Guía
monumental (arte e historia) de Roncesvalles, Navarra
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Roncesvalles |
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Navarra |
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Pirineos
Orientales |
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Introducción
a la guía de arte (monumentos y rutas)
Un
legendario lugar llamado Roncesvalles
Desde
tiempos remotos este lugar es considerado
paso natural entre España y Francia y recorrido por celtas,
romanos y todos aquellos pueblos que anduvieron entre ambos territorios
Los valles de la baja Navarra
envuelven al viajero en un fascinante viaje. Pero es al llegar al
desfiladero de Roncesvalles cuando el fatigado peregrino encuentra
reposo. El abrupto ascenso a este privilegiado enclave de los Pirineos
es un regalo para la vista y para el espíritu. El pasado
medieval despliega su encanto a cada paso, con renovado esplendor,
cautivando al caminante que llena de vida sus empedradas calles.
No
en vano, Roncesvalles sigue siendo en Navarra un paso obligado para
los miles de peregrinos que cada año recorren el "campo
de las estrellas", el camino para llegar a Santiago. El curso
de la historia quiso además, que fuera exactamente en este
lugar, paso natural de los Pirineos, donde se librara, allá
por el año 778 la famosa batalla que desbarató las
huestes de Carlomagno, quien regresaba a Francia tras un fallido
intento de tomar Zaragoza. Aquí, el Emperador perdió
al mejor de sus caballeros, cuyo destino fue más tarde inmortalizado
en "Chanson de Roland", el "Cantar de Roldan".
Monumentos
de Roncesvalles
Esta hermosa población
tiene una triada de monumentos fundamentales para el visitante;
la colegiata de Santa María, la Capilla Capilla de
Sancti Spíritus (Silo de Carlomagno) y la iglesia de Santiago
Capilla
de Sancti Spíritus (Silo de Carlomagno)
El viaje al medioevo comienza
en el primitivo Hospital que desde el año 1132 acogía
a los peregrinos y del que, por desgracia, no queda hoy vestigio
alguno. Sin embargo, la belleza del románico fluye en cada
esquina. Uno de los ejemplos más claros es la Capilla
de Sancti Spíritus, también conocida como
"Silo de Carlomagno". Según la
tradición, este edificio fue creado para enterrar a Roland
junto a los doce pares que fallecieron con él en la batalla
de Roncesvalles. Otras leyendas cuentan que fue allí donde
clavó su espada tras la derrota sufrida frente a los vascones.
Su origen se remonta al
siglo XII, por lo que es el monumento arquitectónico más
antiguo de Roncesvalles. Durante la Edad Media aquí se oficiaban
las misas por los peregrinos fallecidos en el Hospital, cuyos restos
eran más tarde depositados en un osario que existe bajo la
capilla. En cuanto a su estructura, en el siglo XVII el peregrino
Domenico Laffi escribía lo siguiente "tiene una bella
cúpula en pirámide que lleva en lo alto una hermosa
cruz".
El conjunto presenta además,
una planta cuadrada y una bóveda de crucería simple.
En el siglo XVII se añadió un pequeño claustro
con arcos de medio punto en tres de sus lados, destinado al enterramiento
de los canónigos.
Iglesia
de Santiago
Junto al "Silo de Carlomagno"
encontramos la pequeña y encantadora Iglesia de Santiago.
Este monumento de líneas góticas se levantó
en el siglo XIII pero renovada a principios del siglo XX, pues se
encontraba casi en ruinas, conserva pocos elementos de aquellas
épocas. Es cierto que su reconstrucción intenta llegar
al estilo gótico pero ni la construcción, ni la metodología
son las mismas.
Presenta en su fachada la
cruz de Roncesvalles en un espléndido rosetón, siempre
de principios del XX. Conserva eso sí, la campana de la antigua
ermita de San Salvador de Ibañeta que según la tradición,
servía para guiar a los peregrinos y era la más oída
de toda Europa.
Consta de plata rectangular
con bóveda de crucería simple con una cabecera recta
coronada de un alargado ventanal de arco ojival. En su interior
destaca una figura del Apóstol Santiago.
