El Monasterio de
Santa María de Valldigna es, junto al de Benifassà,
la representación del monacato cisterciense en
la Comunidad Valenciana.
Este lugar se encuentra
en Simat de Valldigna (Comarca de La Safor), a
muy pocos kilómetros de Tabernes de Valldigna y de la
costa turística valenciana (Cullera, Gandía, etc.)
El Monasterio de Valldigna
es una fundación muy tardía, de finales del siglo
XIII, protagonizada por el rey Jaime II de Aragón
que encontró -según la tradición- este
lugar como un valle digno (vall digna) de establecer un monasterio.
El monarca concede
este territorio al abad del monasterio cisterciense de Santes
Creus para una nueva fundación.
Es
así como comienzan las obras de la iglesia y de las dependencias
monacales en el siglo XIV, aunque a lo largo de su historia
necesitaría reconstrucciones por sendos terremotos. La
primera a finales del siglo XIV y la segunda en la mitad del
XVII.
Ésta última
es la responsable de la eliminación del templo gótico
y su sustitución por la actual iglesia barroca. También
es de esta época la Capilla de la Virgen de Gracia.
Tras la desamortización
de 1835, el monasterio es abandonado y su solar empleado como
finca agrícola. Los edificios son rápidamente
degradados por el abandono y la rapiña y llega hasta
el siglo XX en un estado lamentable de ruina.
Afortunadamente, en
1991 la Generalitat Valenciana compró las ruinas del
monasterio e inició un ambicioso plan de reconstrucción
y puesta en valor de lo que queda. Una de las más felices
acciones ha sido la recuperación de las arquerías
góticas pertenecientes al claustro alto del palacio del
abad y que fueron arrancadas en los años veinte del siglo
pasado para ser colocada en la residencia del conde de Las Almenas
en Torrelodones (Madrid).
Esta estructura fue
adquirida por el gobierno valenciano en el año 2003 y
reconstruida en su lugar de origen en 2006.
En la actualidad, el
monasterio de Santa María de Valldigna, ya sin uso religioso,
se ha acondicionada para la visita y es un lugar cada día
más conocido por los amantes del arte y la historia medieval.
La
iglesia
La primera iglesia gótica
del siglo XIV quedó destruida por el terremoto de 1396
por lo que fue necesario construir otra durante el siglo XV,
que de nuevo sufriría los estragos del terremoto de 1644,
siendo necesario su ulterior reconstrucción durante la
segunda mitad del siglo XVII.
Como consecuencia,
la iglesia de Santa María de Valldigna es un voluminoso
templo barroco de una sola nave, con tres pares de profundas
capillas laterales (lo que hace que exteriormente simule tener
tres naves), transepto no marcado en planta, cúpula sobre
el crucero y torre campanario adosada a la cabecera.
El interior se encuentra
cubierto por pinturas barrocas
Capilla
de la Virgen de Gracia
La Capilla de la Virgen
de Gracia es un recoleto templo barroco de planta de cruz griega,
edificada en 1720 a uno de los lados del Portal Nou.
Principales
dependencias monacales medievales
Puerta
Real o "Portal Nou"
La Puerta Nueva o Puerta
Real es obra del siglo XIV y se encuentra al oeste del conjunto
amurallado. Se trata del acceso de la muralla al espacio monacal
que se empleaba en momentos señalados y solemnes. Tiene
un arco agudo con tres escudos (el de la Corona de Aragón
y del abad Arnau de Saranyó, su promotor). El espacio
cobijado tiene bóveda de crucería en perfecto
estado de conservación.
Flanquean esta modesta
puerta dos torres que debieron estar almenadas y restauradas
en el siglo XVIII.
La puerta habitual de
acceso al monasterio, sin embargo, se encuentra en el muro sur
y se llama Puerta de la Xara.
Claustro
Del claustro, llamado
"del silencio", corazón vital del monasterio
benedictino y nexo de unión entre sus dependencias más
importantes, poco queda, por desgracia.
Su solar se encuentra
al sur de la iglesia, como es habitual.
Su planta es cuadrada
y debió tener sus pandas abovedadas con crucería
(se conservan algunas ménsulas de poyo de los nervios)
y abiertas al patio mediante arcos apuntados.
Sala
Capitular
La sala capitular se
encuentra en el costado al este del citado claustro. Es, sin
duda, la estancia mejor conservada de época medieval
del monasterio de Valldigna. Sobre una dependencia anterior,
se mandó construir una nueva en tiempos del abad Roderic
de Borja (futuro Papa Alejandro VI) a finales del siglo XV y
terminada a principios del XVI.
Se trata de una estancia
casi cúbica, rematada por almenas, a la que se accede
desde el antiguo claustro por una puerta gótico flamígera
muy destrozada a la que flanquean dos ventanas de arcos escarzanos.
En interior tiene bóveda
estrellada reconstruida. Las ménsulas de apoyo de las
esquinas llevan esculpidas los símbolos de los cuatro
evangelistas. En las claves de las bóvedas están
representados la Virgen de la Leche, varios abades y santos.
Al interior destaca
el lugar donde se situaba el sitial del abad, en el muro este,
que estuvo enmarcado por un arco flamígero rebajado,
hoy desaparecido. Se trata de un hueco abierto en el muro con
forma de capilla. La bóveda es de crucería con
dos ménsulas que representan ángeles portando
escudos. Sobre este se abren dos estrechas ventanas abocinadas.
El abad Pere Baldó (1499-1502) realizó el arco
conopial de esta capilla.
Refectorio
Su construcción
data del siglo XV, de tiempos del abad Joan d'Aragó (1460-1475).
Es un amplio edifico
rectangular, ubicado al sur del claustro, del que sólo
se conservan tres de los muros perimetrales originales, de gran
grosor y remate de almenas del siglo XVI. Una puerta de arco
apuntado lo comunicaba con el claustro.
En su interior
se aprecian con claridad las grandes ménsulas que recogían
los nervios de la bóveda crucería que lo cubría
y que desapareció completamente.
Una reciente restauración
ha permitido cerrar el espacio reconstruyendo el muro occidental
y se ha abovedado con crucería, simulando la que tuvo
original.
Locutorio
Se trata de un pequeño
espacio rectangular, a modo de pasillo, situado entre la sala
capitular y el refectorio y que se abre al claustro, que tenía
como función la conversación entre los monjes.
Los accesos eran dos
pequeñas puertas apuntadas en sus extremos.
Palacio
del Abad o Palau de L'Abat
Se encuentra en el extremo
oriental del conjunto y al haber desaparecido otras dependencias
se ve un tanto aislado del resto.
Fue mandado construir
por el abad Arnau de Saranyó durante el tercer cuarto
del siglo XIV, pero su fábrica final es un conjunto de
diversas épocas, desde la citada centuria hasta el XVIII.
Actualmente, también
es una digna ruina que ha sido restaurada tanto como se ha podido,
aunque lo que vemos es el esqueleto del edificio y parte de
los muros.
En este lugar residía
el abad del monasterio y también era empleado para las
audiencias con personajes ilustres.
Lo más llamativo
es el patio o claustro bajo conformado por arcos escarzanos.
Este patio servía de apoyo al llamado claustro alto que
hemos citado al principio y que fue vendido y recuperado recientemente.
El claustro alto está
constituido por diez arcos apuntados sobre columnas cuyos capiteles
están esculpidos con los escudos del abad Saranyo y la
Corona de Aragón.