Arte Mudéjar
en Sevilla
Cuando el rey
de Castilla y León. Fernando III, entra en Sevilla en el año
1248, lo hace en la capital de Al-Andalus. Si Córdoba dominó
el panorama político del Islam en España durante los
primeros tres siglos de su presencia, Sevilla ostentó la capitalidad
desde la llegada de los almohades a mitad del siglo XII, siendo una
urbe de gran extensión con numerosos palacios y mezquitas.
No es difícil
imaginar la belleza de esta ciudad a la llegada de los ejércitos
cristianos. Sin embargo, como ocurrió en otras latitudes durante
los reconquista, los vencedores se resistirán inicialmente
a emplear el lenguaje artístico que encuentran.
Parece que, orgullosos
de su victoria, quieran preservar la pureza de las formas artísticas
propias, es decir europeas y cristianas, que en aquellos tiempos no
son otras que la sobriedad y monumentalidad de la arquitectura cisterciense.
Progresivamente
este planteamiento se relajará y sucumbirá ante la fascinación
ornamental del arte musulmán.
En efecto, como
se ve en Toledo, Córdoba y Aragón, la mudejarización
del arte y arquitectura cristiana se incrementa a medida que pasa
el tiempo. Las iglesias incorporan decoración mudéjar,
no sólo en las techumbres sino en los vanos y la decoración
mural. También los reyes y nobles se ven seducidos por la sensualidad
de las formas islámicas y se construyen palacios de excelsa
belleza.
El mudéjar
de Sevilla a medida que se desarrolla va a emplear el lenguaje decorativo
y formal almohade combinándose con el cisterciense, gótico
y renacentista cristiano.
Veremos ampliamente
el empleo del arco túmido (de herradura apuntado) remetido
y encuadrado por falso alfiz, el arco polilobulado apuntado, el mixtilíneo
y la decoración de sebka, un entramado mural de arcos mixtilíneos
y lacerías de ladrillo cuyo resultado visual es una especie
de red similar a rombos y que podemos ver en los muros de la Giralda
almohade.
Se puede clasificar el Mudéjar Sevillano
en base a diferentes criterios pero los más lógico es
hacerlo en función del uso del edificio: arquitectura mudéjar
religiosa (las iglesias bajomedievales) y la arquitectura mudéjar
palaciega al servicio de reyes y nobles.
Para esta sección
dedicada al Mudéjar de Sevilla, hemos elegido algunas iglesias
alfonsíes, el gran Palacio - Alcázar Real y otro bello
palacio, la llamada Casa de Pilatos.
Arquitectura
religiosa: la Arquitectura Alfonsí en Sevilla
Como ocurrió en Córdoba,
tras la conquista de Sevilla, Fernando III estableció parroquias
en diversos barrios para dar servicio religioso a los nuevos ocupantes
cristianos. Al principio, simplemente se consagraron y reutilizaron
mezquitas musulmanas por lo que la erección de nuevos edificios
tardaría décadas en iniciarse.
De ahí que la denominación
de iglesias fernandinas sea incorrecta, pues los primeros templos
construidos ex-novo en Córdoba y Sevilla datan ya de tiempos
de Alfonso X el Sabio, en las últimas décadas del siglo
XIII y la primera mitad del XIV.
Un dato muy importante a tener
en cuenta es el dramático terremoto que asoló Sevilla
en el año 1356 y que obligó a la reparación o
reconstrucción de estas iglesias parroquiales que de modo mayoritario
datan de la segunda mitad del siglo XIV.
Por ello, la arquitectura
religiosa sevillana es más tardía y parece más
evolucionada que la cordobesa aunque comparte bastantes características.
Está menos apegada a los cánones cistercienses y resulta
más mudejarizada.
Material y planta
El prototipo de iglesia mudéjar
sevillana tiene como material mayoritario el ladrillo aunque también
se usa el tapial y sillares en puertas y esquinas. Los muros no mostraban
el material de construcción sino que se enlucía. Su
planta es de salón con tres naves separadas por arcos apuntados,
remetidos en alfiz. Los soportes son pilares aunque hay de diverso
perfil: cruciforme, rectangular, ochavado, etc.
Una
tipología muy atractiva y minoritaria corresponde con una serie
de iglesias cuyas naves se separan por arcos de herradura, como la
iglesia de San Marcos de Sevilla, Santa María y Santa María
del Castillo en Lebrija, San Mateo de Carmona y Santa María
de Sanlúcar la Mayor.
Cubiertas
La cubierta de las naves no
suele ser pétrea -salvo el caso de Santa Ana de Triana y algunas
iglesias de la provincia- sino de madera (par y nudillo) decoradas
con lacerías de gusto árabe de estilo mudéjar.
Las cabeceras tienen un ábside
principal -en ocasiones tres- de hechuras góticas: planta poligonal
abierto mediante arco triunfal apuntado. La cubrición de este
ábside sí es pétrea, con bóveda de crucería
sencilla y nervio espinazo central, como en la catedral de Burgos.
Al exterior estas cabeceras
muestran su poligonalidad con contrafuertes en las esquinas y ventanales
agudos y alargados en el centro de cada paño. El remate de
la cornisa les proporciona un aire de fortificación al tener
almenas escalonadas como en la mezquita de Córdoba (merlones
dentados).
Puertas
Las puertas son de buena cantería
pétrea (aunque algunas secundarias son de ladrillo), asemejándose
a sus homólogas cordobesas por lo que no han terminado de desprenderse
completamente de la arcaizante ordenación de volúmenes
correspondiente al románico de tradición cisterciense.
Estas portadas se abren en
arimez o cuerpo resaltado que sobresale del nivel de la fachada (a
lo románico) que se cubre con tejaroz soportado por canecillos
(también herencia románica). Un motivo figurativo muy
empleado en estos canecillos son cabezas de leones.
