Guía
de la iglesia de Bordón, Teruel
Introducción
Según la tradición, en este lugar que era un bosque
de encinas (carrasca), en un momento incierto del siglo XIII fue
hallada una imagen de la Virgen que fue llevada a la vecina localidad
de Castellote. Sin embargo, misteriosa y milagrosamente, la escultura
de la madre de Dios regresaba todas las noches al lugar donde
había sido encontrada.
Los caballeros templarios, que eran los señores
de este territorio, decidieron construir en el mismo lugar del
hallazgo una ermita para albergar tan preciosa imagen.

Más tarde se construiría un templo
de mayores dimensiones. Al crecer la devoción por la Virgen
de la Carrasca fue creándose un poblado alrededor que fue
el origen de la actual localidad de Bordón.

Este edificio tendría planta rectangular como
tantos templos de repoblación que se construyeron entre
los siglos XIII y XIV en Teruel y en las actuales Comunidad Valenciana
y Baleares.

Exterior
Al
exterior de la iglesia de la Virgen de la Carrasca de Bordón
ofrece una estampa bastante sobria con numerosos aditamentos alrededor
de la nave original. El aspecto más atractivo de esta iglesia
parroquial de Bordón se percibe desde el lado meridional.
Apreciamos un arco ciego apuntado que pudo formar
parte de un pórtico más amplio después cegado
y alterado en el momento de la construcción de las capillas
anejas.

En cuanto a la puerta es un elemento gótico
de guardapolvos y dos arquivoltas y una pareja de columnas. En
una de las escocias, casi de forma imperceptible, se esculpieron
doce figuritas humanas que deben corresponder a los apóstoles
de Cristo.

Hay que fijarse bien en el alero original (porque
se recreció posteriormente) ya que se sostenía sobre
canecillos de tradición románica donde apreciamos
cabezas humanas y motivos geométricos muy sencillos.

Interior
La estructura interior primitiva también sería
sencilla: una sola nave con arcos diafragma apuntados que soportarían
una cubierta de madera a dos aguas y decorada con pinturas góticas
y mudéjares, como demuestra la figuración policromada
de una de las vigas que, por fortuna, se ha conservado y se encuentra
en los pies del templo.

Siglos más tarde -comienzos del siglo XVIII-
se eliminó la techumbre de madera y se construyó
una bóveda de medio cañón apuntado que se
decoró con un amplísimo programa pictórico
que sorprende sobremanera al que visita esta iglesia.

Enmarcados en espacios cuadrados, rectangulares y
romboidales aparece plantas, entre ellas gran cantidad de árboles
y flores, un sol, un ángel con el monograma de Ave María,
copas, edificaciones, animales, una escena de una procesión
con la imagen de la Virgen, etc.

Se ha querido ver en estos motivos, símbolos
esotéricos templarios sin tener en cuenta que cuando fueron
pintados hacía cuatro siglos que los caballeros del Temple
ya habían desparecido. También se han vislumbrado
posibles símbolos masónicos.

Capilla de Santa Lucía
La iglesia tiene varias capillas laterales en los
flancos sur y norte. De todas ellas, la más interesante
es la llamada Capilla de Santa Lucía -es obra gótica
del siglo XIV- que se encuentra anexa al costado meridional del
templo.

Su advocación original fue de San Jaime, Santa
Lucía, Santa María Magdalena y San Andrés.
Fue es una construcción del siglo XIV. En esta capilla
en 1399 Juan Pérez de Usson y Toda Falcón fundan
una capellanía siendo el lugar elegido para ser enterrados.

Posee una espectacular bóveda de crucería
cuyos nervios cruceros son polilobulados y decorados con estatuas
de ángeles. Las columnas ofrecen relieves alusivos al Ciclo
de la Natividad: pasajes de la Anunciación, Nacimiento
de Jesús y Epifanía de los Reyes Magos.

La clave de la bóveda tiene el relieve de
un Cristo entronizado entre ángeles que bendice con la
mano derecha y lleva un globo con una cruz que representa el universo.

Otra capilla medieval es la de los pies del costado
norte. También tiene bóveda de crucería pero
mucho más sencilla y convencional. La clave muestra una
cruz patada.

Del arte mueble que se ha conservado de época
medieval tenemos la pila bautismal extraordinariamente austera.
Es de forma caliciforme y su copa es totalmente lisa.

Desafortunadamente la venerada talla de la Virgen
de la Carrasca ardió durante la Guerra Civil Española,
junto con otra talla muy afamada y con fama de espantar las tormentas,
la Virgen de la Araña. Ambas se encuentran en el interior
del templo pero como reproducciones muy contemporáneas.
