Guía del Real Monasterio de Poblet, Tarragona
Introducción
El
Real Monasterio de Santa María de Poblet es uno
de los mayores -en tamaño- monasterios cistercienses de
Europa. Pero por encima de esto, su importancia radica en la más
que notable conservación de su iglesia y, especialmente,
sus dependencias claustrales como, por ejemplo, el dormitorio
de monjes, del que luego nos ocuparemos. Por este motivo, fue
declarado en 1921 Monumento Histórico Artístico
de carácter nacional y más recientemente Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO en el año 1991.
También, a nivel religioso, Poblet ha alcanzado
el título de Basílica Menor concedido en 1963 por
el Papa Juan XXIII.

Actualmente sigue albergando una comunidad de monjes
por lo que algunas dependencias se pueden ver desde el claustro
pero no es posible entrar en ellas por ser espacio reservado para
la comunidad monacal como, por ejemplo, la Sala Capitular o la
Sala de Monjes.

Algunos apuntes históricos
Avanzada la Reconquista de lo que luego fue el territorio
de la Cataluña Nueva, Ramón Berenguer, conde de
Barcelona, llamó a los cistercienses de la abadía
de Fontfroide, con filiación en Clairvaux, para ayudar
en la repoblación de territorios próximos a la frontera
con los musulmanes. El lugar elegido fue un Poblet, donde se asentaba
una pequeña comunidad de cenobitas.
En 1150 los monjes del Císter se afincan en
este lugar comenzando a atraer a la nobleza catalana y a recibir
los favores reales y señoriales. Alfonso lI el Casto, rey
de Aragón, conde de Barcelona e hijo de Ramón Berenguer
IV, concede sus preferencias a Poblet al hacer del monasterio
el panteón real de la Corona de Aragón. Con Pedro
el Grande, el panteón pasó a radicar durante un
breve lapso de tiempo en el cercano monasterio cisterciense de
Santa María de Santes Creus para volver definitivamente
a Poblet con Pedro IV el Ceremonioso.

De Poblet provendrán los monjes de algunos
nuevos monasterios cistercienses fundados en la Corona de Aragón
como Santa María de Piedra (Actualmente en Zaragoza), Santa
María de Benifassà (provincia de Castellón)
y el Monasterio de Santa María la Real de Mallorca.
Como toda institución humana con siglos a
sus espaldas el monasterio de Poblet sufrió todo tipo de
vaivenes con momentos de gloria y también de tribulación
como la Peste Negra de mitad del siglo XIV, la guerra entre Aragón
y Castilla en tiempo de Pedro IV el Ceremonioso, con la subsiguiente
fortificación del recinto; el antipapado de Pedro de Luna;
las destructoras guerras de los siglos XIX y XX, etc.

A comienzos del siglo pasado se creó el Real
Patronato de Poblet, comenzando así su restauración
y en la actualidad se encuentra en un estado muy óptimo
de conservación. Administrativamente Poblet está
englobado en el municipio a Vimdodi, en la provincia de Tarragona.

Muralla
El monasterio tiene una gran muralla para ejercer
la vida en clausura de los monjes y para defenderlos de posibles
agresiones, tanto a ellos como a los restos mortales de los numerosos
reyes que fueron aquí sepultados.

Rodea la iglesia, el claustro, sus dependencias anejas
y otros edificios que componen el complejo monástico. La
puerta real, que es el acceso medieval al núcleo claustral
del cenobio, es una puerta de medio punto con grandes dovelas
abierta en dicha muralla flanqueada por dos espectaculares torres
poligonales con matacanes sobre ménsulas que recuerdan
a las Torres de Serrano de la muralla de Valencia o a la Puerta
de San Miguel de Morella (Castellón).

Iglesia
La iglesia del monasterio de Santa María de
Poblet fue iniciada en el año 1166 y antes de finalizar
el siglo XII estaba construida. Al haberse realizado en un lapso
de tiempo no demasiado amplio, el edificio muestra una acusada
homogeneidad.

La fachada occidental del templo abacial tiene un
nártex barroco. Tras él, aparece la auténtica
puerta original de la iglesia, de estructura totalmente románica,
compuesta por cinco arquivoltas de medio punto con baquetones
y escocias, gurdapolvos liso, tímpano, jambas y dos parejas
de columnas. Encima hay un gran rosetón.
Una vez en el interior apreciamos la amplitud con
la que fue edificada pues mide unos 85 metros de longitud, 21
metros de ancho y 28 metros de altura.

Su planta es de cruz latina mediante tres naves de
siete tramos, transepto acusado en planta en cuyos dos brazos
se abrió una capilla. La cabecera consta de capilla mayor
con bóveda de horno con nervios meridianos, rodeada por
una girola con cinco absidiolos radiales que son muy románicos
porque se articulan mediante arcos de medio punto y bóvedas
de cuarto de esfera y medio cañón.

