Guía de la iglesia de Sant Llorenç
de Lleida
Introducción
La
iglesia de Sant Llorenç es considerada como el monumento
más importante de la ciudad después de la Catedral
Vieja (Seu Vella). Esta valoración hay que entenderla desde
varios puntos de vista: histórico, arquitectónico
y escultórico.
Se sabe que ya existía en el año
1168 aunque no conocemos la fecha del comienzo de las obras. La
iglesia de Sant Llorenç era una de las parroquias de Lleida
compartiendo estatus con las de Sant Martí y Sant Ruf.

Arquitectura
Lo que sí sabemos es que el templo existente
en el siglo XII pertenecía al estilo románico internacional,
compuesto por una sola nave engarzada a una cabecera con ábside
de planta semicircular.

El barrio al que prestaba servicio la iglesia
de Sant Llorenç creció demográficamente
durante los dos siguientes siglos, motivo por el cual se decidió
realizar una ampliación y añadir dos naves laterales
con sus correspondientes ábsides, todo ello en el estilo
imperante en esa época que era el gótico. Esta ampliación
la financió la familia Gallart, motivo por el que en diversas
partes del edificio -como la puerta sur- aparece su escudo heráldico
con la representación de un gallo.
En el siglo XV continuaron las obras y se construyó
la torre campanario de planta poligonal. A comienzos del siglo
XVIII, la Seu Vella deja de emplearse para el culto religioso
porque se convierte en cuartel militar, por lo que la parroquia
de Sant Llorenç asumirá el carácter de catedral
mientras se construye la catedral nueva que no se inauguró
hasta el año 1781. En ese momento nuestra iglesia pierde
la condición catedralicia y regresa a su primitiva función
parroquial normal.

Durante la Guerra Civil, la mayoría
de las iglesias de Lleida fueron incendiadas y en Sant Llorenç
tales sucesos supusieron la quema del archivo y la perdida irreversible
de numerosas obras de arte mueble.
Poco después de la finalización
de la contienda van a iniciarse obras de recuperación.
En 1940 fue consagrada nuevamente, y volvió a asumir la
función de Catedral hasta el año 1956. Ya finales
del siglo XX (1989) se restauraron algunos magníficos retablos
medievales y se colocó alabastro para cerrar los ventanales
y el rosetón. En 2001 se restauró la torre campanario.

Exterior
De la iglesia románica primitiva sólo
queda a la vista parte del ábside semicilíndrico
con un ventanal de arco doblado de medio punto y los canecillos
de perfil de nacela.
El resto es fruto de la edificación
procedente de la ampliación gótica, incluyendo los
ábsides y capillas de formas poligonales o cuadradas angulosas
y multitud de contrafuertes en las esquinas, varios de ellos rematados
por gárgolas.
Las puertas de entrada pertenecen al gótico
final pues tiene arco conopial. La más interesante es la
meridional por su decoración con cardinas y el dintel con
dos escudos de los Gallart.

La torre prismática octogonal se eleva
mediante dos cuerpos, el inferior liso y el superior de campanas
con ventanas de arcos apuntados con tracerías.

Interior
Al entrar en la iglesia, rápidamente
comprobamos lo ya visto en el exterior. La nave central es la
románica. Se aboveda con medio cañón apuntado
sobre arcos fajones muy anchos que se apoyan en responsiones mediante
columnas entregas pareadas. Esta solución -típica
de la arquitectura hispanolanguedociana- es heredera de la Seu
Vella. Al fondo de la nave tenemos el ábside con cierre
en hemiciclo y bóveda de horno. Bajo él existe una
cripta.

La ya comentada ampliación del templo
en el siglo XIV va a obligar a abrir grandes arcos apuntados (para
su función como formeros) horadando los muros románicos
existentes entre las responsiones, lo que permite al visitante
reconocer el enorme grosor de las paredes de las construcciones
plenomedievales.

Las naves laterales góticas son más
estrechas que la central románica y sus tramos se cubren
con bóvedas de crucería simple a la misma altura
que la principal. Sus ábsides son hemipoligonales de cinco
lados y llevan la habitual bóveda de crucería en
abanico. Abiertas a toda la nave lateral de la Epístola
(sur) se construyeron pequeñas capillas de planta cuadrada.
También se hizo lo propio en el tramo más oriental
de la nave norte.

De igual modo comprobamos que se perforó
el ábside románico en sus extremos para construir
otras dos estancias.
Sumando la anchura de la nave central más
las laterales y las filas de capillas se conforma una iglesia
tan ancha que su planta es aproximadamente cuadrada.
Retablos y sepulcros
La iglesia de Sant Llorenç de LLeida
cuenta con obras escultóricas góticas que resultan
del máximo interés.
No referimos a los cuatro retablos góticos
de piedra policromada que se conservan, especialmente el del ábside
central dedicado a Sant Llorenç atribuido al escultor Bartomeu
de Robió.

Los otros tres retablos están dedicados
a San Pedro, Santa Lucía y Santa Úrsula.
También hay apreciables piezas de imaginería como
de "La Verge dels Fillols" (procedente de la Seu Vella),
o la llamada "Virgen de Saidí" o la imagen mutilada
del "Sant Crist Trobat".

Adosado al muro meridional de la iglesia encontramos
el monumental sarcófago de Ramon de Tàrrega.
