Guía de la iglesia de San Lorenzo, Segovia
Introducción
En
el arrabal bien conservado de San Lorenzo, al este de la ciudad,
y en medio de una plaza de exquisito sabor medieval, se alza la
magnífica parroquia de igual nombre que es Monumento Histórico
Artístico.
La historia de la edificación, ampliación
y reformas de esta iglesia, abarca varios siglos. En el siglo
XII se levantaría la única nave siguiendo un estilo
románico-mudéjar muy típico en el arte segoviano,
empleando calicanto para los muros de las naves, madera para la
techumbre y ladrillo para la portada de poniente.

Años más tarde, seguramente en
el XIII se sustituyó la cabecera original por una monumental
estructura de tres ábsides de sillería, de estilo
puro segoviano y que recuerda especialmente la de San Millán.
También se levanta el crucero al que dan las capillas absidales
y la galería porticada. En el siglo XVII, como en tantos
casos, se sustituyó la techumbre de madera por yeserías
barrocas.

Arquitectura
Al final de este proceso evolutivo, San Lorenzo
es actualmente una iglesia de una sola nave de calicanto, con
acusado crucero al que se abren los tres ábsides, de sillería.
Sobre el brazo septentrional del crucero se alza una soberbia
torre de ladrillo, y por último una magnífica galería
porticada rodea el costado meridional y los pies del templo. Por
desgracia, el interior apenas ofrece interés.

En conjunto, los alicientes principales de esta iglesia
románica segoviana radican en la arquitectura monumental
y equilibrada de la cabecera y del precioso pórtico.

Lamentablemente, los méritos escultóricos
que la iglesia de San Lorenzo de Segovia tuvo, han quedado
mermados por la meteorización de los relieves de la piedra
caliza en que se realizó.

No es éste un problema particular sino bastante
general del románico de la capital segoviana. La blandura
de la caliza y la contaminación del humo de chimeneas durante
mucho tiempo han terminado por "disolver" los relieves,
especialmente de los canecillos y metopas de las cornisas. No
obstante, quedan buenas muestras de la calidad escultórica
de los talleres que trabajaron aquí, especialmente en los
capitales de los ventanales del ábside central y también
en algún capitel de la galería porticada.

La temática es la habitual en el románico
español y especialmente del castellano con pasajes bíblicos
(algunos reconocibles y otros sólo supuestos), animales:
cabras, aves, arpías, sirenas-ave y variados elementos
vegetales.

Exterior
Cabecera
El exterior del ábside central tiene
cuatro columnas, dos que lo seccionan en tres calles y las otras
dos acodilladas al presbiterio. En cada calle hay un gran ventanal
de arquivoltas lisa y de bocel sobre pareja de columnas. Dos impostas
seccionan horizontalmente el tambor. La superior está a
la altura de los cimacios de los ventanales y se hicieron coincidir
con la altura del alero de los absidiolos laterales. La inferior
recorre el muro por debajo de cada alféizar, y se prolonga
también por los ábsides laterales. Este juego de
continuidad en el seccionamiento de los tres ábsides aporta
una especial armonía y orden al conjunto de la cabecera
de San Lorenzo, que raramente se encuentra en otros templos triabsidales.

Los absidiolos laterales son más sencillos,
y tienen un ventanal central y dos franjas de impostas.

Las esculturas de las ventanas muestran escenas
de la Visitación y La Anunciación, el sacrificio
de Isaac y algunos momentos del martirio de San Lorenzo.

Especial ingenuidad, a la par que expresividad,
tiene el capitel en que San Lorenzo yace sobre la parrilla de
su martirio.

La galería porticada, en su parte que
mira al mediodía, tiene nueve arcos de medio punto y algunos
apuntados, mientras que en el tramo occidental sólo tiene
tres. Todos cabalgan, como es habitual en estos pórticos
tardíos, sobre columnas dobles geminadas.

Algunas diferencias entre los dos tramos pueden
indicar diferentes momentos de su construcción. Los arcos
meridionales son abocelados y poseen chambranas ajedrezadas, mientras
que los occidentales tienen aristas vivas con guardapolvos de
trenzados.

La escultura de los capiteles muestra un rico
repertorio de entrelazos, animales superpuestos, grandes hojas
con puntas dobladas, grifos de influencia silense y escenas bíblicas
de difícil interpretación. La riqueza escultórica
del pórtico se ve incrementada por la corona de canecillos
y metopas floreadas del alero.

La pequeña puerta meridional es de sillares
calizos. Tiene dos arquivoltas, lisa y abocelada, con decoración
de sogueado y ajedrezado. La puerta occidental de ladrillo es
más interesante, y tiene dos arquivoltas de arco de herradura
sobre impostas, encuadrado el conjunto con falso alfiz.

Elemento importante de esta iglesia es la magnífica
torre de ladrillo, que recuerda, como otras muchas de la provincia,
a la de San Lorenzo de Sahagún. Es de planta cuadrada,
y cada cuerpo tiene menor superficie formando una estructura apiramidada
para facilitar su estabilidad.

Tiene cinco cuerpos, separados por impostas
ornamentadas con frisos de esquinillas. Salvo el primero que no
tiene vanos, el resto, y sucesivamente, incrementan rítmicamente
el número de huecos de medio punto en cada cara, desde
los dos vanos del segundo a los cuatro del último.

En el interior, el cuerpo de la nave está
muy reformado. El transepto y la cabecera se cubren con bóveda
de cañón con fajones que apoyan sobre columnas de
capiteles destrozados. Dos parejas de arcos superpuestos animan
los muros laterales. El ábside esta cubierto por un retablo.