Guía
del Arte Románico en Escandinavia
Tenemos
el placer de publicar para todos los amigos de ARTEGUIAS un interesantísimo
artículo sobre el Arte Románico en Escandinavia,
redactado por D. Miguel Torrens, bibliotecario y ex-profesor de
la Universidad de Toronto (Canadá)
Miguel Torrens junto a
su esposa Harriet Margrethe Sonne (doctora en historia del arte
en iconografía medieval y bibliotecaria de carrera, que
presta sus servicios en la Syracuse University de EEUU) sos responsables
del apasionante proyecto del inventariado de todas las pilas bautismales
del mundo hasta el siglo XVII.
Dicho proyecto está
apoyado por la Universidad de Toronto, que
proporciona el apoyo logístico.
Miguel Torrens y su esposa
Harriet son conocedores del románico escandinavo que, por
otro lado, suele constituir un verdadero misterio para la mayoría
de los amigos del románico español. Las fotografías
han sido cedidas por el propio autor y por J. Antonio Olañeta
(www.claustro.com)
Autor
de artículo: Miguel Torrens
Fotos:
©
Baptisteria Sacra
- www.library.utoronto.ca/bsi/
© Juan Antonio Olañeta - www.claustro.com
cedidas amablemente por los autores a Arteguias
Características
del románico en Escandinavia
Las características
que definen la identidad del arte escandinavo en el ámbito
general del románico tienen su raíz en el contexto
histórico y geográfico.
La
región que hoy incluye Dinamarca, Noruega y Suecia experimenta
un período de expansión explosiva que dura desde
el s. V hasta principios del XIII. Una expansión que se
conoce en la Europa occidental sobre todo por las correrías
de rapiña de los vikingos (también conocidos como
normandos u hombres del norte) en tierras ajenas llegando incluso
al sur de Europa hasta el Mediterráneo, aunque comprende
además la emigración y colonización (Inglaterra,
Italia, Normandía, Rusia), el comercio (desde el Imperio
Romano), el servicio de mercenarios, etc. Paralela a esa expansión
externa los países nórdicos evolucionan internamente
hacia una unificación política y lingüística,
y hacia la consolidación del poder de la monarquía.
La cristianización
de Escandinavia es relativamente tardía. Los primeros
misioneros, llegan en el s. VIII, pero el establecimiento del
cristianismo allí es lento. Aparte de los esfuerzos misioneros
de diferentes individuos, el avance más efectivo es logrado
por las órdenes religiosas (cluniacenses y cistercienses)
en los s. XI y XII. Con ellas la Iglesia queda establecida en
Escandinavia. Esta cristianización alivia al resto de europeos
puesto que los vikingos se pacifican y se engranan en el devenir
del resto de Europa. Para principios del XIII la legislación
de estos países está claramente marcada por el canon
romano.

El
románico escandinavo nace dentro de la riquísima
tradición artística del arte nórdico pagano,
un arte que puede definirse como fundamentalmente decorativo y
de tendencia abstracta, con una estética muy diferente
a las de Grecia y Roma que constituyen el sustrato del románico
de la Europa meridional.
Es necesario, no obstante,
recordar que el arte nórdico no está aislado de
las influencias de aquéllos y que, de hecho, la relación
entre ambos es de una permeabilidad recíproca como puede
verse en la presencia de la estética nórdica en
el románico de Inglaterra, Italia, Sicilia, etc., y en
la influencia del románico hispano en las iglesias de la
isla de Gotland en el Báltico.

Anker señala la
existencia de dos etapas del románico nórdico: un
período de transición (pagano-misionero), y otro
marcadamente cristiano.
En
el primero predomina la temática pagana nórdica
con motivos animales y filigrana decorativa representados con
un alto grado de abstracción y con unos referentes marcadamente
nórdicos (leyendas, personajes, etc.), todo ello evidente
en las primeros templos cristianos de la región.
En el segundo período
prevalecen motivos y símbolos compartidos con el resto
de la Europa medieval y cristiana, si bien persiste la preferencia
de una estética y temática autóctona (v.g.:
el pie del pesebre en la Natividad de la pila bautismal de Åkirkeby,
en la isla de Bornholm, tiene la forma de una proa típica
de barco vikingo antiguo).

La arquitectura
del románico nórdico es fundamentalmente religiosa
y adaptada a las necesidades locales. La iglesia típica
del románico nórdico tiene una planta tripartita:
ábside, presbiterio y nave única, planta que aparece
definida en tres cuerpos en el exterior. A menudo la puerta de
entrada se abre en la pared sur de la nave, pero hay variantes
de este modelo con aberturas al oeste y/o al norte.
Las paredes interiores
estaban profusamente decoradas con pinturas o frescos, como en
las la iglesias de Hornslet, en Dinamarca, y la de Bjäresjö,
en Suecia (VER IMAGEN INFERIOR), decoración que se extendía
a menudo a los techos de madera (como por ejemplo en la iglesia
de Dädesjö, en Suecia). La orientación del templo
suele seguir la norma universal con el altar al este.

El románico escandinavo
se benefició de la pericia alcanzada en el trabajo de forja
en el período pagano, que fue ampliada con la ayuda de
la experiencia aportada por los cistercienses en este campo, así
como en una orfebrería universalmente reconocida del período
pagano.
Mención
especial merece la stavkirke [iglesia de mástiles], templo
característico del cristianismo nórdico que, en
el caso de Noruega sobre todo, subsiste a la par de la iglesia
románica de piedra. Eran edificios de construcción
fácil y rápida dentro de la capacidad de la carpintería
local y probablemente constituían una alternativa eficaz
y barata a la construcción en piedra, más cara y
lenta y a menudo necesitada de pericia externa. Hay bellas muestras
de ellas tales como las de Urne, Borgund, Hedalen y Vågå.
En todas ellas el románico nórdico se manifiesta
en una talla de la madera que deja ver sus raíces en el
arte pagano de la región. Los enormes crucifijos tallados
en madera y típicos del románico nórdico
se colocaban en el arco hastial, cara a la nave.
La talla en piedra sigue
las pautas mencionadas anteriormente en cuanto a temática
y estilística, tendiendo ambas hacia los cánones
generales europeos conforme se llega al románico tardío
y a los albores del gótico. Hay marcadas diferencias de
estilo en las diferentes regiones y en los numerosos talleres
que han sido identificados en la región, pero la concentración
temática es en escenas bíblicas (Génesis,
Profetas, Jueces, etc.), de la vida de Cristo (Anunciación,
Visitación, Natividad, Adoraciones, Pasión y Resurrección)
y otros temas esencialmente religiosos que comparten el espacio
con las escenas de zoomaquia y la decoración de volutas,
follaje y entrelazo del estilo antiguo nórdico. Se usan
materiales locales en general, con preminencia del granito en
el centro y norte de la península escandinava, y de piedra
caliza o arenisca en otras regiones, aunque existe tambien la
exportación de objetos acabados.

En resumen, pues, el arte
escandinavo aporta al románico una estética y una
fuerza expresiva originales del arte nórdico pagano; a
su vez, comparte con el románico del resto de Europa las
características que van haciendo de éste el primer
arte universal dentro del ámbito europeo, arte que encontrará
una mayor homogeneidad en el gótico.
