Guía del Museo Arqueológico Nacional
de España. Obras de arte medieval: visigodo, prerrománico,
románico y andalusí
Introducción
El
Museo Arqueológico Nacional de España (Madrid)
atesora las más importantes colecciones arqueológicas
y de arte desde la Prehistoria a la Baja Edad Media en España.
El Museo Arqueológico Nacional se ubica en
uno de los corazones culturales de Madrid. Concretamente en la
parte trasera del edificio proyectado por Francisco Jarreño
en el año 1865 y construido en 1892 por Antonio Ruíz
de Salces para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento
de América. Su dirección es Calle Serrano, 13.
Como decíamos anteriormente,
el Museo Arqueológico Nacional atesora valiosísimas
obras de arte de tiempos prehistóricos, prerromanos, romanos,
paleocristianos, visigodos, prerrománicos árabes,
mudéjares, románicos y góticos.
Entre los años 2008 y 2014 se
acometió una ambiciosa renovación del espacio museístico
decimonónico para adaptarlo a la estética y comodidad
de los espacios expositivos contemporáneos. El resultado
es espectacular, pero a los viejos conocedores del museo hay que
advertirles que las salas han sido renumeradas y parte de la colecciones
cambiadas de sitio.
Es del todo imposible aquí hacer
una relación completa de los tesoros medievales que el
Museo Arqueológico Nacional guarda. Por esta razón,
haremos una selección de las obras que se consideran más
acusadamente valiosas.
Colección medieval del Museo
Arqueológico Nacional de España
Las obras de arte del Museo Arqueológico
que corresponden con el periodo medieval se dividen en dos plantas:
Planta 1
La primera planta está dedicada
a la Antigüedad Tardía (periodos de arte paleocristiano,
hispano-visigodo y mozárabe) y Al-Andalus, además
de arte mudéjar.
Planta 2
En la planta 2, con la denominación
de "Los reinos cristianos", se exponen todas las piezas
correspondientes al arte prerrománico asturiano, mozárabe,
románico y gótico.
Planta 1. Salas 23: Antigüedad
Tardía
en esta sala encontramos mosaicos paleocristianos
tardoantiguos y toda una enorme colección de obras pertenecientes
a la dominación de los visigodos de la antigua Hispania
romana, con especial predilección por la joyería
y el lapidario de piezas procedentes de iglesias hispanovisigodas.
Sin embargo, como veremos, el conjunto de obras más importante
de esta sección es, sin duda, el Tesoro de Guarrazar.
Tesoro de Guarrazar
No exageramos en decir que el Tesoro
de Guarrazar (siglo VII d.C.) es quizás lo más valioso
del Museo Arqueológico, junto con alguna obra ibérica
como la celebérrima Dama de Elche.
Después de la penosa y rocambolesca
historia del descubrimiento y posterior deriva de las piezas encontradas
en el siglo XIX en Guadamur (Toledo), sólo una parte se
conserva en nuestro país, ésta del Museo Arqueológico
Nacional y la del Palacio Real de Madrid. El resto se expone en
el Musée National du Moyen Age en París.
Se trata de coronas y otras obras de
orfebrería donadas por reyes o alta nobleza del Reino Hispano-Visigodo
a alguna importante iglesia toledana. Son lujosas creaciones de
oro, piedras preciosas, perlas, nácar, vidrios artificiales
y cristal de roca. La influencia de Constantinopla y el arte bizantino
es evidente en la corte de Toledo durante aquellos siglos VI y
VII. Los más sobresaliente de este, ya de por sí,
inenarrable tesoro, es la corona votiva del rey Recesvinto y los
dos brazos de una cruz procesional de oro y gemas.
Fíbulas aquiliformes de Alovera
Las fíbulas se empleaban para
sujetar prendas de ropa y las hay de diversas formas y tamaños.
Fueron muy empleadas por los visigodos. Las más bellas
y espectaculares son las de forma de águila que pueden
llevar piedras semipreciosas y pastas vítreas. En el museo
se expone una pareja procedente de Alovera (Guadalajara) del siglo
VI d.C.
