Guía de la iglesia de San Miguel de Cornezuelo,
Burgos
Introducción
San
Miguel de Cornezuelo es una cuidada y bonita aldea ubicada a 624
metros sobre el nivel del mar en el precioso Valle de Manzanedo,
en el extremo occidental de la histórica comarca de Las
Merindades de Burgos. Administrativamente pertenece al municipio
de Valle de Manzanedo y al Partido judicial de Villarcayo.
Como decimos, el aspecto del pequeño
caserío está muy cuidado a pesar de contar oficialmente
sólo con once habitantes, si bien en periodos vacacionales
se anima con personas que regresan a las casas familiares o a
sus segundas residencias.
Históricamente, San Miguel de Cornezuelo está ligado
a un pequeño y antiguo monasterio -muy probablemente de
fundación particular- que durante un tiempo pasó
a ser propiedad del vecino monasterio cisterciense de Santa María
de Rioseco. En la Baja Edad Media este humilde monasterio pasó
a formar parte de nuevo al patrimonio privado de algunos personajes
del valle. El monasterio, como tal cenobio, desapareció
en un momento indeterminado de aquellos siglos finales de la Edad
Media.
Es muy posible que la iglesia parroquial de
la localidad y dedicada a San Miguel Arcángel fuera el
templo de este modesto monasterio.
Su arquitectura pertenece al románico rural
por sus modestas dimensiones y su planta de una sola nave con
cabecera rematada en ábside de planta semicircular. No
obstante, esta circunstancia no debe hacernos pensar en una construcción
pobre pues el edificio es de perfecta sillería, con sus
sillares calizos cortados con gran precisión, lo que demuestra
una virtuosa y cualificada aplicación del oficio de la
cantería. Además, como veremos, la dureza de la
caliza empleada ha permitido una muy buena conservación
de las superficies murales y, especialmente, de su escultura pétrea
monumental.
Como veremos, su escultura es deudora de los talleres
cántabros que trabajaron en la primera mitad del siglo
XII como los de Santillana del Mar, Cervatos o San Martín
de Elines. Este es el motivo por el que se podría datar
la construcción de esta iglesia de San Miguel de Cornezuelo
alrededor del año 1150.
Se considera el modelo edilicio de otros que existen
en el Valle de Manzanedo y seguramente de otros muchos que han
desaparecido con el correr de los tiempos. En concreto, la similitud
con la próxima iglesia de la Inmaculada de Crespos es evidente.
Exterior
La iglesia de San Miguel de Cornezuelo se
ubica al sur del caserío, en un paraje rodeado de campo,
que en primavera, impregna todo el entorno de un intenso verdor
que potencia aún más la belleza de este templo románico.
La cabecera está constituida por el hemiciclo
semicilíndrico del ábside seguido de un tramo presbiterial
que exteriormente se muestra como una continuación del
anterior, sin ensanchamiento ni alcanzar mayor altura.
El ábside está articulado en tres calles
o paños mediante dos anchos contrafuertes que llegan a
la última hilada previa a la cornisa. En el centro, se
abre el vano aspillerado de iluminación rodeado de una
estructura de tipo portada con arquivoltas plana y de baquetón
con guardapolvos taqueado. Las columnitas tienen capiteles que
muestran parejas de leones con cabeza común.
Tanto este ábside como el muro meridional
sufrieron la apertura en época moderna de tres vanos erráticamente
dispuestos, con forma rectangular y gran derrame exterior.
La corona de canecillos exterior es una delicia de
expresividad aunque no debemos buscar en ellos una talla delicada
sino la obra de un taller local que, en algunos casos, reproduce
temas de los citados monasterios cántabros.
La mayoría, como es habitual, representa cabezas
y cuerpos de animales (ave, león, bóvido, ciervo,
cerdo, lobo o zorro, etc.). Uno muy interesante muestra la cabeza
de un animal andrófago.
En el repertorio humano, sobresale un músico
tañendo una fídula oval, un hombre con un tonel
sobre los hombros y una mujer mostrando su sexo.
La puerta, a diferencia de la iglesia de Crespos,
se ubica en el imafronte o fachada occidental. Es una equilibrada
y elegante estructura que aún conserva la alternancia clásica
de cinco arquivoltas semicirculares donde se alternan las planas
y las baquetonadas sobre las jambas y las columnas inferiores
respectivamente.
Sus capiteles muestran motivos zoomorfos que también
veremos en el interior: águilas de alas explayadas, leones
y un león a punto de atrapar un lepórido (conejo
o liebre).
Esta puerta es conocida en el contexto del románico
burgalés por su tímpano que esta constituido por
tres motivos que se coordinan para ofrecer un evidente simbolismo
cristiano.
Sobre una fondo de tacos alternos, vemos en la parte
inferior un árbol repleto de frutos que probablemente representa
el árbol del Conocimiento del Bien y del Mal del paraíso
terrenal donde surgió el pecado por el que tuvo que morir
Cristo para vencer a la muerte (representado a la izquierda con
una cruz patada). La imagen principal es un hombre en lucha mediante
una espada contra un enorme león, símbolo de la
muerte.
Hay encima del imafronte una bonita y voluminosa
espadaña que puede ser moderna, pero que imita bastante
bien las más antiguas románicas que se extendieron
por el norte de Palencia y Burgos y amplias zonas de Cantabria.
En la esquina noroeste del templo se construyó
una estancia a modos de baptisterio que contiene la pila bautismal.
Es muy sencilla, con la copa de forma semiesférica aunque
bastante verticalizada.
Interior
Al entrar en el interior de esta iglesia de San Miguel
de Cornezuelo, se aprecia que la altura de la cabecera y el grosor
de los muros conforman un espacio semicilíndrico muy esbelto
y alto, con un bonito ventanal de tipo portada en el centro -que
lógicamente se corresponde con el ya descrito del exterior-
y una vistosa arquería ciega en la parte inferior que se
extiende también al presbiterio. El suelo ha de haberse
recrecido pues afloran directamente los fustes sin verse las correspondientes
basas.
Es obvio que el taller que construyó esta
iglesia fue el mismo que el de vecino templo de Crespos pues el
aspecto general y los detalles escultóricos son casi idénticos,
menos el ventanal citado en el centro del ábside que no
aparece en Crespos.
Tanto los capiteles del arco triunfal como los de
embocadura del ábside y la arquería mural inciden
en los mismos temas: leones, aves de alas explayadas, mujeres
con serpientes y una fémina enseñando su sexo similar
al canecillo exterior.