Guía
del Real Monasterio de Santo Domingo de Caleruega (Burgos)
Introducción
El Real
Monasterio de Santo Domingo de Caleruega es uno de los corazones
espirituales de Castilla pues su fundación -por iniciativa
real- se realizó en el mismo solar donde nació Santo
Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores
(más conocida como, simplemente, Orden de los Dominicos).

Como
analizaremos en las próximas líneas, la visita a este
lugar permite al turista darse un verdadero baño de historia
y de arte.

Breve
historia
Santo
Domingo de Guzmán
Domingo
nace en 1170 en Caleruega (Burgos), en el seno de una familia noble
y hacendada (los Guzmán y Aza), lo que le permite estudiar
en Palencia y convertirse en un hombre de gran cultura teológica.
Conoció y participó en el grave conflicto de la herejía
cátara del sur de Francia, lo que le llevó a fundar
la orden citada. En vida llegó a ser un personaje ten célebre
que fue canonizado en 1234, sólo trece años después
de su fallecimiento.
La primera
iglesia dedicada a Santo Domingo
En el mismo
año de la canonización de Santo Domingo, su hermano,
el beato Manés, fundó una pequeña iglesia en
el solar de las propiedades de los Guzmán, pero la vida monástica
debería esperar algunas décadas hasta que floreciese
en Caleruega.
El origen
del monasterio
En la villa
soriana de San Esteban de Gormaz existía un monasterio denominado
Santa María de Castros, perteneciente a una comunidad de
monjas que se regían por la Regla de San Agustín,
pero más tarde pasaron a convertirse, voluntariamente, en
dominicas.

En 1266
Alfonso X el Sabio, devoto de Santo Domingo, dona a estas monjas
dominicas de San Esteban de Gormaz el solar de Caleruega para que
constituyan un nuevo convento, otorgándoles, también,
el poder del Señorío de la villa de Caleruega. Nace
en ese momento el llamado "Real Monasterio de Santo Domingo
de Caleruega".
Las construcciones
medievales
Las obras
de la nueva iglesia comienzan en 1297, durante el reinado de Sancho
IV, que se ocupó con gusto de los deseos de su padre Alfonso
X. Esta iglesia tuvo la advocación de Santa María
y estaba formada por una sola nave, de la que queda buena parte
de ella, como más tarde comprobaremos y también se
inician las obras del claustro y resto de dependencias claustrales:
sala capitular, refectorio, etc.

Las obras
del siglo XVI
En el siglo
XVI se decide construir un edificio más ambicioso para lo
considerado en la época. El financiador fue Gabriel de San
José, provincial de Nueva España. Para ello se suprime
la iglesia de Manés de Guzmán y la cabecera de la
iglesia gótica de Santa María, respetándose
su nave, que quedará adosada a los pies de la nave renacentista.
También
en esta campaña se construyó el segundo piso del claustro,
igualmente de estilo renacentista, sobre el inferior del siglo XIII.

Arte
y arquitectura
La
iglesia de Santa María, del siglo XIII
Puesto que
nada queda de la iglesia de Manés, el edificio monacal más
antiguo que se conserva es la nave de la iglesia de Santa María.
Como indicamos
anteriormente, este templo se inicia por iniciativa de Alfonso X
el Sabio y su hijo Sancho IV para servir de iglesia para la comunidad
de monjas del nuevo monasterio que acudieron desde San Esteban de
Gormaz.

Aunque la
reconstrucción del siglo XVI acabó con la cabecera,
se conservó la nave para que sirviera de coro de las monjas.
Este edificio es de piedra con cuatro tramos abovedados con crucería
simple.
Uno de los
elementos más interesantes de la iglesia medieval de Santa
María es la puerta cegada que se conserva en el muro norte.
Tiene cuatro arquivoltas muy agudas, con otras tantas parejas de
columnillas cuyos capiteles muestran mascarones humanos rodeados
de hojas de parra.

La
iglesia renacentista
Adosada
al templo medieval por su parte oriental, la iglesia levantada en
el siglo XVI por Fray Gabriel de San José tiene planta de
cruz latina, con una sola nave más transepto y cabecera cuadrada.

