El MARQ, Museo
Arqueológico de Alicante, se inauguró en
2000, albergado en un antiguo hospital con planta de espina
de pez, uno de los monumentos emblemáticos de la ciudad,
construido en 1924 por el arquitecto municipal y provincial
Juan Vidal Ramos que imprime su personal sello en numerosas
e importantes edificaciones de la ciudad. Se encuentra en
el corazón de la ciudad, muy cerca de la playa del
Postiguet y a pie del Castillo de Santa Bárbara.

Anteriormente,
el museo se encontraba alojado en el Palacio Provincial, edificado
también por el arquitecto mencionado, pero con el tiempo
se había quedado demasiado pequeño y obsoleto
para las necesidades actuales.

El
uso de nuevas tecnologías fue básico en el concepto
museográfico del nuevo museo, primando la didáctica
y la escenografía. Los materiales seleccionados para
mostrarse proceden de yacimientos arqueológicos de
toda la provincia; una gran pantalla de ordenador al comienzo
de la visita, permite al visitante conocer la situación
geográfica y características de estos. La originalidad
y calidad en la apuesta museológica y museográfica
del MARQ fue premiada en 2004 con la distinción "Mejor
Museo Europeo del Año".

Colecciones
permanentes del MARQ
El Museo Arqueológico
de Alicante plantea, para su visita, un recorrido cronológico
a través de sus salas. Todas ellas tienen a su entrada
una pantalla táctil que informa sobre el contenido
de la sala. Juegos ópticos o vídeos didácticos
en los laterales ayudan a la comprensión de los materiales
expuestos.

Prehistoria

La primera de las
salas es, por supuesto, prehistoria. Incluye piezas desde
el paleolítico hasta la Edad del Hierro y el Periodo
Orientalizante. La importancia que la pintura neolítica
de estilo macroesquemático tiene en el levante peninsular,
se evidencia en esta sala, mostrando, entre otras cosas, un
vídeo en las paredes laterales que ilustra sobre los
comienzos de la vida en este área, marcada por el hábitat
en cuevas.

En cuanto a las piezas
expuestas, las hay originales, centrándose en útiles
de piedra y cerámica, así como reproducciones
de enterramientos.
Cultura ibérica

La segunda se dedica
a la cultura ibérica, llamada "Contestania"
en esta zona. Vasijas de cerámica y terracota, adornos,
armas (falcatas), así como piezas escultóricas
talladas en piedra y otros objetos constituyen la colección
de esta sala.
Un buen
ejemplo de las piezas cerámicas es el jarrón
procedente de Tossal de Manises (Alicante) de finales del
siglo III a.C. y que está decorado con dos guerreros
con lanzas montados a caballo.

Del apartado de la
escultura es destacable el busto de la Dama de Cabezo Lucero,
procedente de la Necrópolis de igual nombre. Aunque
los fragmentos originales son limitados, su reconstrucción
hace recordar -especialmente por los rodetes- a la mismísima
Dama de Elche.
Otra pieza significativa
es un busto acampando y hueco de terracota que represente
una mujer. Fue hallada en la Necrópolis de La Albufereta
y es fechable entre los siglos IV y III a.C. El rostro de
la fémina muestras un modelado relacionado con el arte
griego.

Tal relación
artística y cultural entre los griegos y los íberos
del litoral levantino se debe a la vitalidad comercial existente
en la época entre los distintos confines del Mediterráneo.
Precisamente, en el MARQ se conserva un grupo nutrido y de
calidad de piezas de importación -de origen púnico
y griego- encontrados en los yacimientos ibéricos de
la provincia.

Roma
Continúa la
visita con la sala de Cultura Romana, siendo el yacimiento
en la propia ciudad alicantina de Lucentum o el Tossal de
Manises, el que más contribuye con materiales a la
misma.

Entre
las piezas más interesante destacamos una pequeña
lucerna de cerámica de Portus Ilicitanus (Santa Pola)
fabricada en el siglo I d.C. bellamente decorada con la figura
de un pastor paciendo ovejas y cabras, dos de las cuáles
comen hojas de un árbol donde vigila un ave en su nido.

Época
medieval

La siguiente sala
corresponde a la época medieval, encontrando en ella
la gran huella dejada por la civilización árabe
en la provincia, donde destacan inscripciones funerarias,
cerámica de los siglos X al XIII, tanto de "cuerda
seca" como "destellos dorados".

De fechas anteriores,
son muy destacables los frisos visigodos del siglo VII originarios
de La Albufereta (Alicante) con formas circulares geométricas
y vegetales. La pieza más bella es la que contiene
una cruz con las letras "S" y "C" (El
Salvador es Cristo) y las letras alfa y omega en el exterior.

También se
exponen objetos cotidianos de la Baja Edad Media cristiana,
como vajillas de cerámica, además de sellos
y monedas de diferentes reyes de la Corona de Aragón.
Época
moderna
La última sala
corresponde a la época moderna (considerada entre 1500
y 1931); como en el resto, los objetos de uso cotidiano y
los de lujo ayudan a conocer la forma de vida de toda una
sociedad, siendo muy interesante la colección de imágenes
fotográficas y de cine que se puede contemplar aquí,
ofreciendo detalle de la vida privada, el trabajo y la vida
social de la época.

El
mundo de la Arqueología
Muy interesantes son
tres escenografías de arqueología de campo situadas
en el centro del edificio, que ofrecen al visitante la oportunidad
de convertirse en arqueólogo, o, por lo menos conocer
algo más de su método de trabajo, mucho más
científico de lo que las películas de aventuras
muestran, en tres ámbitos muy diferentes:
