Introducción histórica
El monasterio de San Salvador de Cornellana
es uno de los conjuntos religiosos con más historia de
Asturias. Se ubica en la homónima localidad de Cornellana,
a unos treinta kilómetros al este de la capital de Asturias,
donde confluyen los ríos Narcea y Nonaya a la vera del
Camino Primitivo a Santiago de Compostela que une Oviedo con
Santiago, declarado hace muy pocos años Patrimonio Mundial
por la UNESCO.
La
comarca donde se asienta este antiguo cenobio de Cornellana
fue poblada desde época prerromana y romana y fue lugar
de paso desde tiempos inmemoriales.
Ya en la Edad Media, sabemos que se fundó
aquí el monasterio de Cornellana en el año 1024
por la infanta Cristina, hija del rey Bermudo II de León
y de la reina Velasquita, que se retiró a este convento
tras la muerte de su marido Ordoño.
Este monasterio, en su primer momento fundacional,
debió contar con una iglesia prerrománica (el
románico internacional todavía no se había
formado) y algunas dependencias monacales. De todo ello no ha
llegado nada hasta nuestros días.
Casi un siglo más tarde -año de 1122-
los descendientes de la infanta Doña Cristina lo cedieron
al monasterio borgoñón de Cluny, la institución
religiosa más importante del momento junto con el Papado
de Roma. Con la incorporación a la orden cluniacense,
la regla hispana que serviría de organización
para la comunidad monástica pasó a ser la benedictina.
En este siglo XII se comenzaría la construcción
de un claustro románico en el lugar donde encontramos
el barroco actual. Lamentablemente no ha llegado hasta nuestros
días.
Durante la Baja Edad Media -finales del siglo XIII- dejó
de depender de Cluny y en el siglo XVI pasó a formar
parte de la Congregación Benedictina de Valladolid, fecha
a partir de la cual se van a acometer reformas en el monasterio:
reconstrucción de las cubiertas de la iglesia, la fachada
occidental de ésta y el claustro, entre otras partes.
En el siglo XIX fue ocupado por las tropas napoleónicas
durante la Guerra de Independencia que lo incendiaron.
Algo más tarde se convirtió en fábrica
de manteca hasta que la Iglesia lo adquirió nuevamente.
En la actualidad haces las veces de iglesia parroquial y desde
la localidad y de todos los amantes del arte, se están
haciendo esfuerzos por rehabilitar un conjunto tan monumental
como lleno de historia.
La iglesia
La
iglesia del monasterio de San Salvador de Cornellana es un amplio
templo románico construido probablemente en las primeras
décadas del siglo XIII. Tiene planta basilical de tres
naves, más ancha la central, que se engarza a una cabecera
tripartita. Como veremos a continuación, aunque perteneciera
a Cluny, la sobriedad ornamental de este templo lo vincula más
a los aires cistercienses que a los cluniacenses.
Interior
La separación de las tres naves se realiza
mediante arcos formeros de medio punto que caen sobre pilares
cruciformes con columnas adosadas en sus frentes. Todos los
capiteles del interior son lisos.
Las cubiertas son bóvedas rehechas en el
siglo XVII, adquiriendo una inusitada altura. También
de este siglo es el coro de los pies. El interior se decora
con excelentes retablos del siglo XVII.
Exterior
Exteriormente, la cabecera es desde el punto de
vista románico, la parte mejor conservada y de mayor
monumentalidad. Construida en buena sillería arenisca,
es de tres ábsides escalonados de planta semicircular,
siendo el central más alto y profundo que los laterales,
como es normal en el estilo.
El ábside central, semicilíndrico
como hemos dicho, se articula horizontalmente mediante tres
impostas a las alturas de los salmeres del único ventanal
practicado, del correspondiente alféizar y la tercera
más abajo, de modo que las tres son equidistantes, lo
que presta al conjunto una gran armonía.
Verticalmente se articula mediante dos columnas
entregas que van desde el suelo hasta el alero. Los capiteles
son lisos y de forma campaniforme. Los canecillos son de proa
de barco, sin figuración alguna.
Los absidiolos laterales son mucho más sencillos:
no tienen columnas ni impostas y sólo una sencilla aspillera
permitía la iluminación interior.
Junto a esta cabecera tan monumental y elegante,
se sitúa la torre campanario, también románica,
adosada al costado norte. El tamaño de esta torre, bastante
baja en comparación con la altura de la cabecera, pudiera
justificarse porque sea una estructura anterior, del siglo XII.
Está estructurada en tres cuerpos, el inferior, liso,
el intermedio con un vano para las campanas y el superior una
pareja de ventanales con la misma función.
La fachada principal es consecuencia de las reconstrucciones
de los siglos XVI y XVII: con puerta adintelada y dos grandes
y sobrias torres flanqueantes.
La Puerta de la Osa
La Puerta de la Osa se abre al huerto. Se piensa
que pudo ser la original entrada al monasterio pero cambiada
de lugar posteriormente. Tiene hechuras románicas: arco
de medio punto de baquetones, bocel y chambrana sobre jambas
con dos cuadrúpedos (posiblemente leones simbolizando
los protectores del templo).
Lo más conocido de esta puerta es el relieve
que está encastrado sobre la clave. Se trata de un cuadrúpedo
que tiene bajo sus patas una figura humana. La interpretación
legendaria es que se trata de una osa que amamanta a una niña,
estaríamos ante una representación de la leyenda
que cuenta que la infanta Cristina, fundadora del monasterio
de Cornellana, fue protegida y amamantada por una osa de niña
cuando se perdió en el bosque.
Pero más parece que se trate de un león
con un hombre, iconografía que partiendo de la catedral
de Jaca, encontramos en un buen número de portadas románicas.
Se estaría aludiendo al perdón y protección
de Cristo-león a quienes se arrepienten de sus pecados.
El claustro
El claustro es barroco, muy bien conservado. Sabemos
que reemplazó al anterior románico, aunque se
amplió la altura y la anchura de las pandas, es decir,
el espacio habitable. Tiene planta cuadrada y está formado
por dos pisos. El primero se comunica con el patio central mediante
arcos de medio punto rebajados sobre pilares moldurados. El
piso superior está horadado por balcones.
La visita a este claustro es interesante porque
se conservan algunas partes medievales.
Concretamente, tenemos un arco románico que comunica
el claustro con el zaguán y que está decorado,
tanto en el lateral como en el intradós, con grandes
flores tetra y hexapétalas que también nos recuerdan
a la decoración de numerosas iglesias asturianas, especialmente
la de la iglesia del monasterio cisterciense de Santa María
de Valdediós.
En esta puerta aparece la inscripción: