Guía
monumental (arte e historia) de Durango, Vizcaya
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Durango |
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Vizcaya |
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Duranguesado
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27.000 |
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119 |
Introducción
a la guía de arte y monumentos de Durango, Vizcaya
Historia
y descripción
A diferencia de otras villas
vizcaínas, Durango no posee Carta Puebla, por lo que
no se puede precisar su año de fundación. No obstante,
es coetánea de otras ciudades como San Sebastián y
Vitoria, que son fundadas por reyes navarros como Sancho VI el Sabio
(1150-1194) y Sancho VII el Fuerte (1194-1234). En un primer momento,
la villa fue llamada Tabira y su fuero fue confirmado en
1372 por parte del infante don Juan. Mientras Tabira es el núcleo
primitivo, Durango es el nombre de la merindad. Pero hasta el siglo
XVI a Tabira se la conocerá con el nombre de Villanueva
de Durango, pasando después a tener la denominación
actual de Durango.
Durango, por lo tanto, formó
parte del reino de Navarra hasta que en 1200 es incorporada a la
Corona de Castilla y cedida poco después a Diego López
II de Haro, señor de Vizcaya, como compensación por
los servicios prestados en la batalla de Las Navas de Tolosa. La
época medieval se distingue principalmente por dos hechos
históricos relevantes: la guerra de bandos y la Herejía
de Durango, más importante para la historia de la villa la
segunda que la primera.
En la guerra de bandos,
las diferentes casas nobles que dominan la merindad se inclinaron
unas por el bando gamboíno y otras por el oñacino.
No obstante, Durango nunca llegó a formar parte de la merindad,
ya que estaba compuesto por las anteiglesias, es decir, por los
vecinos acogidos al fuero de la Tierra Llana de Vizcaya.
La Herejía de
Durango comenzó siendo una proclamación de la
comunidad de bienes y mujeres por parte del franciscano fray Alonso
de Mella en 1442 y acabó en 1444 con la condena a la hoguera
de más de cien de sus seguidores. Como monumento expiatorio
de la herejía se erigió la antes mencionada Cruz de
Kurutziaga.
Económicamente, la
villa de Durango se nutría del hierro y de los paños
y se desarrolló poderosamente gracias a que era un punto
importante en una de las rutas que unían Castilla con la
costa.
Monumentos
de Durango
Cuesta imaginar ahora cómo
fue la villa de Durango en época medieval -y momentos inmediatamente
posteriores- tras el descontrol urbanístico reciente, pero
vamos a intentar un esfuerzo en este sentido. El casco histórico
guarda todavía la estructura medieval, con tres calles longitudinales
-una de ellas es Andra Mari Kalea- y una transversal.
En los extremos de este
casco histórico vamos a detenernos en dos de los aspectos
más significativos del arte en Durango, a saber la basílica
de Santa María Uribarri y la iglesia de Santa Ana,
conservadas a pesar del bombardeo que sufrió Durango durante
la guerra civil española, lo que afectó a casi toda
su arquitectura, por lo que hubo de sufrir remodelaciones en muchos
de sus edificios históricos.
Basílica
de Santa María Uribarri
La basílica, de estilo
gótico y elementos renacentistas, fue construida en el siglo
XV adosada a la torre de Arandoño, que se utilizó
como campanario.
Tras el Concilio de Trento,
los retablos buscan el adoctrinamiento de los fieles y éste
es el caso del retablo más representativo que encontramos
en Durango, concretamente en la basílica. En la arquitectura
del retablo, los dinteles sirven a este fin de manera que dejan
una composición de gran claridad visual, con escasa ornamentación.
En Durango encontramos el retablo vizcaíno más influido
por la obra de Briviesca.
Iglesia
de Santa Ana
Por su parte, la iglesia
de Santa Ana es barroca y fue edificada en 1722 por Lázaro
de Incera.
Aunque excesivamente sobria,
consta de tres naves y crucero. Posteriormente, en 1745, se remató
con una torre. En el pórtico de esta iglesia se hace una
representación de la Pasión de Jesucristo en Semana
Santa, que resulta de las más importantes del País
Vasco.
Cruz
de Kurutziaga
Próxima a la basílica,
en la calle del mismo nombre, nos encontramos la Cruz de Kurutziaga.
Esta cruz es de finales del siglo XV y de un barroquismo gótico
elocuente. Volveremos sobre ello al repasar la historia de la villa
de Durango y el arte más representativo de la villa.

La Cruz de Kurutziaga es
única en toda Europa por lo que tiene de humillación
del hereje y por las enormes dimensiones (4,30 metros de altura).
Representa un árbol -el árbol sagrado- donde, a su
vez, está representada la serpiente del paraíso y
diferentes escenas bíblicas como la tentación de Eva
y el pecado de Adán, la expulsión de ambos del paraíso,
los apóstoles, el calvario. Y sobre la cruz están
la luna y el sol. Esto último, por no corresponderse con
pasajes bíblicos, ha dado lugar a toda una serie de elucubraciones.
Otros
monumentos de Durango
Otros edificios dignos de
apreciar, aunque posteriores en el tiempo, son los siguientes: la
Casa Consistorial, del siglo XVI y de estilo rococó; el Arco
de Santa Ana, de 1743, de estilo barroco y único testimonio
de las seis puertas que tenía la antigua muralla de Durango
y el palacio Etxezarreta, un lujoso palacio barroco de 1760 que
alberga actualmente el Museo de Arte e Historia de Durango.
Más antigua es la
Torre de Lariz (actualmente en restauración). Su fachada
destaca por unas ventanas ojivales y un balcón donde hay
esculpidos unos canecillos. En 1483 pasó la noche allí
Isabel la Católica en el transcurso de la jura de los fueros
de Vizcaya y de la Merindad de Durango.
Mención aparte merece
la réplica que hay en la plaza de Erkudi del Ídolo
de Mikeldi. La escultura original representa a un animal cuadrúpedo
del siglo III a.C., del cual se desconoce su origen, aunque nos
remite a la historia antigua de la zona.
