Guía
monumental (arte e historia) y turística
de Escalona, Toledo
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Escalona |
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Toledo |
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Torrijos |
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Introducción
a la guía de arte (monumentos y rutas) de Escalona, Toledo
Historia
de Escalona
Escalona surge
junto al río Alberche como un privilegiado enclave de sabor
medieval. Su castillo eleva hacia el cielo robustas fachadas que
guardan celosamente la historia de los reyes que lo engrandecieron
y habitaron. Aunque no siempre fue así. Antes de convertirse
en estratégico bastión y residencia de lujo de la
realeza castellana, esta magnifica mole, declarada Monumento Nacional
en 1922, estuvo en poder de los romanos y mas tarde de los musulmanes.
Durante la reconquista,
en el año 1086, el Rey Alfonso VI de Castilla convierte este
castillo en fortaleza defensiva frente a la amenaza almohade. No
en vano, su emplazamiento no podía ser mejor, en mitad de
un acceso crucial a la capital toledana y flanqueado, de manera
natural, entre río y arroyos.
El
monarca concedió entonces una carta de repoblación
de Escalona a Diego y Domingo Álvarez, quienes mandaron construir
la enorme muralla de un kilómetro y medio de perímetro
y nueve metros de altura, que todavía hoy envuelve la ciudad.
En su día tenia varias puertas que daban acceso a la villa,
la de la Parra, del Río, de San Vicente y de San Miguel,
por la cual se entraba al castillo.
A finales del siglo XIII,
en 1281, Alfonso X, concede la jurisdicción de Escalona a
su hermano Don Juan Manuel, y la villa se convierte, un año
más tarde, en cuna del Infante del mismo nombre, sobrino
del Rey Sabio. El pequeño nacido en esta ciudad, sería
uno de los escritores más cultos de la Edad Media, conocido
en todo el mundo ser el famoso autor de los cuantos de El Conde
Lucanor.
Tiempo
después, en el año 1328, el Rey Alfonso XI, redujo
la villa a su obediencia tras ser tomada por varios señores
de la cuenca del Tajo, que se amotinaron en el castillo en contra
de uno de los favoritos del monarca. Desde entonces, el sitio de
Escalona ha estado siempre ligado al lujo y boato de la corona castellana.
Los
validos de los reyes, fueron los inquilinos más privilegiados
del lugar. Ya en 1424, Juan II entrega la villa a su favorito, Don
Álvaro de Luna. Desde ese momento, el Condestable pondrá
todos sus esfuerzos en dotar a este lugar de un lujo nunca conocido
hasta entonces, y trae expresamente a Escalona artesanos árabes
para dotar de una plástica mudéjar a su envidiado
y nuevo Palacio.
A pesar de la magnífica
obra que Don Álvaro realizó en el Castillo, a su muerte,
su esposa e hijos no pudieron evitar que les fuera arrebatado por
el Monarca y en 1470, Enrique IV se lo entrega de nuevo a un válido,
el Marques de Villena, cuya familia pudo disfrutar de la herencia
durante siglos.
Su ocaso llegaría
durante la guerra de la Independencia Española en 1808. Los
soldados de Napoleón redujeron entonces a ruinas gran parte
del opulento y elegante castillo y construyeron, con sus antiguas
cubiertas, el puente que cruzaba en río Alberche.
Monumentos
de Escalona
El
castillo
Del castillo de Escalona
queda hoy una estructura en dos cuerpos. La parte más alta
del muro mide 10 metros. Su único acceso consiste en un arco
carpanel tallado en estilo gótico, donde figura el escudo
de la familia de Álvaro de Luna.
El primer cuerpo corresponde
al antiguo patio de armas, donde todavía quedan tres de los
primitivos aljibes. Existían además veinte columnas
con capiteles decorados. El segundo cuerpo del edificio constituye
la antigua estructura del Palacio creado por el Condestable de Castilla.
El conjunto tiene una torre del homenaje de planta cuadrada y 22
metros de altura. En este espacio encontramos también lo
que era el salón principal y una capilla, decorada con bóveda
de ojiva y elaboradas yeserías.
Al igual que en la ornamentación
interior, también en su exterior se aplicó el elemento
árabe, como las torres defensivas que refuerzan el muro y
que se unen por medio de arcos a la estructura del edificio.
Durante el siglo XV, la
villa de Escalona fue el escenario de algunos acontecimientos decisivos.
En estas tierras se logró la victoria que permitió
a la Reina Isabel la Católica hacerse con la Corona de Castilla,
frente a Juana la Beltraneja.
Otros
monumentos
En cuanto al resto de monumentos,
la villa estuvo jalonada de iglesias, La de San Vicente,
Santa María, San Martín y San Miguel,
de las cuales sólo se conserva la última, reconvertida
en Colegiata a finales del siglo XVII. De esta época son
las dos naves laterales que se añaden a una tercera central,
de estilo gótico.
El enclave de Escalona,
reúne además dos conventos franciscanos, fundados
por el Marqués de Villena, quien además fue el fundador
de otros dos hospitales para pobres, el de Santiago
y el de San Andrés, de los cuales no queda nada hoy
día.
Víctima del expolio
y el abandono, el sitio de Escalona ya no es lo que fue, pero todavía
se vislumbra en el horizonte toledano la bella silueta de aquél
castillo que fue una de las joyas de la Corona de Castilla.