Guía del Monasterio de Bellpuig de les
Avellanes, Lleida
Introducción a la Orden Premostratense
La
Orden Premostratense la fundó el alemán San Norberto
que, tras su conversión, se ordenó sacerdote al
que se le mandó evangelizar el norte de Francia. Posteriormente,
fundara un monasterio, eligiendo el Valle de Prémontré.
De este topónimo deriva la denominación de monjes
premostratenses, aunque en España fue más popular
llamarles mostenses.
La regla elegida para la nueva orden fue la
de San Agustín. A pesar de surgir en un momento donde casi
toda la Europa occidental vivía con pasión el monacato
benedictino, tanto el cluniacense como la emergente Orden del
Císter difería en ella en que los premostratenses
eran canónigos agustinianos (sacerdotes que compartían
la vida cenobítica en comunidad) con la función
de ejercer su labor religiosa y caritativa hacia los laicos de
ciudades y aldeas. Se trataba de monasterios con una vida en común
pero que ejercieron sobre todo en iglesias urbanas como las colegiatas.
La propagación de la orden fue rápida.
Los monasterios, los cuales en un principio fueron mixtos, contaban
con un abad, residiendo el poder de la Orden en el Capítulo
General.
A pesar del blanco de su hábito se dispuso
que sobre éste se portara una pelliza de lino para mayor
decencia de las funciones de la iglesia. La mayor parte de casas
premonstratenses se fundaron en Alemania y en Francia, sin embargo
no hubo reino, condado o principado europeo que no contara con
su presencia. En España llegaron a contarse más
de cuarenta abadías. Lo más importantes son el de
Santa María de Retuerta (Valladolid), Santa Cruz de la
Zarza (Palencia), Aguilar de Campoo (Palencia), San Cristóbal
de Ibeas (Burgos), Bellpuig de les avellanes (Lleida), Santa María
de La Vid (Burgos) y Brazacorta (Burgos).
Introducción histórica al Monasterio
de Bellpuig de les Avellanes
El Monasterio Premostratense de Bellpuig de les
Avellanes se encuentra en el municipio de Os de Balaguer,
en la comarca leridana de Noguera.
A pesar de que la morfología de este cenobio
ha cambiado sustancialmente desde sus comienzos, es importante
destacar que fue una de las fundaciones premostratenses con más
éxito de la España cristiana medieval.
La unión de dos comunidades de monjes fue
el origen de este cenobio. La primera y mas primitiva de ellas
estaba organizada alrededor del monje ermitaño, Joan d'Organyà,
en Villanova de les avellanes Este grupo de monjes ermitaños
fue constituido en comunidad en 1166 gracias al apoyo de condes
de Urgell, Ermengol VII y de su esposa Dolça de Foix. La
segunda de las comunidades, era una filial del monasterio de Casadieu
constituida en el mismo año la cual se encontraba bajo
la protección de Guillén d'Anglesola.
Posteriormente, Alfonso II, rey de la Corona de Aragón
acogió Bellpuig de las avellanes bajo su protección.
Con la desamortización de Mendizábal
de 1835 pasó a manos privadas. Uno de los muchos hechos
lamentables que sufrió nuestro patrimonio monumental también
se cebó en Bellpuig de les avellanes El banquero leridano
Agustí Santesmasses adquirió la propiedad del monasterio
y vendió a comienzos del siglo XX dos hermosos sepulcros
esculpidos de época gótica pertenecientes a los
citados Ermengol y Dolça más otros dos sarcófagos
que se hallaban en el interior de la iglesia. Tras numerosas compraventas
terminaron en poder de John D. Rockefeller y finalmente fueron
a parar al Museo Metropolitano de Nueva York, donde se exponen
en la actualidad.
En el año 1910 los Hermanos Maristas (Congregación
orientada a la educación) se instalaron el antiguo Monasterio
de Bellpuig de les avellanes y después de más de
un siglo continúan ocupándolo.
Mucho más recientemente, parte de las edificaciones
modernas del complejo se han convertido en un establecimiento
hostelero con su respectivo restaurante y hospedería.
