Guía de la iglesia de Sainte-Croix de
Oloron-Sainte-Marie, Francia
Introducción
La
localidad francesa de Oloron-Sainte-Marie, en el Departamento
de Pirineos Atlánticos, es conocida, entre otros aspectos
interesantes, por sus dos importantes edificios medievales: la
catedral de Sainte-Marie y la iglesia de Sainte-Croix.
Ésta última es un notable templo
románico que se comenzó en la década de los
ochenta del siglo XI en el corazón de lo que será
Oloron-Sainte-Marie, que era el núcleo urbano (casco antiguo
ubicado en alto) de Sainte-Croix.

Más concretamente, se sabe que un obispo
de Oloron llamado Amat inició las obras en 1089 en el lugar
donde había existido una anterior basílica. Esta
fecha establece, por tanto, una mayor antigüedad que la mismísima
catedral de Sainte-Marie que no se comenzó hasta 1102.
La iglesia de Sainte-Croix de Oloron-Sainte-Marie
fue una Canónica Agustiniana (canónigos o sacerdotes
que vivían en comunidad bajo la Regla de San Agustín)
durante varios siglos, si bien hubo un lapso de tiempo en que
se convirtió en templo protestante entre 1569 y 1621.

La iglesia de Sainte-Croix fue declarada monumento
histórico de Francia en la temprana fecha de 1846 y a continuación
fue restaurada.

Arquitectura
La iglesia de Sainte-Croix de Oloron-Sainte-Marie
es un típico templo del Románico Internacional Pleno
como corresponde a las fechas de su construcción. El edificio
tiene tres naves, más ancha la central, un transepto y
una cabecera triabsidal con la habitual diferencia de tamaño
entre el central -más alto y profundo- y los absidiolos
laterales más pequeños.

Exterior
La cabecera se conserva muy bien aunque se
aprecia una intensa restauración. Los ábsides laterales
son lisos y sólo cuentan con sencillas aspilleras de iluminación.
El central está mejor articulado: tiene contrafuertes escarpados
y tres ventanales de tipo portada con arquivolta y chambrana sobre
columnillas.

Sobre el crucero se yergue un cimborrio de
geometría exterior cilíndrica del que nos ocuparemos
más adelante.
Sobre el brazo norte del transepto se construyó
una torre-campanario con una forma un tanto irregular.

En el costado septentrional se abre una portada
románica que consta de seis arquivoltas de medio punto
de perfil plano algunas y otras de esquinas aboceladas. Los apoyos
son las jambas y dos pares de columnas. Dos de ellas todavía
conservan relieves donde se aprecian aves y un hombre atosigado
por animales que probablemente son dragones.

Existió otra portada historicista (neorrománica)
en la fachada oeste construida en el siglo XIX que, afortunadamente,
fue eliminada -por lo que suponía de falso histórico-
en el siglo pasado con el fin de devolver el edifico a su aspecto
primitivo.

Interior
Las tres naves se separan entre sí mediante
pilares de sección cruciforme con semicolumnas en cada
cara que recogen los arcos formeros y los fajones de las tres
bóvedas que son de medio cañón en la nave
central y de cuarto de cañón en las nave laterales.
El transepto se cubre igualmente con bóveda de medio cañón.

Los capiteles de estas semicolumnas muestran
elementos vegetales mayoritariamente. No obstante, hay algunos
de gran interés. En dos de ellos aparecen cuadrumanos (muy
probablemente monos). El más espectacular es aquél
que muestra una cabeza trifacial que con sus dos brazos parecen
tomar frutos esféricos de las esquinas.

Sobre el crucero se levantó un cimborrio
que es la estructura que mayor fama ha dado a este templo. Se
trata de un cuerpo torreado que pasa de tener una base cuadrada
a otra octogonal mediante trompas. La cúpula central se
decora con ocho arcos secantes pero no coincidentes en la clave,
al modo de la que se encuentra en la iglesia Saint-Blaise de la
vecina localidad francesa de L'Hôpital-Saint-Blaise.

También encontramos una estructura similar
en la iglesia navarra del Santo Sepulcro de Torres del Río
y, aún más alejada todavía, en la parroquia
de San Miguel de Almazán (Soria).
Sobre este tipo de cubiertas cupuliformes con nervios cruzados
se ha escrito mucho. Hasta la fecha, lo que parece más
probable es que se inspirasen en las cúpulas califales
y almohades que habían construido los musulmanes en Al-Andalus.
A su vez, la realización de estas cubiertas por parte de
los árabes se basaría en las cúpulas bizantinas
de los territorios conquistados al Imperio Romano de Oriente (Siria
y norte de Egipto).

Llegados a la cabecera, encontramos una riqueza
notable de elementos artísticos de diferentes épocas.

En el ábside central se pintaron en
el siglo XIX -como es frecuente en la arquitectura medieval francesa-
pasajes bíblicos con gran cromatismo. En este caso, los
temas tratados son la Pasión de Cristo y la Parusía
y son obra de Bertrand Bernard y Romain Cazes. Por debajo, corre
una arquería mural románica sobre columnas. En las
superficies bajo dichos arcos también se pintaron santos
en la restauración decimonónica.

A nosotros nos importan mucho más los
capiteles de la arquería románica que no se salvaron
de un repinte en las fechas citadas del siglo XIX.

Se representaron -entre otras escenas- El Pecado
Original con el asesinato de Abel a manos de Caín, El ciclo
de San Juan Bautista, La Epifanía de los Reyes Magos, un
oferente entregando la planta de la iglesia a Cristo, dos flautistas
con un danzante, etc.