El interior
es de una austeridad espartana, aunque es muy elegante la cúpula
del crucero.
La puerta
se encuentra en el muro norte y sintoniza con la sobriedad del resto
del edificio. Es una estructura con vano adintelado rodeado de pilastras
y superado por un pequeño templete rematado por frontón
triangular y escudos.

Bajo el
piso hay una cripta con un pozo ubicado en el lugar exacto donde
nació Santo Domingo.

El
claustro y las dependencias claustrales
El claustro
del Real Monasterio de Caleruega se inició en el siglo XIII
y, a pesar de su carácter tardío, conserva un claro
aire románico muy arcaizante. Está realizado completamente
en piedra.

Las pandas
se abren al enorme patio central mediante arquerías que son,
todavía, de medio punto y los apoyos, dobles columnas de
fustes ochavados con capiteles estrechos donde se esculpieron espirales,
serpientes, piñas, estrellas, cogollos florales, etc.

Los tramos
norte, sur y oeste fueron reformados en el siglo XVI por lo que
las columnas son renacentistas, pero en nada contrastan con las
medievales pues siguen teniendo la misma estructura salvo por la
decoración de los capiteles que sólo muestran bolas.
En el siglo
XVI se añadió un piso superior de ladrillo mediante
sencillos arcos de medio punto rebajado sobre pilares.
En las obras
de restauración de finales del siglo XX aparecieron algunas
puertas y restos de la sala capitular medieval en la panda este.

La sala
capitular se comunicaba con el claustro mediante un vano apuntado
y dos preciosos ventanales bíforos, uno a cada lado. Los
fustes, en este caso, son cilíndricos al modo románico
y los capiteles son casi lisos, con algunas bolas o piñas
en los vértices. De nuevo, la estética es completamente
románica, a pesar de lo tardío de su erección.
El interior de esta sala está completamente renovado.

En el mismo
muro de la panda oriental, hay tres puertas que unían el
claustro con otras dependencias claustrales.

La
colección museística
En
dos de sus salas, el monasterio de Caleruega conserva piezas de
gran interés histórico y artístico que no debemos
pasar por alto. Algunas de ellas fueron traídas desde San
Esteban de Gormaz por las primeras monjas, por lo que se trata de
obras de gran antigüedad.
De todas
ellas, destacamos:

Santa
Catalina Mártir. Es una imagen de madera de comienzos
del siglo XIII. Todavía conserva buena parte de su policromía.
Santo
Domingo. Estatua magníficamente tallada en alabastro
a finales del siglo XIV. También son visibles algunos restos
del color con que se cubría la estatuaria medieval.

Conjunto
de la Anunciación. Particularmente, pensamos que es lo
más valioso del museo. Consta de dos grades esculturas pétreas
y policromadas de tamaño casi natural, correspondientes al
arcángel San Gabriel y a la Virgen María. Son esculturas
de la primera mitad del siglo XIII, del gótico francés
que penetra en España por Castilla. Se sabe que fueron transportadas
por las monjas dominicas desde su anterior emplazamiento soriano,
por lo que no sería de extrañar que sus autores trabajasen
en la catedral de El Burgo de Osma.

Pudieron
pertenecer al tímpano de una portada. El caso es que son
de gran belleza, elegancia de formas, donde se buscó deliberadamente
la hermosura facial de los dos protagonistas.

Otros
aspectos de interés

Desde el pabellón
superior, repleto de otras muchas obras museísticas que retratan
la historia del cenobio, se tiene una contemplación soberbia
del Torreón de los Guzmanes, que se encuentra en el medio
del jardín del convento masculino de dominicos que se adosó,
en pleno siglo XX (1950), al norte del Real Monasterio femenino.

Se trata de
una fortificación defensiva, probablemente construida entre
los siglos X y XI, al estilo del famoso Torreón de Doña
Urraca de Covarrubias.
En cuerpo inferior
se abren ventanales bíforos con arcos de herradura de tradición
prerrománica mozárabe.

La
visita a Caleruega nos permite conocer otros lugares interesantes,
como la iglesia parroquial románica de San Sebastián,
que conserva la cabecera, la puerta del muro sur y una torre campanario
con troneras ajimezadas.

Más
información sobre Caleruega