Fragmento de cancel con crismones
Este fragmento de cancel tiene su origen
en alguna iglesia de Mérida. Aunque se ha conservado parcialmente,
estaría compuesto por una serie de tres crismones en disposición
horizontal, con un Agnus Dei en el umbo del crismón central
y con dos pavos reales en las esquinas superiores.
Planta 1. Salas 24, 25 y 26. Al-Andalus
Estas salas están dedicadas al
arte andalusí y al arte mudéjar.
Son innumerables los capiteles emirales,
califales y nazaríes que se exponen en este espacio. Nosotros,
sin embargo nos centraremos especialmente en algunas obras especiales
de eboraria (arte en marfil) como el Bote de Zamora o la llamada
Arqueta de la Catedral de Palencia. También nos ocuparemos
de la pila de abluciones de Almanzor.
Bote de Zamora
El Bote de Zamora es una de las obras
maestras que alberga el Museo Arqueológico Nacional de
España. Se trata de un receptáculo cilíndrico
realizado en marfil de en el año 964 d.C. En los talleres
de Medina Azahara. Fue en regalo del califa Al-Hakam II a su preferida
Subh. La superficie exterior está tallada con gran cantidad
de motivos vegetales (ataurique), además de pavos reales,
gacelas y otras aves que recrean el ambiente pacífico propio
de un jardín palatino.
Arqueta de la Catedral de Palencia
Obra menos conocida pero también
de increíble calidad, la arqueta de la Catedral de Palencia
tiene alma de madera, aristas de cobre esmaltado y placas talladas
en marfil por el artista Abderramán ben Zeiyan, en el año
1050, en un taller de eboraria de Cuenca, durante el periodo de
la Taifa de Toledo. Los relieves muestran ataurique, parejas de
aves y gacelas simétricamente dispuestas y escenas de caza
donde leones capturan gacelas.
Pila de Abluciones de Almanzor
Se trata de una pila de abluciones de
la ciudad palaciega de Medina Al-Zahira, descubierta en fragmentos
en Sevilla. El frente principal está decorado con tres
arcos trilobulados, con alfiz y dovelas alternando unas con decoración
en relieve y otras lisas, sobre columnillas. La superficie se
completa con bello ataurique e inscripciones cúficas.
Cúpula mudéjar de Torrijos
De las obras de arte mudéjar
expuestas junto con las andalusíes sobresale la cúpula
del Palacio de los Duques de Torrijos (Toledo) del siglo XV. Está
construida con madera y yeso. Se trata de una techumbre octogonal
del tipo cupular ataujerado que apoya sobre trompas de mocárabes
y sobre dos frisos superpuestos. Encima aparece la gran cúpula,
repleta de lacerías y atauriques formando una malla estrellada
dorada y pintada en azul y rojo de gran riqueza decorativa.
Planta 2. Salas 27. Reinos Cristianos.
Arte Románico.
De época románica, los
restos guardados en el Museo Arqueológico Nacional son
importantísimos y de inexcusable visita. Se ubican en la
sala 27 de la segunda planta. Además del arte románico
esta gran sala se ocupa de otras manifestaciones artísticas,
como algunas piezas pertenecientes al prerrománico asturiano
y el arte mozárabe. También se encuentra aquí
la colección correspondiente al mundo gótico.
De la colección románica
lo más destacable es, por su importancia cualitativa, algunas
obras de eboraria altomedieval procedentes del Taller de León
del siglo XI, además de su enorme lapidario, repleto de
capiteles, arcos, columnas, maineles, etc. que abarcan un amplio
recorrido cronológico desde los comienzos del románico
internacional pleno hasta el tardorrománico. De este último
momento, cabe destacar, sin duda, los capiteles tardorrománicos
del interior de la iglesia y del claustro del monasterio premostratense
de Aguilar de Campoo, como veremos a continuación.