Colegiata
de Santa María de Roncesvalles
Pero sin duda uno de los
monumentos más interesantes de Roncesvalles es la Colegiata
de Santa María, levantada por orden del Rey Sancho
VII "El Fuerte" en torno al año 1215; aunque parte
de su aspecto actual data del siglo XVII. La Colegiata fue concebida
como el lugar donde quería ser enterrado este monarca y es
el mejor ejemplo navarro del gótico. Consta de tres plantas
y una cabecera decorada con magníficas vidrieras de colores
de reciente factura. En su fachada podemos apreciar un vano con
tres arquivoltas. En el interior merece la pena ver la soberbia
talla gótica de madera de La Virgen de Roncesvalles, realizada
en Toulouse a mediados del siglo XIV, así como la Capilla
del Santo Cristo, del siglo XVII.
El Rey Sancho, que aspiraba
a descansar eternamente en la Colegiata, no consiguió cumplir
su deseo, pues su tumba fue destruida en el siglo XVII. Entonces,
sus restos se reconstruyeron y fueron trasladados a la Sala
Capitular, más conocida como Capilla de
San Agustín, cuyo mausoleo puede visitarse en la
actualidad. Esta capilla, construida en el siglo XIV presenta una
planta cuadrada cubierta con bóveda de terceletes que se
apoya en cuatro ménsulas con forma de ángeles. Por
su cúbico y robusto aspecto exterior más bien podría
parecer una fortaleza, por lo que también se lo conoce como
Torre de San Agustín.
El mausoleo de Sancho VII
de Navarra fue situado en el centro de la Capilla en el año
1912, fecha en la que se conmemoraba el aniversario de la Batalla
de Las Navas de Tolosa (1212), donde el monarca derrotó al
ejército almohade a las órdenes de Miramamolín.
Precisamente en la verja de la Sala Capitular se pueden hoy contemplar
las cadenas pertenecientes a la tienda del Emir, que Sancho VII
trajo como símbolo del triunfo en la batalla y que, según
la leyenda, sirvieron de inspiración al escudo de Navarra.
Más
información de la Colegiata
de Roncesvalles
Otros
monumentos de Roncesvalles
Hoy en día es poco
lo que queda de muchos de los edificios góticos de los que
se encontraba orgullosa la aldea de Roncesvalles. Remodelados o
rehabilitados, todos y cada uno de ellos han sufrido el paso del
tiempo y de los miles de peregrinos y visitantes que han ido adaptando
los edificios a sus necesidades. Es el caso de la llamada Casa
Itzandegia que, en la actualidad, es uno de los albergues para
peregrinos más antiguos del Camino, sino el más primitivo.
Terminado de rehabilitar
en el año 1993, coincidiendo con el Año Santo Jacobeo,
la documentación histórica parece revelar un edificio
gótico del siglo XIII que fue reconstruido en los dos siglos
siguientes. Se trata de una recia casona con contrafuertes.
Y para completar el Roncesvalles
medieval la visita al Museo-Biblioteca es un paso obligado.
Aunque el edificio no posee una arquitectura digna de reseñar:
se trata de un edificio funcional que data de finales del siglo
XIX, los tesoros que alberga en su interior merecen toda la atención
del visitante.
Más de 15.000 volúmenes
componen un fondo documental en el que destacan incunables y obras
siempre ligadas a su tradición jacobea. En el Museo se puede
admirar una pieza auténtica, conocida como el Ajedrez
de Carlomagno así como un relicario de plata dorada y
esmaltada que, según cuenta, perteneció al monarca.
También se exhiben un evangeliario románico de plata
del siglo XII, un fabuloso tríptico del Calvario de la escuela
de "El Bosco" y una esmeralda que según la tradición,
Sancho VII el Fuerte arrebató del turbante de Miramamolín,
el mismo al que le sustrajo las cadenas de Navarra.
A las afueras de Roncesvalles
se encuentra el primer signo de que el peregrino, se encuentra en
el paso correcto hacia España y el Camino de Santiago. La
Cruz de los Peregrinos da la bienvenida al viajero desde el
año 1321. El monumento está formado por una cruz florida,
con rosetones esculpidos en cada brazo y en medio de ellos, el Jesús
crucificado. Debajo aparece la Virgen con el Niño y una inscripción
que dice: "Esta obra la mandó hacer la señora
piadosa de Yaurrieta", junto a dos retratos apenas en bajorrelieve.
El más reciente de los monumentos de Roncesvalles es el que
conmemora la Batalla de Carlomagno, donde perdió sus
tropas a manos de los vascones. Se trata de una gran piedra caliza
en la que se insertan dos placas de bronce con relieves que muestran
algunas de las escenas de la batalla y en las que se representa
a Roland, par de Francia y el mejor de los caballeros de Carlomagno.