Guía del Hórreo de Iracheta, Navarra
Introducción
Cuando
se aborda el estudio del arte medieval, el mayor interés
se centra en el arte religioso en sus múltiples disciplinas,
quedando relegadas a un papel secundario la arquitectura militar
y la civil por su indudable menor presencia.
Pero en la Comunidad Navarra tenemos importantes
manifestaciones monumentales civiles: puentes (alguno tan sobresaliente
como el construido en Puente la Reina sobre el río Arga),
el llamado Palacio de los Reyes de Navarra de Estella, las fuentes
de Artáiz y Villamayor de Monjardín y también
el Hórreo de Iracheta, construido en piedra.

El Hórreo de Iracheta
El hórreo de Iracheta se encuentra en el centro
de la localidad homónima, dentro de la histórica
comarca de la Valdorba, donde se han conservado importantes edificios
medievales, especialmente iglesias románicas.

Aunque en la actualidad se han conservado innumerables
hórreos de madera en Asturias y Galicia, es de suponer
que existirían muchos más en otras zonas del norte
de la Península Ibérica. Ahora bien, el material
predominante sería la madera y otros materiales poco resistentes,
no la piedra como sucede en Iracheta, motivo por el cual han desaparecido
con el transcurrir del tiempo.

Sobre su datación
Una de las cuestiones más debatidas en relación
a este monumento civil navarro es la de la fecha de su construcción.
Por la sencillez de sus formas arquitectónicas y la ausencia
total de escultura es muy difícil adscribirlo a un periodo
u otro de nuestra historia del arte.

Algunos autores proponen el periodo altomedieval
(siglos IX al X) y su relación directa con la arquitectura
prerrománica asturiana desarrollada por aquellos siglos.
Algunas de las razones para asignarlo a esta época sería:
-
Relación entre ambos
territorios por los matrimonios celebrados entre reyes de Asturias
e infantas navarras: Alfonso III se casó Jimena de Navarra
y Ordoño II con Sancha, hija del rey de Pamplona Sancho
Garcés I.
-
El empleo de sillarejos y
los arcos de medio punto que tan habituales son en la arquitectura
asturiana.
Otros estudiosos, sin embargo, fechan el hórreo
de Iracheta a finales del siglo XI o comienzos del XII. Para ello,
parece evidente que los citados muros de aparejo de sillarejos
y sus mechinales recuerdan notablemente a los de la arquitectura
románica lombarda.
Por último hay quien retrasa su construcción
al siglo XIII, cuando este solar perteneció a los hospitalarios,
como veremos a continuación.

¿Por qué se construyó este
hórreo en Iracheta?
Iracheta fue un lugar vinculado a importantes instituciones
medievales. Se sabe que perteneció a la monarquía
navarra que lo donó en el siglo XII al Monasterio de Irache.
A finales del siglo XII (año de 1187) pasó a pertenecer
a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén,
que tuvo en el lugar un convento con hospital de peregrinos dependiente
de la encomienda de Leache. No es difícil imaginar que
estas instituciones guardasen en el hórreo las rentas pagadas
en grano de cereal del territorio que dominaban.

Arquitectura
Es un edificio de planta rectangular de 9,20 metros
de largo por 7,60 de ancho. Como ya hemos indicado, su material
mayoritario son sillarejos bastante regulares, si bien en las
esquinas se emplearon sillares de tamaño ligeramente superior.
También son de sillería los soportes que aíslan
el cuerpo de almacén del suelo para evitar la entrada de
ratones y otras plagas, además de para aislar la mercancía
de la humedad del suelo.

Estos soportes se reparten entre la periferia del
edificio y el centro de éste.
Los pilares periféricos soportan arcos de
medio punto construidos perfectamente con dovelas regulares y
con ausencia de clave (o "clave de doble dovela"). Entre
arcos y pilares se establecieron unas repisas a modos de impostas
muy salientes (uno 8 centímetros) para evitar que los roedores
lograsen trepar hacia la nave de almacenamiento. Toda esta compleja
y bien construida estructura pétrea sirve para soportar
un techo de vigas de madera que, a su vez, dispone encima el suelo
de losas de piedra del almacén.

El cuerpo superior que sirve de almacén, además
de la base lígnea, ofrece paredes lisas de sillarejos y
sillares, salvo la puerta -con arco dovelado semicircular- que
se encuentra en uno de los costados de mayor anchura y una serie
de mechinales que sirvieron para la construcción del andamio
de la obra. La iluminación se recibe a partir tres aspilleras,
una al lado izquierda de la puerta y las otras dos en los sendos
hastiales. El tejado es a dos aguas y su alero está soportado
por canecillos convexos.

A la puerta del almacén se accede actualmente
por una potente escalera de piedra que sustituyó a una
de madera.
