Parque
arqueológico de Recópolis (Zorita de los Canes, Guadalajara)
Introducción
a su historia
Recópolis
fue una ciudad palatina creada ex novo por Leovigildo allá
por el año 578 en honor de su hijo Recaredo que tuvo importante
vitalidad durante siglos, incluso una vez conquistada la Península
por los musulmanes en el siglo VIII (pasándose a llamar Madinat
Raqaubal).
Esta
ciudad fue un importante centro administrativo de esta zona central
del Reino. El carácter urbano y palatino de Recópolis
debe mucho a la admiración de Leovigildo por la civilización
bizantina que todavía permanecía viva en las costas
mediterráneas de España.
El Yacimiento de Recópolis
está a menos de 2 kilómetros de Zorita de los Canes
(sur de Guadalajara) y la Junta de Castilla La Mancha decidió
crear un Parque Arqueológico con un centro de interpretación
para la puesta en valor de estas vetustas ruinas.
El valor de Recópolis
es grande, especialmente porque de la etapa del reino Visigodo,
a pesar de su importancia histórica, nos han quedado sorprendentemente
pocas construcciones y obras de arte.
Pero
atención, Recópolis es de más interés
para el arqueólogo o el historiador que para el aficionado
al arte. Y es que como suele ocurrir es estos casos el conjunto
de ruinas no depara grandes sorpresas monumentales ni artísticas.
Hay que pensar que esta ciudad quedó despoblada en el siglo
IX cuando la población musulmana se mudó al vecino
castillo de Zorita, más fácilmente defendible ante
las acometidas cristianas.
Además de la rápida
ruina que asola una ciudad abandonada y más si el proceso
dura largos siglos, lo más agresivo fue el uso de sus restos
como material de acarreo para la construcción de la citada
fortaleza árabe de Zorita, lo cual es otra de las razones
habituales por las que los yacimientos arqueológicos de la
Antigüedad y de la Alta Edad Media suelen estar tan esquilmados.
Una observación atenta y meticulosa nos permite reconocer
sillares e incluso piezas de columnas visigodas en esta fortificación.
Partes
de la ciudad de Recópolis
Recópolis fue una
ciudad de 30 hectáreas de superficie que se dividía
en dos áreas, la villa alta o área palatina y la villa
baja o área que ocupaba el resto de la población.
Área Palatina
Esta ciudad amurallada tenía
un área palatina que se comunicaba con el resto mediante
una puerta monumental y estaba constituida por una iglesia y una
serie de edificios de carácter civil que se construyeron
alrededor de una amplia plaza.
La iglesia palatina (arriana,
pues Leovigildo todavía no se había convertido al
Catolicismo) tenía planta de cruz latina y tres naves (aunque
las naves laterales estaban separadas de la central por un muro
continuo) y disponía de nártex y baptisterio.
En
esta zona de acceso, entre el nártex y la puerta de acceso
quedan las grandes basas de columnas monumentales que embellecían
el acceso al templo.
En el siglo XII los repobladores
cristianos encontrarían el templo parcialmente derrumbado
y acometieron reformas que hoy se aprecian en los arcos y columnas
románicas de la cabecera (Esta iglesia románica construida
sobre la visigoda se denominó Ermita de la Virgen de Recatel).
Los citados edificios civiles
eran alargados y tenían dos plantas de altura y se estructuraban
mediante los muros perimetrales y una hilera de gruesos machones
de planta cuadrada en su interior.
Este conjunto urbano servía
de palacio residencial para la clase dirigente y como espacio para
los distintos trabajos administrativos y públicos.
Resto de la ciudad
Al otro lado de la puerta
monumental se hallaban las viviendas, talleres artesanos, tiendas
y otros espacios de la vida urbana.
El
Centro de Interpretación
El centro de Interpretación
es pieza imprescindible del Parque porque permite conocer la historia
de la ciudad, el contexto histórico, político y social
de la misma y sobre todo ayuda a imaginar y visualizar lo que debió
ser esta importante y bulliciosa ciudad.
Para ello cuenta con reproducciones
de piezas halladas en las excavaciones como dos monumentales capiteles
corintios degenerados, un fragmento de cancel, otro de sepulcro
con una cabeza esculpida, un capitel pequeño con volutas,
diversas monedas, etc.
Muy interesantes son los
paneles explicativos, algunos de los cuales están basados
en infografía 3D y que muestran como fueron las más
importantes estructuras urbanísticas de la ciudad.
No faltan algunos ordenadores
con pantallas táctiles para que los más pequeños
se entretengan en sencillos y divertidos juegos arqueológicos.
También hay una sala
de proyecciones donde se emite un documental de un cuarto de hora
también basado en las mismas simulaciones infográficas.
El personal que atiende
el centro de interpretación es amable y procura que la visita
sea agradable.
Cerca
de Recópolis: Zorita de los Canes
La
visita a este Parque debe ir acompañada inexorablemente a
la del mencionado castillo de Zorita de los Canes. Como dijimos,
fue en origen una fortaleza musulmana construida para mejor defensa
de la que proporcionaba Recópolis, aunque no pudo resistir
el avance cristiano de los siglos XI y XII.
Tras ser conquistada pasó
a manos de la Orden Militar de Calatrava (1174) y en este periodo
fue ampliada.
Además de los grandes
murallones que se entremezclan un poco caóticamente con las
rojizas rocas del cerro, debemos ver el arco de herradura original
del castillo moro así como la iglesia tardorrománica
que se encuentra en su parte más alta y cuyo ábside
de semitambor fue aprovechado como torreón de la fortaleza
(perfectamente visible desde la carretera que conduce a Albalate
de Zorita). El interior de esta iglesia muestra gran severidad de
tipo cisterciense un ábside con bóveda de horno reforzada
por nervios.