encanto medieval que la caracterizó
siglos atrás.
Hablar
de Arnedo es rememorar los orígenes romanos de la bella Arenetum
(así llamada por ubicarse sobre una vasta plataforma de arena),
es evocar su pasado musulman, cuando fue bastión de la poderosa
dinastía de los Banu Qasi, y es también admirar la
vida comercial de una ciudad cuyo crecimiento ha ido paralelo al
desarrollo de una notable industria del calzado, que comenzó
a gestarse en la zona hacia el siglo XI.
Y es que la
insigne historia de Arnedo no está exenta de anécdotas
dignas de ser evocadas, como la firma que aquí tuvo lugar,
en 1338, y que sirvió de alianza a los ejércitos de
Francia y de Castilla para invadir Inglaterra.
Iglesia
de Santo Tomás
Fabuloso templo
del siglo XVI, causante de admiración de propios y ajenos
por su belleza y originalidad constructiva.
Su portada resulta
espectacular, formada por arquivoltas notablemente apuntadas y elementos
geométricos diversos. Un curioso balcón enrejado preside
la entrada principal al templo. Ya en el interior se aprecia una
cubierta de bóveda estrellada, muestra insigne del gótico
tardío de la región.
A espaldas del
templo se eleva el cerro de San Miguel, de gran valor antropológico,
pues aquí se hallan las cuevas de los Cien Pilares, habitadas
por el hombre durante largos años y hoy utilizadas como bodegas.
Iglesia
de San Cosme y San Damián
Templo perteneciente
al gótico tardío, edificado entre los siglos XVI y
XVII, deja ver ciertas pinceladas renacentistas en su portada, formada
por columnas estriadas y con un frontón clásico coronando
la entrada.
El interior
alberga un valioso retablo barroco con remates de oro y alabastro.
Destaca también la talla de la Virgen de Vico, fechada en
el siglo XII.
Sin embargo,
el tesoro más admirado de este templo no es otro que los
bustos de los santos patronos de Arnedo, protagonistas del popular
"robo de los santos", un ancestral festejo que se viene
celebrando cada 27 de septiembre desde el siglo XVII, y que rememora
una antigua disputa entre navarros y arnedanos por la posesión
de las piezas.
Iglesia
de Santa Eulalia
Esta sencilla
iglesia, formada por una sola nave de sillares de piedra, es la
más antigua de las tres que se ubican en el casco histórico
de Arnedo. Sobresale en su silueta la torre anexa, de cinco cuerpos
de altura, si bien el último se añadió en el
último siglo, y está construido en ladrillo.
Es digno de
mención su retablo mayor, ejemplo del refinado estilo rococó
del siglo XVII. Destacan también los ornamentos de cobre
flamenco y los numerosos lienzos barrocos que recubren las paredes
del templo aportando una nota de distinción.
Palacio
del Arzobispo Argaiz
Esta notable
mansión renacentista del siglo XVII, antaño propiedad
del Don José Argáiz, arzobispo de Granada, aloja hoy
el Museo de Ciencias Naturales.
Se trata de
uno de los museos más visitados de la ciudad por la fascinante
colección de minerales y fósiles que expone, y que
dan buena cuenta del pasado lejano de Arnedo: los originales y reproducciones
de huesos y huellas de animales prehistóricos que una vez
habitaron el lugar son sin duda la joya de la exposición,
junto a una valiosa colección de objetos encontrados en los
yacimientos de Atapuerca.
En las inmediaciones
del museo se puede admirar otra hermosa mansión nobiliaria,
el conocido Palacio de la Baronesa, sede actual de la Casa del Arte.
Museo
del Calzado Callaghan
La evolución
de la industria del calzado en Arnedo, desde sus inicios en el siglo
XIX hasta la actualidad, queda reflejada en este interesante museo,
promovido por Callaghan, una de las marcas principales del calzado
local.
El museo, ubicado
en un hermoso palacete, da a conocer los antiguos procesos productivos
a pequeña escala, con las primeras alpargatas de yute, y
ofrece una visión general de los cambios en la moda del calzado
a lo largo de la historia. Aquí se guarda la patente original
del vulcanizado, creada por el químico arnedano Miralles.
Tras la visita
al museo, nada mejor que acercarse a la céntrica plaza de
Nuestra Señora de Vico, admirar la belleza de los edificios
que la jalonan, como el Ayuntamiento, con su porte moderno y elegante
y su singular balconada de madera, o la cercana Casa de Bobadilla,
muestra destacada de la arquitectura nobiliaria local. Para finalizar,
cualquiera de los locales de la zona ofrecerán un refrigerio,
siendo muy recomendables los deliciosos fardalejos, típico
postre de origen árabe.
Puerta
del Cinto
También
conocida como puerta de Nuestra Señora de las Nieves, este
es el primitivo acceso al casco antiguo de la ciudad, erigido en
el Medievo como parte de la antigua muralla que contorneaba Arnedo.
Se trata de
una gran puerta de remate apuntado, en una de cuyas dovelas puede
apreciarse la imagen de la Virgen de las Nieves que le ha dado el
sobrenombre.
Castillo
musulmán de Arnedo
En la parte
más elevada de la ciudad, sobre un cerro cuyas laderas se
tiñen de rojo cada atardecer, pueden verse los restos del
antiguo castillo árabe que antaño dominó la
región.
La fortaleza
fue construida en el siglo XI, en los tiempos de la dominación
musulmana, pero las constantes batallas y asaltos sufridos han provocado
que apenas hoy se conserven sus ruinas desvencijadas, si bien es
cierto que desde aquí se obtiene una vista privilegiada de
Arnedo y sus alrededores.
Monasterio
de Vico
Basta alejarse
apenas tres kilómetros de la ciudad de Arnedo para llegar
a un hermoso paraje a orillas del río Cidacos y admirar en
antiguo Monasterio de Vico, edificado en la frondosidad de un bosque
de pinos a mediados del siglo XV. De esta primitiva construcción
no se conserva nada. Los muros que hoy pueden verse datan de una
construcción posterior, del siglo XVI, y parte de la iglesia
original ha sido reformada y convertida en un museo de arte religioso
abierto al público.