Catedral
Nueva de Salamanca
Introducción
a la historia de la edificación de la catedral vieja y nueva
de Salamanca
Breve
historia de la catedral nueva
Salamanca,
como otras sedes episcopales castellanas, vio erigir una catedral
románica en el siglo XII en estilo románico que es
considerada como uno de los más notables edificios medievales
de Castilla y León, especialmente por su bellísimo
cimborrio -evolución del de la catedral de Zamora- y la calidad
de sus capiteles interiores. Pero la capital salmantina vio incrementada
notablemente su población en los posteriores siglos, en gran
medida por el poder de atracción de su brillante universidad.
Por esta razón, a
comienzos del siglo XVI se empezó a barajar la posibilidad
de proyectar un nuevo templo catedralicio. Por aquellos tiempos,
la antigua seo románica debió parecer, además
de pequeña, también oscura y obsoleta en comparación
con lo que se llevaba en los siglos bajomedievales en otras diócesis.
Sólo hay que citar el caso de la colosal catedral de Sevilla,
iniciada un siglo antes, con sus cinco naves y dimensiones mastodónticas.
En 1513 se inició
un nuevo templo, afortunadamente respetando casi por completo el
antiguo edificio medieval, caso único junto a Plasencia en
que la anterior catedral es respetada.

Más
información de la Catedral
Vieja de Salamanca
El nuevo templo
se va a concebir en lo que actualmente entendemos como gótico
tardío, Es por ello que a la Catedral Nueva de Salamanca
se la considera, junto a la catedral de Segovia, la más tardía
de estilo gótico construida en España.

Interior
Planta y alzado
La planta de la catedral
Nueva de Salamanca es rectangular, con tres naves y dos colaterales
dedicadas a capillas, más otra perpendicular de transepto.
Aunque se ha dicho que su alzado corresponde al concepto tardogótico
de templo de salón, la realidad es que sus dos naves laterales
tienen menor altura que la central, lo que permite la iluminación
directa de dicha nave principal mediante un nivel de ventanales.
Por su parte, estas naves laterales también son más
altas que las capillas que las flanquean por lo que también
disponen de iluminación directa mediante similares vanos.
Así, podemos resumir
que las tres naves tienen un alzado de dos niveles o pisos:

Las bóvedas
Como corresponde a esta
fase terminal de la arquitectura gótica, las bóvedas
de las naves son de crucería compleja (bóvedas estrelladas)
cuyos nervios apean sobre anchos pilares con columnillas que apenas
cuentan con diminutos capiteles.

La sensación de amplitud
citada al comienzo y que, en ocasiones, se confunde con el hecho
de tener planta de salón es debido a la gran anchura y altura
de las naves (aunque distintas) y a la citada iluminación
directa que se acrecienta por los enormes vanos del cimborrio.
El cimborrio
El cimborrio es uno de los
elementos más notables de la Catedral Nueva de Salamanca.
Originalmente fue una construcción barroca de Joaquín
Churriguerra que lo acabó en el año 1725. El terremoto
de Lisboa afectó a su cúpula y hubo de ser reconstruido,
esta vez por mano de de Juan de Sagarvinaga en 1765. Se yergue en
el espacio del cuadrado del crucero sobre los cuatro arcos torales
mediante pechinas decoradas. El cilindro erigido se abre al exterior
por ocho amplios y luminosos ventanales y más arriba se cierra
mediante la correspondiente cúpula semiesférica, también
muy decorada.

Exterior
La Catedral
Nueva puede ser divisada desde casi cualquier lugar de la ciudad
gracias a su enorme volumen y a sus dos prominencias superiores:
el cimborrio y el campanario, de los que luego nos ocuparemos. Es
por el costado sur desde donde se tiene mejor perspectiva del templo
catedralicio. Tan alto y poderoso se muestra su silueta que apenas
deja ver la antigua seo románica adosada, de mucho menor
altura y situada en un lugar más bajo de la colina.

Sin embargo,
lo habitual es acceder a la catedral desde el centro de la ciudad
por el costado opuesto, el septentrional. A medida que nos acercamos,
nos vamos haciendo conscientes del verdadero tamaño del templo,
con su ya citado escalonamiento de alturas entre la nave principal,
las naves laterales y las capillas.

La decoración exterior
de muros y portadas corresponde al estilo tardogótico flamígero
con arcos conopiales y pináculos erizados que aumentan el
peso de los arbotantes, y que ayudan a soportar el peso de las bóvedas
de crucería de la nave central. Por su parte, los ventanales
tienen ya un apuntamiento muy leve, propio de una etapa donde el
gótico va tratando de conciliarse con los nuevos aires renacentistas.
Fachadas
y portadas
La fachada occidental
es la principal y está formada por tres puertas góticas
flamígeras de transición a lo renacentista, correspondientes
a las tres naves.

La más
ornada escultóricamente es la central, donde aparecen dos
escenas del Ciclo de la Natividad. A la izquierda, tenemos la adoración
de los pastores y a su derecha está la de los Reyes Magos.
En lo alto aparece Cristo crucificado flanqueado por San Pedro y
San Pablo.

Las fachadas
de los hastiales del transepto tiene parecida morfología
estructural pero están casi exentas de escultura.

Hay
que mencionar una última portada, la llamada Puerta de Ramos
abierta en uno de los tramos de la nave lateral norte. Encima del
vano se colocó un bello grupo escultórico que relata
la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén.

Aunque siendo
sinceros, la Puerta de Ramos es más conocida por la famosa
estatuilla de un astronauta, fruto de una restauración de
1992 y que los visitantes se afanan en descubrir entre la hojarasca
tardogótica de una de las jambas.
Campanario
A pesar del carácter
predominantemente gótico, ya hemos comentado que dos de sus
elementos más vistosos exteriormente, la cúpula del
cimborrio y la parte alta de la torre campanario fueron construidos
durante la fase final de la obras, a comienzos del siglo XVIII.
Este cuerpo superior se añadió sobre la base de la torre románica
de la Catedral Vieja.
Una de las curiosidades
de la catedral es que este campanario sufrió las sacudidas
del Terremoto de Lisboa y se inclinó amenazando su propia
ruina y la de las viviendas próximas. Antes de decidir su
supresión se decidió reforzarla forrándola
de piedra para darle la estabilidad perdida. Así nos ha llegado
hasta nuestros días: torcida pero segura.
