Guía
monumental (arte e historia) de Garray, Soria
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Introducción
a la guía de arte y monumentos de Garray, Soria
Garray es una importante
población soriana situada a 8 Kilómetros de la ciudad
de Soria. Se menciona por primera vez en un documento firmado por
el rey navarro García Sancho, en el año 924.

Garray es ampliamente conocido
porque en su término, a las afueras del pueblo se encuentra
el Yacimiento Arqueológico de Numancia.

En esta guía de monumentos
medievales de Garray nos centraremos en la iglesia parroquial de
San Juan Bautista y en la Ermita de Los Santos Mártires.

Iglesia
Parroquial de Garray

La iglesia parroquial de
San Juan Bautista de Garray es obra gótica del siglo XVI
construida sobre otra anterior románica de la que se conserva
una sencilla portada de dos arquivoltas y guardapolvos sobre las
impostas y jambas.

Ermita
de los Santos Mártires Nereo, Aquileo, Pancracio y Domitila
de Garray
Más interesante es
la Ermita dedicada a los Santos Mártires Nereo, Aquileo,
Pancracio y Domitila, personajes ajenos a la tradición religiosa
española.

Se trata de una de las construcciones
más originales de la provincia por sus peculiaridades tanto
arquitectónicas como simbólicas. Fue declarada Monumento
Histórico-Artístico en 1994, y está recostada
sobre la ladera que contiene los restos de la mítica ciudad
de Numancia, a unos cientos de metros del pueblo.

Esta iglesia está
fechada en el año 1231, hecho que ha sorprendido a más
de un historiador. Sin embargo este dato no hace más que
confirmar la teoría de que la mayoría de los templos
del románico rural de Segovia, Soria, y Guadalajara datan
del siglo XIII.

Aparentemente
se conserva bien, pero en realidad ha sufrido diversas reformas,
quedando sólo la cabecera de sillería y la portada,
pues lo demás está rehecho, incluyendo los muros de
la nave. La cabecera se articula en presbiterio rectangular y ábside
de semitambor seccionado por dos columnas con capiteles de hojas
y piñas y coronado por canecillos historiados con figuras
de aves, cuadrúpedos, piñas, motivos geométricos,
etc. donde destaca especialmente una bella águila de sabor
silense. Los paños lisos sólo llevan aspilleras rodeadas
por puntas de diamante.

Hay que destacar un hecho
que pocas veces observamos y es que la cabecera mantiene la cubierta
original románica de lajas de piedra, en lugar de las más
modernas tejas árabes.

La portada del muro sur,
a pesar de su sencillez, es equilibrada e interesante por su decoración.
Se abre sobre el habitual cuerpo resaltado y un tejaroz con seis
canecillos la protege de las inclemencias del tiempo.

Tiene dos arquivoltas, la
exterior de grueso baquetón y la interior decorada con semicírculos
perlados secantes y banda de palmetas formando un zigzag.

Lo más reseñable
es la presencia de un tímpano con cinco grandes flores rosáceas
de diferentes tamaños y número de pétalos,
que por su disposición, pueden simbolizar al habitual Pantocrátor
rodeado por el Tetramorfos. Una banda de arquillos que contienen
en su intradós cabezas humanas festonea el conjunto.
Las
dos columnas tienen en sus capiteles animales fabulosos como arpías,
de nuevo de lejana influencia silense. En los canecillos del tejaroz,
y los reutilizados en el muro sur de nuevo se mezclan las obras
de un artista rudo que se centra en cabezas humanas toscas pero
simpáticas y otro artífice que conoce las técnicas
heredadas del taller del último maestro del claustro bajo
de Silos.

En el interior, el arco
triunfal es ojival y se apoya sobre columnas con capiteles de bulbos.
La bóveda del presbiterio es de medio cañón
apuntada y de horno la del ábside. Aunque no se manifiestan
exteriormente, la cabecera tenía dos estrechos absidiolos,
del que sólo se conserva el meridional, con presbiterios
con parejas de tres columnas de ricos capiteles con el apostolado
y la pesca milagrosa.
También son interesantes
algunos bienes muebles como las mesas de altar conservadas y una
pila bautismal de origen mozárabe o incluso visigodo.

En la Ermita de los Mártires
de Garray, por algunos motivos decorativos presentes, se deduce
que trabajó algún artista que también participó
en las obras de San Juan de Rabanera y en la parroquial de Fuensaúco.
Sin embargo la original estructura arquitectónica de una
nave unida a una cabecera triabsidal se relaciona con el templo
de Montenegro de Cameros.

También participaron
como ayudantes manos mucho más artesanas, que serían
responsables de la mayoría de los canecillos del alero, donde
los protagonistas son los rostros humanos. Curioso es uno de estos
canecillos donde el discípulo intenta imitar al maestro en
la talla de un animal fantástico pero lo hace "a su
manera" y distando mucho de las formas plásticas del
escultor más avanzado.