Crucifijo de Don Fernando y Doña
Sancha
se trata sin duda de una de las obras
maestras, no sólo conservadas en el Museo, sino de todo
el arte medieval español.
Este crucifijo de marfil de Doña
Sancha y Don Fernando fue donado por los reyes leoneses al Monasterio
de San Isidoro en el año 1063. Es todo un prodigio de minuciosidad
donde se combinan diferentes influencias que van desde la centroeuropea
hasta la de Al-Andalus.
Arqueta de las Bienaventuranzas
Obra fechada en 1063 y como el Crucifijo
de Don Fernando y Doña Sancha, fue creado en el taller
de eboraria de la capital del Reino de León.
Estaba formada por un recubrimiento
de plata (desaparecido). Importan las siete placas conservadas
de marfil con un ángel y un santo bajo un arco y una torre
con chapitel, en cada una de ellas, que representan las Bienaventuranzas.
Brazo de cruz procesional de marfil
se expone un brazo de una cruz procesional
mozárabe procedente del taller de eboraria de San Millán
de la Cogolla realizado en el siglo X. De los cuatro brazos, tres
se conservaban en el Museo del Louvre pero el Museo Arqueológico
Nacional adquirió uno de ellos en 1943. Del cuarto brazo
se desconoce su paradero.
El centro del brazo, hoy vació,
estaría ocupado por metales y piedras preciosas, Las placas
periféricas de marfil inciden en motivos habituales del
arte andalusí: ataurique vegetal salpicado de representaciones
de animales: leones, ciervos, águilas y grifos.
Arqueta de las ágatas
De nuevo, es una obra donada por los
reyes de León en 1063. Esta poco conocida arqueta es una
verdadera preciosidad que debería ser mejor expuesta en
el Museo Arqueológico Nacional porque en la actualidad
se halla un poco "escondida". Todavía hoy se
tienen dudas sobre la autoría cristiana o andalusí.
De alma de madera, las superficies llevan placas de ágata
sujetas por una montura de plata nielada con formas de lazos,
flores y espectaculares arcos de herradura.
Portada de la iglesia del Monasterio
de Arlanza
Situada en la planta primera, en el
acceso a la sala de arte andalusí, esta portada perteneció
a la fachada occidental de la iglesia del Monasterio de San Pedro
de Arlanza (Burgos). Este cenobio está considerado como
una de las "Cunas de Castilla" y uno de los centros
espirituales más impresionantes que tuvo la Castilla condal
y de sus primeras décadas como reino.
La portada propiamente dicha es un precioso
ejemplar de tres amplias arquivoltas de medio punto muy decoradas
con diversos motivos geométricos y altas columnas de fustes
torsos y acanalados. Los capiteles son vegetales con hojas rematadas
en volutas y pomas. Los cimacios van decorados con roleos.
Arco y columnas pertenecientes a
San Pedro de Dueñas de Sahagún
Este arco perteneció a la iglesia
del monasterio de San Pedro de Sahagún. Los capiteles son
de magnífica factura. En ellos se esculpieron escenas de
gran fuerza simbólica, donde predominan los combates entre
hombres y leones en clara alusión a la lucha permanente
del hombre contra sus pasiones y la muerte espiritual.
Capitel de la iglesia de Granja de
Valdecal
Cerca de Mave, Palencia, existió
una iglesia o un monasterio del siglo XI del que nada queda salvo
tres capiteles románicos de gran volumen, lo que nos indica
que la construcción debió ser muy grande. Uno de
ellos muestra a canteros realizando tareas propias de la construcción,
como trasladar un recipiente con mortero.
Lápida del sepulcro de Alfonso
Ansúrez
Fue recuperada del Fogg Museum de Harvard
por canje de otra pieza en 1933. Está considerada como
una de las obras más valiosas de estilo románico
que conserva el Museo Arqueológico Nacional.
Está esculpido a dos vertientes
y en el eje axial aparece el epitafio. La escultura muestra temas
escatológicos propios de la función del soporte,
como la Mano de Dios que emerge del Cielo para bendecir al difunto
ante los ángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
También aparecen los evangelistas
con forma humana, menos San Juan que lo hace en forma de ave.
Altorrelieve de la Virgen con el
Niño. Originario de San Benito de Sahagún
se estima que esta pieza de piedra tallada
en altorrelieve que representa a la Virgen María con el
Niño, procede también del Monasterio de San Benito
de Sahagún, concretamente del tímpano de una portada.
Se trata de una representación
de la Virgen Teothokos del periodo clásico del románico,
donde la Virgen y el Niño se presentan coronados y sentados
con una gran solemnidad y hieratismo que confiere un aspecto de
absoluta intemporalidad. En los huecos de las coronas, pechos
y ojos se incrustarían piedras preciosas, hoy desaparecidas.
En la esquina superior izquierda aparece
la inscripción: "RES MIRA/ NDA SAT/ IS BENE/ CONPLA/
CITVR A/ BEA/T/I/S
Capitel de San Benito de Sahagún
Lamentablemente, este magnífico capitel doble procedente
del Monasterio de San Benito de Sahagún se encuentra muy
fracturado y desgastado. En uno de los dos frentes se esculpió
una esfinge de largas trenzas puesta de pie y un bello ángel
bendiciendo.
Pila Bautismal de Mazariegos
Esta pila procede de Mazariegos (Burgos). La copa se decora con
una arquería de medio punto sobre columnas. Los arcos cobijan
rosetas y otros símbolos geométricos inscritos en
círculos. Bellas cenefas rodean la pila en su parte superior
a base de roleos.
El borde de la copa y la basa llevan
un sogueado, motivo que siendo muy usado durante el periodo románico,
procede de la decoración prerrománica. Testimonio
importante es su firma y datación: fue obra de un maestro
llamado Pedro y corresponde a la mitad del siglo XII.
Pila Bautismal de San Pedro de Villanueva
Procedente del famoso Monasterio de
San Pedro de Villanueva (Cangas de Onís, Asturias), el
Museo Arqueológico Nacional conserva esta original e interesantísima
pila. Tiene una poco habitual forma de cuba, decorada con dos
bandas de tallos ondulantes que cobijan hojas. En el centro una
gran inscripción no deja ninguna duda sobre su origen:
"IOHANNES ET MARIA FECERUNT HOC OPUS IN ERA MILA CLII".
Es decir "Juan y María hicieron esta obra en la era
de 1152" o lo que es lo mismo, en el año 1114.
Estatuas columna de San Pelayo de
Antealtares
fue frecuente que los altares se cubrieran
con baldaquinos, es decir, estructuras rectangulares o cuadrangulares
sostenidas por columnas que lo cubrían. En el Museo se
conservan dos estatuas columna de un baldaquino procedente del
Monasterio de San Pelayo de Antealtares, pertenecientes al segundo
cuarto del siglo XII. También es posible que se trate sencillamente
de los apoyos inferiores del ara. En cada una de estas estatuas
columna hay representados tres apóstoles.
En esta sala del Museo Arqueológico
Nacional se conservan dos de ellas. En el Fogg Museum de la Universidad
de Harvard se guarda un tercero y el cuarto ha desparecido.
Pilar de la lujuria
Este pilar, posiblemente procedente
de San Prudencio de Armentia, obra del siglo XII, pudo ser un
parteluz de una portada. El pilar lleva dos estatuas columnas
donde se representa una mujer con sapos, un contorsionista que
asoma su cabeza con cuernos entre las piernas, un hombre en cuclillas
y personajes humanos con cabezas de león y de perro respectivamente.
Relieve del Bautismo de Jesús
Procedente de Galicia y vinculado a
uno de los talleres que trabajaron en la fachada de las Platerías
de la Catedral de Santiago, se expone un relieve románico
en que San Juan Bautista bautiza a Jesús mientras el Espíritu
Santo desciende en forma de paloma.
