Guía
monumental de Carmona, Sevilla
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Carmona |
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Sevilla |
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Campiña
y Alcores |
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25.932 |
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248 |
Introducción
a Carmona
Crecida
sobre una loma que domina la vega del Corbones, la villa de Carmona
ofrece un interesante conjunto de arte e historia.
Muy lejanos quedan los tiempos
en los que fue bautizada esta villa sevillana. Pues su nombre se
remonta a tiempos cartagineses, cuando éstos llamaron a este
enclave eminentemente defensivo Kar-Hammon, evidenciando su dedicación
a la Hammon, divinidad solar de Cartago.
Las indudables características
defensivas de Carmona no pasaron desapercibidas para las diferentes
civilizaciones posteriores que ocuparon estas fértiles tierras.
Así, los musulmanes aprovecharon el lugar, nombrándole
como Karmonch y convirtiéndole en capital de un poderoso
reino de taifas. Así se mantuvo hasta 1247, cuando Rodrigo
González Girón la conquistó para la cristiandad,
conservando aún hoy en sus calles el rastro de las diferentes
culturas que han pisado este lugar desde hace cuatro milenios.
Imágenes
de gran formato de Carmona
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Calles
de Carmona. Sevilla |
Plaza
en Carmona |
Muralla
de Carmona |
Muralla
de Carmona
Una buena muralla protegió
el casco urbano de Carmona de cuantas incursiones intentaron recuperar
el lugar para los musulmanes.
De aquellos lienzos, se
conserva buenas muestras, así como la Puerta de Córdoba,
un magnífico acceso a la ciudad de decoración barroca
y formas que recuerdan su origen romano. En el extremo opuesto de
la ciudad, se levanta la puerta de Sevilla.

Entre uno y otro arco fortificado,
se encuentra buena parte del patrimonio monumental carmonense, entre
el cual destaca un interesante conjunto de casas señoriales
y palacios. Buena muestra de ellos se erigieron en lo que, hoy,
es la calle de Dolores Quintanilla. Uno de los más destacados
es el que perteneció a Marqués de las Torres que,
en la actualidad, se ha convertido en sede de un interesante Museo
y Centro de Interpretación de la Ciudad. En su interior,
se puede aprender la historia de la villa desde la prehistoria hasta
la actualidad gracias a los numerosos hallazgos arqueológicos
descubiertos en los alrededores. Restos de tartessos, turdetanos,
cartagineses, romanos, visigodos o árabes.
Iglesia
Prioral de Santa María de Carmona
Junto al museo, se levanta
la Prioral de Santa María. Iglesia de grandes proporciones,
fue levantada entre 1424 y 1518 en el mismo lugar donde se hallaba
la mezquita musulmana. De ésta, aún se conserva el
Patio de los Naranjos, situado en el lado izquierdo del templo y
que se ofrece como un inmejorable remanso de tranquilidad de espíritu
árabe. La iglesia se distribuye sobre tres naves y un crucero
ornadas con capillas laterales y cubiertas por bóvedas estrelladas
de aspecto gótico.
En el altar, destaca el
magnífico retablo de estilo plateresco realizado en 1559,
además de una excelente muestra de arte religioso compuesto,
entre otros objetos, por una colección de orfebrería
y un lienzo atribuido a Zurbarán.
A ambos lados de la iglesia,
se alzan las casas de los Rueda y del Marqués de las Torres
y, frente a ella, el convento de las Descalzas, una construcción
del siglo XVII que alberga una interesante iglesia barroca y una
torre con doble campanario.
Iglesia
de San Pedro
No demasiado lejos, se encuentra
la iglesia de San Pedro, del siglo XV, ornada con una torre que,
debido a su semejanza, ha sido bautizada popularmente como la "giraldilla".
También cerca, se puede disfrutar de las líneas mudéjares
del convento de Santa Clara, aunque cuenta con abundantes añadidos
barrocos.

Estrechas callejuelas de
sabor árabe, de casas encaladas y palacios de recios sillares,
llevan hasta la plaza de San Fernando, núcleo vital de la
ciudad alta y antiguo foro romano. De hecho, en una esquina, se
levanta la casa consistorial en cuyo interior luce un magnífico
mosaico romano. Junto al ayuntamiento, se abre una hermosa plaza
soportalada, nombrada como la del Mercado que, en realidad, es el
claustro del antiguo convento de Santa Catalina.
Por
los arrabales de Carmona. Necrópolis romana y Museo
Al alcanzar la puerta de
Sevilla, se observa un amplio resumen pétreo de la historia
de Carmona. Sus muros de origen romano, aunque asentados sobre cimientos
púnicos, fueron transformados para dibujar unos hermosos
y evocadores arcos de herradura árabes.
Junto a ellos, se extiende
el Alcázar de Abajo; el de Arriba, por su parte, fue levantado
en estilo mudéjar por los musulmanes en la parte alta de
la ciudad y, en la actualidad, acoge un Parador de Turismo. El Parador
no es el único edificio de estilo mudéjar de Carmona,
un tipo de arte que, en realidad, nunca desapareció de estas
tierras.
Sin embargo, para remontarse
aún más en busca del legado artístico que dejaron
las más antiguas civilizaciones que habitaron estas tierras,
nada mejor que pasear por los arrabales de Carmona. Allí
se encuentra la joya de su patrimonio arqueológico, que no
es otra que la necrópolis romana, una auténtica ciudad
monumental para los fallecidos. El lugar fue descubierto por George
Bonsor a finales del siglo XIX y, pocos años después,
abrió en el lugar un museo que puede presumir de ser el más
antiguo de España dedicado a la arqueología.

Para admirar el arte funerario
de los romanos, nada mejor que acercarse a admirar a tumbas como
la del Elefante o la de Servilia, ejemplos de un amplio periodo
de ocupación romana que abarcan seis siglos.
Además de la necrópolis,
Carmona conserva parte del anfiteatro, fechado en el siglo I antes
de Cristo. Sus dimensiones revelan la grandiosidad que debió
de poseer la antigua Carmo, enclave destacado de la Ruta Bética
Romana y capaz de impresionar al mismísimo César quien
no dudó en exclamar: "Carmonenses, quae est longa
firmissima totius provinciae civitas". ("Carmonenses,
teneis la ciudad más fortificada de toda la provincia").
