Guía
de la iglesia de San Martín de Tours, en la localidad de
San Martín de Unx, Navarra
Introducción
La
iglesia de San Martín de Tours se encuentra en la
localidad navarra de San Martín de Unx, situada
a unos 50 km. de Pamplona, en un punto intermedio entre Valdeaibar,
Ujué y Olite.
Como veremos en este artículo se le
considera como uno de los más encantadores templos del
románico navarro, emparentado con lugares tan afamados
como Pamplona, Sangüesa, Uncastillo o Sos del Rey Católico.
Su conservación, aunque como es habitual ha tenido algunas
transformaciones y una importante restauración en el siglo
XX, es realmente buena y mantiene la cabecera, la preciosa portada,
la nave, casi todo el conjunto de escultura exterior e interior
y su interesantísima cripta que, como veremos, le da una
personalidad singular.
La localidad de San Martín de Unx
San Martín de Unx es una pequeña población
asentada en un hermoso paraje de la región navarra de la
Zona Media, y que conserva un interesante patrimonio histórico-artístico.
Tres son los edificios medievales que centrarán
la atención del visitante. El principal monumento medieval
es la iglesia que nos ocupa de San Martín de Tours.
Seguidamente encontraremos la ermita de San Miguel,
que fue realizada en el siglo XIII y se encuentra muy cerca de
la anterior, junto al cementerio. Por último, citamos la
bonita iglesia de Santa María del Popolo, del siglo XIV,
en donde ya se evidencian las nuevas formas del gótico.
De
las tres iglesias citadas de la localidad, la más antigua
es la de San Martín de Tours, de estilo románico
y seguramente de mediados del siglo XII.
La localidad de San Martín de Unx se documenta
por primera vez hacia mediados del siglo XI en una donación
que recibió el monasterio de Leyre y el obispo Damián.
No sabemos si en ese momento ya existía en
este lugar un asentamiento urbano, que en cualquier caso parece
que ya se encuentra configurado a comienzos del siglo XII, como
atestiguan otros documentos.
En 1197 el rey Sancho VII "el Fuerte" (1194-1234)
le concedió el Fuero, y a partir de ese momento parece
que alcanzó una considerable riqueza. A partir de la baja
Edad Media sus rentas fueron administradas por diferentes miembros
de la nobleza, aunque solo perdió su condición de
señorío de realengo en 1837 cuando, reinando Isabel
II (1833-1868), se suprimieron definitivamente.
Iglesia de San Martín de Tours
La iglesia parroquial dedicada a San Martín
de Tours se sitúa en lo alto de la colina que protege la
ciudad y desde ella se contemplan magníficos paisajes.
Es un edificio del siglo XII, consagrado a la Virgen María
y a San Martín de Tours en 1156 aunque sufrió añadidos
y reformas, como la nave septentrional el coro y unitario.
Precisamente
en los años centrales del siglo XII es cuando se documenta
por primera vez el señorío, lo que cuadra bien con
las formas estilísticas de la cripta, que es la parte más
antigua del edificio. No obstante, debemos tomar esta fecha con
precaución, dado que sólo la conocemos por una copia
del documento original, que lamentablemente se ha perdido. Nuevos
documentos, ya de época posterior, la acreditan como una
abadía, que en el siglo XV se incorporó al priorato
de Velate, que a su vez dependía del obispado de Pamplona.
El exterior
En esencia nos encontramos ante un edificio
de factura románica, pero con algunos elementos añadidos
posteriormente que permiten identificar la penetración
de las formas góticas en Navarra.
La cabecera
El edificio muestra unas formas sencillas, con muros
realizados en sillares de buena labra, y ábside semicircular.
Exteriormente la altura de dicho ábside llama la atención
ya que debe englobar también la cripta que permite salvar
el desnivel del terreno. Los lienzos se encuentran reforzados
por gruesos contrafuertes. La cabecera tiene muros planos, si
bien en el interior presenta una forma semicircular, y entre los
contrafuertes se abren grandes ventanas con arcos de medio punto,
dotando de gran luminosidad el interior del edificio.
A pesar de la considerable altura a la que se encuentran,
debemos pararnos a observar con prismáticos o una cámara
con teleobjetivo los numerosos canecillos figurados que ayudan
a sujetar el alero del ábside pues son de gran interés.
Aparecen cabeza humanas y de animales realizando gestos, personajes
agarrándose en cuello, tocando instrumentos musicales y
no faltan los de contenido sexual.
Gran parte de los elementos que en la actualidad
podemos observar en el exterior de la iglesia obedecen a una ambiciosa
intervención de la década de los 70 del pasado siglo.
Así, el pórtico que se abre en el costado occidental
con una arcada de medio punto, originalmente era una nave de la
iglesia, que se había añadido en el siglo XVIII.
Las puertas
En la citada intervención también se
embutió en el muro sur la portada del desolado de Sengáriz,
se reconstruyó el hastial de los pies, y se restauró
el interior del edificio. Esta portada meridional es de factura
románica, con formas muy sencillas. Presenta un arco de
medio punto con tres arquivoltas, y dos columnas a ambos lados.
