El Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza
no está en las propias dependencias de la catedral seguntina
sino en un edificio aparte. Concretamente se encuentra enfrente
del edificio catedralicio, en la Plaza del Obispo D. Bernardo
s/n. En la conocida como "Antigua Casa de los Barrena"
palacete clasicista que fue propiedad durante siglos de la familia
Gamboa.
Tras
diversos usos hosteleros y comerciales durante la primera mitad
del siglo XX fue adquirido por el Obispado de Sigüenza e
inaugurado como museo diocesano por el obispo Laureano Castán
Lacoma, quien lo inaugura el 11 de mayo de 1968. Fue un gran acierto
pues se pudieron recuperar valiosas obras de arte procedentes
de aldeas despobladas de la provincia o en riesgo de ser perdidas,
expoliadas, etc.
El museo se articula mediante salas pertenecientes
a las antiguas estancias palaciegas ubicadas alrededor de un patio
central porticado mediante columnas toscanas.
A pesar de ser un espacio museístico no demasiado
grande, ofrece mucho interés para los amantes de la historia
y del arte pues conserva piezas de gran valor y ha sido complementado
recientemente con maquetas y algunas reproducciones de esculturas
románicas y góticas que, de otro modo, no se podrían
contemplar por estar actualmente ocultas o en rincones poco visibles.
Colección medieval del Museo Diocesano
de Arte Antiguo de Sigüenza
Centrándonos exclusivamente en la colección
medieval de este museo hay numerosas piezas a destacar.
Además de la recepción que encontramos
al entrar, enseguida hallamos una estancia que se abre tras pasar
bajo dos bellos arcos angrelados de estilo mudéjar recuperados
de una vivienda de la Travesaña Baja de Sigüenza.
Esta sala está presidida por una de las obras más
importantes del museo: el cuadro de la Virgen Niña, de
Zurbarán.
Pero volviendo a nuestro principal interés
por los medieval, está sala también está
protagonizada por una buena colección de imaginería
gótica y otras piezas que luego describiremos.
Dentro de la categoría de imágenes
en madera hay que fijarse en varias Vírgenes "Trono
de Sabiduría" como la Virgen de la Sopeña procedentes
de San Andrés del Congosto (siglo XIII-XIV), o la que se
encontraba en la Ermita de San Bernabé de Hijes (siglos
XIV-XV).
Otra Virgen conocida como de la Concepción
es una interesante talla gótica de madera con restos de
policromía, procedente de la propia catedral.
Una singular y pequeña pieza que tenemos que
contemplar con detenimiento es el relieve gótico de alabastro
policromado de la Escuela de York con el Descendimiento de Cristo.
Aunque de pequeño tamaño -pueden pasar
desapercibidos- no podemos dejar de admirar dos fragmentos de
tela bordada de origen sasánido (siglos XI-XII) que pertenecían
a la arqueta relicario que contenía las reliquias de Santa
Librada. Hay que recordar que Don Bernardo de Agen hizo traer
parte de los restos mortales de Santa Librada y San Sacerdote
a su nueva sede episcopal.
La primera fue una cristiana martirizada en el siglo
III durante las persecuciones romanas y sus reliquias se guardaban
en el monasterio aquitano de Sainte Livrade sur Lot. Estos dos
lujosos fragmentos de tela persa eran parte del revestimiento
de las reliquias. En uno de ellos aparecen dos grifos rodeados
de diferentes elementos geométricos y zoomorfos. En el
otro, la protagonista es una gran águila con las alas explayadas
con dos círculos que contienen las figuras de sendos cuadrúpedos.
En los últimos tiempos se han hecho exquisitas
y fieles reproducciones de ménsulas figuradas románicas
ubicadas en el interior de la capilla mayor y también del
conjunto escultórico de la trompa que se sitúa en
el brazo sur del transepto y que, debido a su considerable altura,
muy pocos la descubren y menos aún aciertan a identificar
su iconografía. También se exponen reproducciones
de metopas y canecillos góticos de las cornisas superiores de
la nave central.
Otras salas muestran importantes creaciones como
el cuadro del Santo Entierro, atribuido a un discípulo
del Tiziano; la pintura de óleo sobre tabla del Maestro
de Pozancos que también trata de la sepultura de Cristo,
incluso una pareja de campanas del siglo XV con sendas inscripciones
perfectamente legibles.
Pero con seguridad, volviendo a la imaginería
medieval, el grupo más importante del Museo Diocesano de
Arte Antiguo de Sigüenza es el Calvario gótico del
siglo XIV procedente de la aldea despoblada de Villacadima. Es
de monumentales proporciones, policromado y dorado. Son de gran
expresividad los rostros tanto de Cristo como de la Virgen y San
Juan. Se aprecia un avanzado naturalismo en los pliegues de todos
los ropajes.
En otra de la salas el museo hallamos una puerta
románica procedente de la iglesia parroquial de Jócar.
De pequeño tamaño, como corresponde a un templo
rural, guarda sus armoniosas formas a base de cuatro arquivoltas
de medio punto lisas y de aristas vivas apenas decoradas con puntas
de diamante y pequeños cuadrados incisos. Los apoyos son
las jambas y dos parejas de columnas. Dos de los capiteles son
figurados a base de aves y personajes de cuerpo entero.
A pocos metros de esta puerta tenemos la pila bautismal
románica procedente de Canales del Ducado. Es de tipo cubeta,
cilíndrica, con arcos de medio punto sobre columnas que
acogen algunos personajes, plantas y animales. La parte superior
está ornada con tallos vegetales ondulantes.
Recientemente, se han colocado en el centro del patio
del museo dos espectaculares maquetas que reflejan momentos distintos
de la construcción de la catedral seguntina: la fase románica
y la subsiguiente etapa gótica.
El detallismo de estas creaciones es soberbio pero
sobre todo resultan muy interesantes pues muestran la compleja
evolución arquitectónica de la seo seguntina desde
sus comienzos plenamente románicos hasta su finalización
gótica. Hay que recordar que trabajaron durante tres siglos
numerosos talleres que fueron modificando el plan inicial, lo
que se traduce en que la catedral de Sigüenza no es fácil
de interpretar puesto que estilos y tendencias se entremezclan
y superponen de forma delicada pero a veces confusa para quien
no conozca bien sus fases constructivas.
A fecha en que se escribe este artículo (Abril
de 2019) está prevista la realización de una tercera
maqueta que muestre el estado actual del templo tras las obras
del siglo XVI, muy decisivas pues fue en este momento cuando se
derribaron los ábsides románicos laterales que rodeaban
al central para realizar una girola renacentista.
Según nos cuenta la amable guía del
museo, estas tres maquetas previsiblemente serán
trasladadas posteriormente a la propia catedral.