Parteluz con Cristo Salvador
Procedente de la iglesia de Santiago
de Vigo (Pontevedra) es el parteluz en el que aparece Jesucristo
con nimbo crucífero con la inscripción: EGO SUM
ALPHA ET OMEGA. Se considera que es una pieza tardorrománica
de finales del siglo XII por el cierto naturalismo del rostro.
Apóstoles del coro de la Catedral
de Santiago de Compostela
Se trata de dos apóstoles (San
Bartolomé y Santiago el Menor) que pertenecían al
coro de la seo compostelana construido por el taller del Maestro
Mateo. Se aprecia el estilo inconfundible de este taller donde
el románico prácticamente ha dejado paso ya a las
formas naturalistas góticas.
Virgen sedente con el Niño
Estatua de bulto redondo policromada
integrante de un altar catalán. Se le ha llegado a relacionar
con el autor del frontal del altar de Santa María de Taüll.
Frontal de altar
La iconografía de este frontal
de altar, presumiblemente de origen leonés, es la habitual.
Un Cristo en Majestad inscrito en la mandarla mística preside
la escena bendiciendo. Alrededor se muestra a los "Cuatro
Vivientes" o Tetramorfos y el grupo de doce apóstoles.
Cruces procesionales y de altar
El Museo Arqueológico Nacional
conserva numerosas cruces metálicas esmaltadas medievales.
Son obras normalmente tardías de tipo limosino, aunque
algunas pudieran haberse ejecutado en España. Pertenecen
básicamente a los siglos XII, XIII y XIV y se usaron como
cruces procesionales y de altar.
Calvario románico y
gótico
De la imaginería medieval
que atesora el Museo Arqueológico Nacional de España
sobresale un Calvario de madera policromado formado por piezas
de distinta época. El Cristo crucificado es románico,
del siglo XII y posiblemente procedente de alguna iglesia de Salamanca.
Sin embargo, la Virgen María y el apóstol San Juan
son ya obras góticas de finales del siglo XIII, procedentes
del Monasterio de Gradefes (León).
Seis capiteles procedentes de la iglesia del Monasterio
de Santa María de Aguilar de Campoo (Palencia)
De los arcos torales y de las naves de la iglesia
del Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo
proceden estos seis capiteles de excelente factura. Los cuatro
primeros forman un ciclo iconográfico perfectamente coherente:
la muerte y resurrección de Cristo. Se cree que proceden
de los arcos torales del crucero.
El primero representa a las Marías ante el
sepulcro, Cristo y Magdalena y la duda de Santo Tomás.
El segundo muestra a Cristo mostrando las heridas
de la cruz (Varón de Dolores), y ángeles que le
flanquean con los objetos de la pasión.
En el tercero aparece el Descendimiento, en el cuarto
aparece la Ascensión.
Dos capiteles del interior de la iglesia también
han ido a parar al Museo Arqueológico Nacional. Pertenecerían
a alguna de las naves. Son muy conocidos pues el primero representa
al Rey David a caballo y el otro a Sansón desquijarando
al león, entre otros motivos.
Trece capiteles procedentes del claustro del Monasterio
de Santa María de Aguilar de Campoo (Palencia)
Además de los anteriormente citadas piezas
de Aguilar de Campoo, el Museo Arqueológico Nacional se
exponen otros trece conjuntos de capiteles (sencillos, dobles
y hasta triples), en este caso, originarios del claustro aguilarense.
Del uno al trece, la iconografía
de estos capiteles es:
1.- Huida a Egipto.
2.- Arpías y leones.
3.- Soldados de la época luchando con animales.
4.- Animales envueltos en follaje.
5.- Matanza de los Inocentes.
6.- Resurrección de Cristo y la escena de las Dos Marías.
7.- Resurrección de Lázaro.
8.- Resurrección de Cristo y un ángel.
9.- Anunciación.
10.- Apostolado
Los tres restantes tienen cesta vegetal.
Aún existió otro capitel en el Museo procedente
de este claustro que fue entregado al Fogg Museum con motivo de
recuperar la lauda sepulcral de Alfonso Ansúrez. Tenía
grifos y leones entre follaje vegetal.