Guía de la iglesia de San Xes de Francelos,
Ourense (San Ginés de Francelos)
Introducción
Ubicada a escasos dos kilómetros del
centro de Ribadavia (Ourense) en la misma ribera del Miño,
la hoy modesta capilla de San Xes de Francelos (San Ginés)
constituye el único resto conservado de un antiguo cenobio
femenino filial del Monasterio de Celanova. Como veremos, es uno
de los restos prerrománicos más interesantes y enigmáticos
de nuestro arte altomedieval.

La iglesia de San Ginés de Francelos
fue declarada monumento nacional (monumento histórico artístico)
en 1951.
Actualmente,
esta capilla es un pequeño edificio completamente rectangular,
de muy pequeñas dimensiones: 9,9 m. de largo x 6,9 m. de
ancho. Está orientada canónicamente. Existe un pórtico
moderno adosado a la fachada occidental. El edificio está
techado con cubierta de madera a dos aguas.
La construcción, casi con seguridad,
perteneció a un cenobio, no a una iglesia parroquial, ya
que en un documento del año 993 se cita el monasterio de
Francelos. Posteriormente, en 1156, se cita la iglesia de Santa
María de Francelos y a partir del siglo XV tiene la advocación
de La Magdalena, para posteriormente pasar a llamarse de San Ginés
(San Xes en gallego).

La puerta de la fachada oeste
Aun siendo interesante todo el conjunto, sobresale
muy especialmente la portada de la fachada occidental. Tiene ésta
un gran arco de herradura de larguísimas dovelas, tímpano
pequeño y dintel dovelado.

Los muros soportan el peso y en el umbral se
dispusieron dos semicolumnas con decoración sogueda en
los fustes y capiteles de pencas que imitan los órdenes
de hojas de acanto de los capiteles corintios romanos.

A sus lados hay dos relieves con personajes
a caballo y otros frente a ellos. Podrían tratarse de los
siguientes pasajes bíblicos:


Completa el repertorio decorativo un bellísimo
ventanal cuyo corazón es una celosía calada cuyas
protagonistas son dos flores o estrellas de ocho segmentos más
tres pequeños arcos de herradura.

La citada celosía queda envuelta por
una no menos hermosa cenefa de medio punto animada a base zarcillos
(tallos ondulantes) y fórmulas sogueadas de clara inspiración
asturiana.

En el extremo superior aparecen unas figuras que
pueden confundirse con formas vegetales pero que son verdaderamente
aves picando lo que podrían ser los frutos de la plantas
antes citadas. Su disposición horizontal dificulta su identificación
iconográfica.

Interior
El edificio una vez que penetramos en él
no tiene demasiado interés histórico-artístico
pues se nos presenta como un espacio completamente rectangular
cubierto con un techo moderno de parhilera con tirantes. Abunda
la imaginería y en fondo del muro que hace las veces de
cabecera tiene un retablo.

De nuevo podemos comprobar la reutilización
de piezas arquitectónicas del edificio altomedieval.

Datación
No es sorprendente que de este edificio con
restos de arte prerrománico se hayan ocupado innumerables
historiadores del arte que han ido aportando sus impresiones desde
hace un siglo.
Casi todos ellos inciden en lo difícil de su datación
porque la portada, con su estructura y relieves, parece que cuentan
con elementos de los tres tipos de prerrománico peninsular:
hispanovisigodo, asturiano y mozárabe.

Se ha dicho de esta construcción que
el edificio original sería mucho más grande que
el actual y lo que es hoy la puerta de ingreso sería el
arco triunfal reaprovechado.
En cuanto a la ubicación de ese importante
e hipotético edificio, se ha pensado habitualmente que
estaría en un lugar próximo, pero pocos autores
han defendido que se ubicase en el solar actual.

En el año 2017, fue publicado un interesante
trabajo arqueológico titulado: "Tres arquitecturas
altomedievales orensanas: Santa Eufemia de Ambía, San Xes
de Francelos y San Martiño de Pazó" cuyos autores
fueron José Carlos Sánchez-Pardo y Rebeca Blanco-Rotea
de la Universidad de Santiago de Compostela y Jorge Sanjurjo-Sánchez,
de la Universidad de A Coruña.
Este trabajo defiende que se han conservado
en el edificio actual restos de muros de finales del siglo IX
o comienzos del siglo X, en los muros sur, este y norte. El edificio
sufriría ruinas parciales por lo que sólo queda
una parte de las hiladas de sillares primitivas.

Además, en el momento o momentos de la reconstrucción
se reaprovecharon como elementos de los nuevos muros algunas piezas
arquitectónicas como fustes de columnas similares a las
que hemos visto en la gran puerta oeste.

Ésta es una gran aportación pues
por primera vez se demuestra que el edificio prerrománico
no se encontraba en "otro lugar" sino que es el mismo
que tenemos ante nuestros ojos, aunque muy transformado en varios
momentos posteriores.

Aunque no aseguran que la vistosa puerta occidental
con su tímpano, dintel, columnas y relieves pertenezcan
a este edificio prerrománico primitivo, concluyen que es
de lo más lógico que así sea pues pertenecen
al mismo momento cronológico.

Adscripción estilística
Desde el punto de vista meramente estilístico
y por la fecha que los citados autores adjudican al templo, es
probable que estemos ante una construcción de estilo prerrománico
asturiano, como así parecen indicar los sogueados de las
columnas y los capiteles que se parecen mucho a los de San Miguel
de Lillo. También la ventana con celosías tiene
su modelo en algunas de las iglesias asturianas.

Por otro lado, la presencia del arco de herradura
no es extraña a el prerrománico asturiano, como
se comprueba en la fase postramirense (la fase final, entre las
últimas décadas del siglo IX y las primeras del
X) como queda patente en los ventanales de San Salvador de Valdediós.
Podría aventurarse la hipótesis
de que San Ginés de Francelos suponga un eslabón
conector entre la arquitectura asturiana y la mozárabe
que empezaba a hacer acto de presencia en el norte peninsular
por influencia de monjes mozárabes que emigraban de Al-Andalus
para habitar con sus correligionarios.