La girola está formada por tramos trapezoidales
que se cubren, como es muy frecuente en la arquitectura medieval
europea, mediante pequeñas bóvedas de crucería
necesariamente irregulares con nervios baquetonados.

Originalmente, dicha capilla principal se comunicaba
con la girola mediante grandes arcos sobre columnas pero en la
actualidad dicha comunicación está tapada por un
muro y un magnífico retablo de alabastro del siglo XVI,
realizado por Damián Forment.

La nave central y la del transepto tienen bóvedas
de medio cañón apuntado con arcos fajones. Las laterales,
por su parte, cuentan con bóvedas de crucería en
las que los arcos son muy apuntados.

El crucero lleva una bóveda de crucería
simple y sobre él se construyó en época gótica
una torre campanario que simula un cimborrio sin serlo. Tiene
planta octogonal y grandes vanos apuntados con tracerías
caladas y gabletes.

La separación de las naves se ejecuta mediante
arcos formeros ligeramente apuntados sobre pilares de sección
de cruz griega con una semicolumna en cada cara con capiteles
mayoritariamente lisos. Las correspondientes a los arcos fajones
están truncadas antes de llegar al suelo, artificio muy
propio del Císter.
Encima de los formeros se abren sencillos ventanales
de derrame interior bajo arcos de descarga

Como se indicó anteriormente, el monasterio
de Poblet fue elegido como panteón real. Es por ello que
encontramos un espectacular doble monumento funerario entre el
crucero y ambos brazos del transepto.

Tienen forma de enormes sarcófagos con cubierta
angular a dos aguas. Todo ello se construyó sobre arcos
rebajados o escarzanos que permiten el paso inferior. También
hay sepulturas en la base de los pilares que tienen enfrente.

En total, éstos son los monarcas de la Corona
de Aragón enterrados aquí: Juana de Ampurias, hija
de Pedro IV el Ceremonioso, Jaime I el Conquistador con doble
estatua, Alfonso II el Casto, Martín el Humano, María
de Navarra y Eleonor de Portugal, esposas de Pedro III, Pedro
IV el Ceremonioso y Eleonor de Sicilia, Juan I el Cazador y su
esposa Violante de Bar, Marta de Armagnac, esposa de Juan I, Fernando
I de Antequera con doble estatua y su esposa Leonor de Alburquerque
(que no fue nunca enterrada aquí en Poblet, aunque tiene
la sepultura preparada), Juan II con su doble estatua y su esposa
Juana Enríquez y, por último, Alfonso IV el Magnánimo.

Claustro
El claustro se sitúa, en este caso, al norte
de la iglesia abacial. Las pandas se cubren con bóvedas
de crucería mientras que las arquerías que comunican
con el patio central abarcan desde formas románicas tardías
a contundentemente góticas.

De modo que la panda del mandato -la aneja al muro
lateral de la iglesia- es la románica, formada por tramos
con dos grandes arcos de medio punto sobre columnas pareadas de
capiteles vegetales y trasdosado el conjunto por arcos apuntados.

Las otras tres pandas (del capítulo, del refectorio
y de conversos) son ya góticas con sus arcos muy apuntados
con tracerías trilobuladas más óculos con
forma tetrafoliada. En lo único que se diferencian entre
sí es en el número de vanos de cada de tramo: dos,
tres y hasta cuatro. Como contrarresto de los empujes oblicuos
de las bóvedas hacia el interior del patio se dispusieron
entre los tramos una gruesa columna de fuste cilíndrico
hacia el patio que lo confiere monumentalidad y relaciona este
claustro cisterciense con el de canónigos de la catedral
de Tarragona.

La galería norte (del refectorio) da acceso
al inconfundible lavatorio cisterciense. Consta éste de
dos tazas de mármol, saliendo el agua por treinta y un
chorros. El lavabo está protegido por un templete de planta
hexagonal cubierto por bóveda de seis nervios que se apoyan
en columnas adosadas a las laterales de los arcos bíforos
y a las de los arcos mayores que engloban a estos, todos ellos
de medio punto. Vanos en forma de rombo aligeran el diafragma
existente entre los arcos mayores y pequeños y añaden
un toque de delicadeza y ligereza al conjunto.

Cuando se pasea por este claustro del Monasterio
de Poblet hay que observar el gran número de sarcófagos
existentes en los muros de las citadas pandas que corresponden
a personajes de familias nobles que fueron benefactores del cenobio
durante siglos.

