Monasterio
de San Millán de Lara
El
románico permite sorpresas tan mayúsculas como toparse
con un gran templo románico de tres naves perteneciente al
siglo XII en una aldea que hoy no cuenta ni con 90 habitantes.
Y es que la iglesia parroquial
de San Millán de Lara, población burgalesa ubicada
a casi 1.100 metros de altitud en plena Sierra de la Demanda fue
el templo de un antiguo monasterio primero mozárabe y luego
románico.
Su historia comienza con
la presencia de un santo anacoreta que habitó una gruta abierta
en la ladera. Más tarde se establecería aquí
una comunidad de monjes en tiempos altomedievales, a los que correspondería
el arco mozárabe que actualmente tiene la cueva.
Ya en el siglo XII, se construyó
el templo románico. Como
monasterio masculino que fue, la iglesia se construyó obedeciendo
a un plan de tres naves con su correspondiente cabecera de tres
ábsides semicirculares. Lamentablemente el de la Epístola
fue sustituido por otra dependencia posterior.
Todo el edificio es de buena sillería de piedra rojiza propia
de estas altas y frías tierras serranas.
El
ábside central lleva un ventanal con arquivoltas y columnillas.
La torre, ubicada en el
muro norte, a los pies del templo, protege la entrada al antiguo
eremitorio de San Millán, núcleo fundacional del monasterio.
En un sillar interior del
cuerpo bajo de la torre, existe una inscripción que explica
que Benedicto, Miguel y Martín hicieron esta obra en la era
1203 (año 1165).
La portada meridional es
de arquivoltas de medio punto y columnas con capiteles muy desgastados,
donde predominan los temas fitomorfos pero también se adivinan
animales fantásticos como grifos y arpías.
La portada occidental pertenece
a otro momento distinto y posterior ya que, tanto su estructura
como escultura denotan gran diferencia con la anterior. Tiene cuatro
arquivoltas apuntadas y capiteles con bestias silenses como arpías,
varios temas figurados muy deteriorados (quizás uno de ellos
trate de la degollación de San Juan Bautista), dos grandes
rostros humanos y una representación cinegética de
montería del jabalí.
Queda el dintel -con cruz
patada- de un tímpano desaparecido y una de las mochetas
con cabeza leonina.
Para Félix Palomero
la cabecera y la portada meridional son obra de la "Escuela
de La Sierra" mientras que la portada occidental sería
obra de un taller perteneciente a la "Escuela Silense"
El interior es espectacular
gracias a sus tres amplias naves separadas por arcos formeros apuntados
que apoyan sobre pilares cruciformes con semicolumnas embebidas.
No parece que el proyecto se plantease para elevar bóvedas,
dada la falta de responsiones y estribos. En todo caso, la cubrición
actual es contechumbre de madera mucho más moderna que la
iglesia. Como ya dijimos anteriormente, se conserva el ábside
central y el septentrional.
A los pies del templo, en
el muro norte hay una escalera que finaliza en una portada con arco
polilobulado apuntado similar a los ventanales de algunas iglesias
de La Bureba. Esta puerta da acceso a la base de la torre donde
está la entrada a la cueva habitada por los eremitas.
Junto a la escalera citada queda la pila bautismal
de curiosa forma troncocónica estilizada y apenas unas incisiones
alargadas alternantes con otras redondas como ornato exterior.
La visita a San Millán
de Lara ha de aprovecharse, no sólo para recorrer el excelente
románico de la Sierra de la Demanda burgalesa, sino también
para empaparse de uno de los rincones paisajísticos más
hermosos de Castilla y León.