Como veremos a continuación, de la Edad Media
-con mayores o menores transformaciones- se han conservado los
siguientes edificios o estancias:
Arquitectura medieval
La iglesia
La actual iglesia está construida en el siglo
XIV con estructuras y aspecto gótico. Realmente lo que
se conserva del templo medieval se reduce a sólo la cabecera,
el transepto y un tramo del cuerpo de naves, pues el resto, quedó
sin concluir.
La cabecera tiene cinco ábsides, el central
mucho más grande que los restantes. Éste tiene forma
poligonal (hemidecagonal) por lo que desde el exterior se ven
los cinco paños. Potentes contrafuertes articulan las aristas.
En los tres paños verticales centrales se construyeron
elegantes ventanales muy alargados de arcos apuntados que cobijan
vanos bíforos con tracería trilobulada y un óculo
pentalobulado. La cornisa, como todo el edificio se adorna con
arquillos góticos.
Los restantes cuatro ábsides laterales son
iguales entre sí, con planta cuadrada. En los muros rectos
orientales se abre un ventanal en cada uno similar -pero más
pequeño y sencillo- a los que hemos descrito para el central.
Conserva esta cabecera todavía las gárgolas
encastradas en sus cornisas. Los relieves de las mismas llevan
figuras de animales.
En el interior, los ábsides se comunican entre
sí por vanos apuntados. Los cinco, como era de esperar
tienen bóveda de crucería. Una capilla también
gótica se añadió al extremo del brazo norte
del transepto.
Puesto que el cuerpo de naves del templo monástico
quedo raquítico, la puerta de ingreso se encuentra en un
lugar poco habitual: el muro occidental del brazo norte del transepto.
Se llega a ella por una escalera que compensa la
diferencia de altura con el suelo circundante. Es un ejemplar
genuinamente gótico con arquivoltas apuntadas de finísimos
boceles que, emergen de una estructura columnaria donde los fustes
son muy delgados y los capiteles se decoran con hojas de vid,
escudos heráldicos del Condado de Urgell, leones, gallos
y cabezas humanas.
Claustro
El claustro, situado al sur de la iglesia, siempre
se ha considerado la parte conservada más antigua del monasterio
de Bellpuig de les avellanes Aunque insistentemente se data en
el siglo XII por la morfología de arcos y columnas, no
es desechable la posibilidad de que sea algo más tardío,
de inicios del siglo XIII. Es rectangular, siendo las pandas oeste
y este las más largas.
Los arcos son de medio punto con baquetón
y escocias además de guardapolvos de puntas de diamante
(más bien pequeñas pirámides). Los apoyos
son columnas pareadas con los fustes completamente cilíndricos.
Los capiteles son casi troncocónicos,
muy estilizados. Los de las pandas norte y este son completamente
lisos mientras que los de las pandas sur y oeste están
decorados con bajorrelieves esquemáticos de rosetas, plantas
picudas, flores de lis, animales (aves y leones), hombres. Los
cimacios se adornan con tres molduras: plana, bocel y pequeñas
pirámides.
Todavía en la actualidad se conserven puertas
románicas muy sencillas -con gran dovelaje- que abrían
a dependencias del antiguo monasterio.
Sala capitular
Se encuentra bastante modificada pero todavía
conserva buena parte de su estructura. Es de planta rectangular,
con cuatro columnas que dividen el espacio en nueve tramos con
bóvedas de crucería Los capiteles de las columnas,
siguiendo las fórmulas vista en el claustro, son cónicos
y completamente lisos, expresando una austeridad exacerbada que
supera a la de los propios monasterios cistercienses.
El desnivel que existía entre la antigua sala
capitular medieval y la moderna ha permitido aprovechar este espacio
para incluir un lapidario que puede verse a través de una
cristalera instalada en el suelo.
Refectorio
Otra de las dependencias medievales
que se conservan en Bellpuig de les avellanes es el refectorio
aunque muy transformado e inserto en la dependencias de la hospedería.