La Puerta de los Monjes con sus cinco arquivoltas
de medio punto comunica la panda del capítulo del claustro
con la iglesia.
Es la primera a la que acceden los visitantes del monasterio
y se llega a ella desde la Puerta Real. Situada al oeste del claustro,
esta zona servía para albergar las salas habitables por los
subalternos de los monjes que eran los legos o conversos y que se
ocupaban de gran parte del trabajo físico como el cultivo
de las tierras fueras del monasterio y el cuidado de las mercancías
guardadas en los almacenes. Aunque con serias transformaciones,
se conservan en Santa María de Poblet:
Enfrente del lagar, encontramos el que fuera antiguo refectorio
(comedor) de los hermanos legos. Es una sala rectangular amplia,
de muy noble arquitectura, dividida en dos naves de cinco tramos
(diez espacios en total) mediante una hilera de cuatro columnas
centrales de cortos fustes ochavados con capiteles lisos de donde
parten ocho arcos para formar las bóvedas de crucería
del techo.
Durante el siglo XIV esta dependencia cambió de función
convirtiéndose en bodega. Para ello hubo que excavar tres
metros de profundidad para tener espacio para almacenar el mosto
y el vino. En la actualidad se ha vuelto a colocar un suelo elevado
hecho en madera, a la misma altura que se encontraba en el siglo
XIII, pero se han dejado junto a los muros unas hendiduras estrechas
para que los visitantes puedan comprobar la enorme profundidad
a la que se encuentra el suelo practicado tras su transformación
en bodega.

Panda del Refectorio
La estancia más importante de la panda oeste es el refectorio
y a un lado y otro de se encuentran la cocina y el calefactorio,
de época medieval los tres, aunque con algunas reformas.
Cocina
La cocina del monasterio se ocupaba de preparar los alimentos
por igual tanto a monjes como legos, de ahí que haya en
los muros opuestos sendos huecos de comunicación con los
respectivos refectorios. La cocina que vemos actualmente es del
siglo XIII con su clave de bóveda de crucería circular
que se encontraba abierta para el desalojo de los humos, pero
ha sido reacondicionada en varios momentos de su historia, especialmente
en el siglo XIX.

Refectorio de monjes
Al lado de la cocina y frente al lavabo antes citado
se encuentra el refectorio de los monjes, impresionante en su
austeridad y con una infrecuente fuente octogonal en medio. Es
una sala alargada abovedada con medio cañón apuntado
con arcos fajones que se prolongan en columnas adosadas a los
muros que no bajan hasta el suelo, al partir de ménsulas
a mediana altura, como sucede en la iglesia abacial.

En el frente occidental de esta gran estancia se
abrieron don grandes y austeros ventanales de iluminación.
Son alargados semicirculares con fuerte derrame para aprovechar
al máximo la luz, sin molduración, de aristas vivas.
Calefactorio
Era el único lugar que, mediante chimenea, se conservaba
caliente para que los monjes pudieran caldear sus manos y las
tintas para poder hacer su trabajo de escribas en el Scriptorium
o Sala de Monjes. También se empleaba como barbería.
En el monasterio de Poblet el calefactorio es una pequeña
sala rectangular completamente abovedada con medio cañón.
Se ilumina mediante tres vanos de medio punto abiertos en el muro
norte.

Panda del Capítulo
Sala Capitular
Tras la antigua sacristía, tenemos la sala
capitular románica de principios del siglo XIII, que como
es norma en la arquitectura del Císter es un espacio cuadrangular
segmentado en nueve módulos de pequeño tamaño
cubiertos con bóvedas de crucería cuyos nervios
surgen desde cuatro columnas de sobrios capiteles vegetales. Dichos
nervios de las ojivas se apoyan en las características
columnas de las esquinas y las ménsulas de los muros. Esta
sala capitular de Poblet es destacable por su amplia superficie
y altura, además de por los tres grandes y elegantes ventanales
del muro opuesto a la entrada.

Scriptorium o Sala de los Monjes
El scriptorium está constituido por dos salas
del siglo XIII, separadas por un muro. Constan de dos naves divididas
por altas columnas de fuste cilíndrico y capiteles ochavados
de donde nacen los nervios en forma de palmera de las bóvedas
de crucería. Se trata del lugar donde los monjes copiaban
a mano diversos códices, además de un espacio dedicado
para los novicios.

En el siglo XVII el scriptorium fue convertido en
la biblioteca del monasterio, cuando con la invención de
la imprenta empezó a crecer el número de libros
que se atesoraban en el cenobio.
Dormitorio de los monjes
En el piso superior, sobre la sacristía, la
sala capitular, el locutorio y la sala de monjes se construyó
el primitivo dormitorio de lo monjes.

Es una inmensa e impresionante sala cubierta por
techumbre de madera a doble vertiente sobre grandes arcos diafragma
que nacen de columnas truncadas en forma de "cul de lampe"
cuyos capiteles son, en su mayoría, de entrelazos finamente
cincelados. También hay algunos zoomorfos.

Indudablemente, este dormitorio de monjes de Poblet
se asemeja al de su hermano de Santes Creus aunque el de Poblet
es bastante más vertical y espacioso.

También se conserva la puerta y escalera de
maitines por la que los monjes entraban a la iglesia en la primera
de las horas canónicas, rezada de madrugada. La sensación
que se tiene al poder contemplar la iglesia desde lo alto de esta
calera es inenarrable.