Más interesante es la portada occidental,
es proporcionada y bien trabajada y se le atribuye al Maestro
de Uncastillo (Cinco Villas de Zaragoza). Tiene tres arquivoltas
baquetonadas que se combinan con escocias con bezantes.
Los capiteles figurados muestran a San Martín
-el santo titular- en la iconografía más repetida,
cuando parte su capa de legionario romano para dársela
a un pobre tiritando de frió durante un duro invierno de
la Galia (en la ciudad de Amiens) del siglo IV. Más tarde,
Martín abandonaría el ejército y seguiría
su vida cristiana hasta convertirse en obispo y santo.
También encontramos una cesta con Sansón
y el león y otra con un infante guerrero -quizás
el propio San Martín- combatiendo a dos personajes monstruosos
que representa probablemente demonios.
En las columnas interiores, de mayor tamaño,
los capiteles muestran pequeñas cabezas de león
de cuyas fauces surgen tallos vegetales.
En el tejaroz de esta importantísima portada
románica sólo se han conservado dos canecillos originales
que muestran a un músico esperando para comenzar su melodía
mientras coloca el arco sobre su hombro derecho y sujeta una fídula
con la mano izquierda. El otro canecillo muestra al habitual acróbata
practicando un ejercicio de contorsionismo.
El interior
La cabecera
En el interior la iglesia de San Martín destaca
por sus dimensiones y por la pureza de líneas de su ábside.
Es inevitable que al entrar en el interior de la iglesia, la mirada
del visitante se dirija a la cabecera, por donde penetra una gran
cantidad de luz si el día es soleado.
Originalmente contaba con una única nave de
más de 7 metros de anchura, dividida en cuatro tramos y
cubierta con una bóveda de cañón apuntado,
si bien el templo actual tiene dos naves, pues en el siglo XVI
el muro septentrional fue derruido, para realizar una ampliación
de la iglesia, añadiendo otro cuerpo de factura gótica.
Los arcos fajones de la bóveda de la nave central se sostienen
sobre pilares con columnas semiadosadas y capiteles decorados
con formas vegetales. Una imposta con decoración de billetes
recorre todo el perímetro interior por la parte superior,
y tiene su continuidad en la cabecera. La nave se remata en un
presbiterio semicircular, bajo el cuál se encuentra la
cripta. La nave gótica tiene cuatro tramos, cubiertos con
bóvedas de terceletes y de crucería. A los pies
de la nave central se sitúa un coro, que también
es un añadido del siglo XV.
El ábside se divide en dos niveles por medio
de una imposta con decoración de billetes. La parte inferior
es lisa, mientras que la superior se encuentra horadada con tres
grandes ventanas abocinadas, con arcos de medio punto de grandes
dimensiones rodeada por una arquería con dobles columnas.
Uno de los dobles capiteles es vegetal y el otro muestra leones.
En los derrames de los ventanales pueden verse algunos
restos de policromía medieval, que sugieren que este espacio
presentaba un aspecto muy diferente del actual. Por encima, una
segunda imposta decorada con tacos marca el inicio de la bóveda
de horno con la que se cubre el espacio.
El
arte mueble
Entre las piezas de arte mueble del interior de la
iglesia se encuentra una interesante pila bautismal que se encontró
durante las obras de restauración del templo de la década
de los 70 del siglo XX. Sin duda, es de las mejores del tardorrománico
navarro.
Es una pieza con forma troncocónica invertida
en la que se observan tres hombres y tres mujeres dispuestos bajo
arcos de medio punto sobre columnas cuyos fustes fueron trabajados
con distintas y originales decoraciones. Probablemente sea una
representación de la sociedad que se acerca al bautismo
redentor simbolizado por una mujer -la Virgen María- que
amamanta al Salvador -el niño Jesús-.
Algunos autores la han fechado en el siglo XIV, aunque
otros la retrasan hasta la centuria anterior.
Otra
pieza que debe destacarse en el apartado del arte mueble es la
talla de la Virgen de la Leche, una hermosa talla gótica
situada en el costado septentrional del ábside.
La cripta
Lo más característico de San
Martín de Unx es su cripta. Solo cuenta con un acceso desde
el interior de la iglesia, situado en una escalera de caracol
a la que se accede desde el segundo tramo de la nave, que se sitúa
bajo el ábside y, al igual que el interior del templo,
es de unas dimensiones notables.
Estamos ante un espacio dividido en tres naves
delimitadas por seis columnas exentas más las adosadas
a los muros que conforman nueve tramos cuadrangulares, y otros
tres más que se adaptan al semicírculo del ábside.
La cubierta es de bóvedas de aristas, formadas
mediante arcos formeros y fajones.
Sus capiteles son vegetales y de grandes cabezas
humanas junto a leones. Lo íntimo y misterioso de este
espacio de intenso sabor medieval se acrecienta por el juego de
luces y diferentes perspectivas que se tiene con sólo caminar
dos pasos.
(Autores del texto del artículo
de ARTEGUIAS:
Víctor López Lorente y David de la Garma)