Guía del Monasterio de Vilabertrán,
Girona
Introducción
El
Monasterio de Vilabertrán (mejor sería indicar
la antigua Comunidad de Canónigos Regulares de San Agustín
de Santa María de Vilabertrán) es un complejo religioso
situado en esta localidad del Alto Ampurdán, en la provincia
de Girona.
Hacia el año 1060, alrededor de una iglesia
dedicada a Santa María y ya existente en el siglo X, un
clérigo llamado Pere Rigald (o Rigau) reunió a un
conjunto de sacerdotes que vivirían en comunidad siguiendo
alguna regla propia, siendo el su primer abad.

Para 1080, adoptarían la regla de San Agustín,
convirtiéndose en una Canónica que con el transcurrir
del tiempo fue haciéndose más prestigiosa, especialmente
tras la muerte de Rigald en olor de santidad a comienzos del siglo
XII.
Además, Santa María de Vilabertrán
tenía una hospedería donde descansaban peregrinos
que tenían como objetivo llegar a Tierra Santa.

Arquitectura
El complejo actual fue iniciado por el abad Pere
Rigald en el año 1080. El conjunto arquitectónico
está formado por la iglesia, el claustro, varias dependencias
monásticas (sala capitular, refectorio, cocina, cilla y
dormitorio) y una ampliación posterior, situada en el lado
de mediodía, formada por el perímetro amurallado
y el palacio abacial.

Iglesia
La iglesia del Monasterio de Vilabertrán fue
consagrada 20 años después de sus inicios, allá
por el año 1100. Fue comenzada como un templo de arquitectura
lombarda como queda atestiguado en la zona inferior del ábside
central con su muro de sillarejos pequeños y arranque de
lesenas. Sin embargo, fue avanzada y terminada en románico
internacional.

Tiene planta de tres naves, transepto y cabecera
de tres ábsides. Las citadas naves se separan por arcos
formeros de medio punto sobre pilares compuestos de núcleo
de sección cuadrada y gruesas semicolumnas en sus cuatro
frentes. Los capiteles apenas están esbozados y son completamente
anicónicos.

La nave central está abovedada con medio cañón
y arcos fajones mientras que las laterales lo hacen con cuarto
de cañón.

Al ser bastante más elevada la nave central
con relación a las laterales se dispuso un nivel de claristorio
con ventanales de arcos de medio punto de aristas vivas.

Los ábsides tienen bóveda de cuarto
de esfera y arcos triunfales de medio punto. El ábside
central tiene en su interior una arquería sobre columnas.

Esta iglesia de Santa María de Vilabertrán,
de purísimas formas románicas, ve alterada su planimetría
por la capilla funeraria de los Rocabertí añadida
en el siglo XIV al brazo norte del transepto. Se cubre con una
bóveda de crucería cuyos arcos se apoyan en finas
columnas adosadas a los muros en los vértices de la estructura.

En el interior de esta capilla se expone la Cruz
de Vilabertrán, una espectacular cruz procesional gótica
elaborada con plata dorada y numerosos cabujones y camafeos. La
parte frontal está protagonizada por Cristo crucificado,
mientras el reverso tiene en el centro un Agnus Dei y en los extremos
los símbolos del Tetramorfos.

En la esquina noroeste del templo se yergue una magnífica
torre campanario del siglo XII de formas genuinamente lombardas
con los característicos pisos superpuestos con vanos ajimezados
enmarcado por arquillos y lesenas. La separación entre
estos niveles se acusa mediante un friso de dientes de sierra.

Claustro
El claustro se sitúa al costado meridional
de la iglesia, no siendo cuadrado sino de forma trapezoidal. Sus
pandas se comunican con el patio central mediante pequeños
arcos semicirculares que se apoyan en parejas de columnas pareadas
bastante separadas y de corta altura que se alternan con pilares.
Los capiteles son muy sencillos a base de grandes hojas.

Las pandas se cubren con bóvedas de cuarto
de cañón.

Dependencias claustrales
Además de las sobrias pero elegantes formas
mostradas por la iglesia y el claustro, el monasterio (canónica)
de Vilabertrán ofrece el interés de contar con algunas
de sus dependencias claustrales mejor o peor conservadas.
En el ala claustral meridional encontramos el refectorio
o comedor de los canónigos. Es una sala alargada, rectangular,
que se cubre con bóveda de cañón apuntado.
El dormitorio es una estancia relativamente grande
con techo de madera a dos aguas que descansa sobre arcos diafragma
que se proyectan a partir de ménsulas salientes en los
muros laterales.

En la esquina suroeste del claustro se encuentran
la cocina y la bodega, espacios cubiertos con bóvedas de
crucería. Desde estas estancias se accede al patio del
palacio abacial, situado a mediodía del claustro.
El palacio abacial del Monasterio de Vilabertrán
es un interesantísimo edificio por su buena conservación.
Está situado en la parte de mediodía del patio,
es obra gótica y posterior al resto de dependencias.

Su estructura es rectangular, con la cubierta
de dos vertientes y distribuido en tres plantas. La fachada principal
presenta un gran portal de medio punto dovelado que da acceso
directo al patio y varias aspilleras alargadas en la planta baja.
En el piso hay grandes ventanales rectangulares con los dinteles
de arcos trilobulados sostenidos con columnas y capiteles decorados.
Algunos ventanales son bíforos y otros tríforos.
Encima del portal hay una hornacina de arco apuntado con la imagen
de la virgen.