El vano de entrada está
rodeado por numerosas arquivoltas apuntadas baquetonadas donde suele
haber también motivos ornamentales de zigzagueados, dientes
de sierra y puntas de diamante, elementos todos ellos heredados del
último románico-cisterciense. Estas arquivoltas caen
sobre columnillas muy finas cuyos capiteles forman un friso casi continuo
de hojarasca gótica.
En las enjutas suelen aparecer
estatuas adosadas y, lo que más nos interesa desde el punto
de vista mudéjar, en algunos casos existen arcos polilobulados
y decoración de entrelazos almohades tipo "sebka"
en la parte superior, bajo el alero, como en los casos de San Esteban
y San Marcos.
Torres
La fuerte influencia del alminar almohade de la mezquita
mayor -La Giralda- influyó tan decisivamente en las iglesias
mudéjares sevillanas que ha habido un largo debate sobre el
origen de algunos campanarios. Algunos autores las han calificado
de alminares reutilizados como en el caso de San Pedro, Santa Lucía,
San Marcos o Santa Catalina de la ciudad de Sevilla.
Sin embargo, lo más probable es que se construyeran
en época de dominación cristiana, si bien pudieron aprovechar
como base parte del alminar primitivo.
La mayoría llevan machón central y escalera
helicoidal, como los alminares almohades, aunque hay algunos ejemplares
con bóveda ochavada mientras que la escalera es exterior como
en Omnium Sanctorum.
A pesar de las reconstrucciones
y restauraciones seculares, han quedado numerosos ejemplos de esta
peculiar arquitectura cisterciense-gótico-mudéjar que
es la alfonsí, en Sevilla. Aquí nos ocuparemos de algunas
de las iglesias más importantes de este grupo en la ciudad
de Sevilla como son: Santa Ana de Triana, San Gil, Santa Catalina,
Santa Marina, Omnium Sanctorum, San Andrés, San Marcos y San
Esteban.
Iglesia de Santa Ana de Triana
Según una inscripción, la iglesia de Santa
Ana, en el castizo barrio de Triana, fue mandada construir por el
monarca Alfonso X el Sabio en 1276 para agradecer a Santa Ana, madre
de María, el milagro de la curación de una enfermedad.
El edificio fue finalizado en el siglo XIV pero sufrió los
efectos de dos terremotos, el consabido de 1356 y el de Lisboa de
1755.
Conserva tres portadas y el interior con sus tres naves
abovedadas con crucería incluyendo el característico
y burgalés nervio espinazo.
Iglesia de San Gil
Se considera una de las iglesias más antiguas
del grupo, d finales del siglo XIII o comienzos del XIV. De esta época
sería la cabecera aunque unas décadas más tarde
se construirían las tres naves.
Además, ha sufrido numerosas reformas modernas
que han desfigurado sustancialmente el aspecto medieval del edificio.
Iglesia de Santa Catalina de Alejandría
Muy interesante es la iglesia
de Santa Catalina de Alejandría, que muestra un gran
mudejarismo. Por ejemplo, en su portada interior (la exterior perteneció
a Santa Lucía) muestra arco de herradura trasdosado por decoración
polilobulada de ladrillo.
También interesa su
campanario, buen ejemplo de la arquitectura mudéjar sevillana,
con fábrica de ladrillo y vanos de arcos túmidos además
de otros ciegos geminados y polilobulados. El remate es de merlones
de tradición cordobesa.
Por último hay que
citar el llamado "Redondillo" que corresponde la exterior
de la nave norte y que tiene dos semicilindros de ladrillo decorados
con arcos mixtilíneos. Tal estructura asemeja a auténticos
ábsides y nos recuerdan las cabeceras de las iglesias mudéjares
toledanas.
Iglesia de Santa Marina
Iglesia de origen anterior
que tuvo que ser reconstruida tras el terremoto de 1356. En la actualidad
es de las mejor conservadas dentro del mudéjar sevillano.
Además de las habituales
tres naves, merece la pena la limpieza del ábside poligonal
con ventanales góticos rasgados y almenas escalonadas.
Tiene tres puertas, la principal
es de piedra con arquivoltas baquetonadas de perfil ojival. La exterior
tiene zigzagueado y guardapolvos de puntas de diamante. En sus enjutas
se dispusieron relieves de personajes sagrados bajo doseletes de estética
gótica.
Iglesia de Omnium Sanctorum
La de Omnium Sanctorum es
una interesante iglesias que conserva bastantes elementos de la arquitectura
mudéjar sevillana gracias, especialmente, a su soberbia torre
campanario adosada al norte de los pies, junto a la fachada occidental.
De fábrica de ladrillo
está claramente inspirada en La Giralda, como se puede apreciar
en los arcos mixtilíneos apuntados y los paños de sebka
recuadrados.
Iglesia de San Andrés
La de San Andrés es
otra de las iglesias parroquiales bajomedievales de Sevilla, siguiendo
la mayor parte de las pautas descritas anteriormente.
Del exterior, además
de sus tres puertas, lo más apreciable es su cabecera al encontrarse
exenta.
Iglesia de San Marcos
Las iglesias de San Marcos
y San Esteban parecen algo más tardías a las
anteriores aunque siguen sus pautas principales. Sus portadas llevan
decoración mudéjar de sebka de tradición almohade
bajo el alero.
Por otro lado, La torre de
San Marcos es el mejor campanario mudéjar de Sevilla. Está
tan inspirada en la Giralda almohade que para algunos autores pudo
ser un alminar reutilizado. Sin embargo, lo más aceptado es
que es una construcción de tiempos de dominación cristiana
(primera mitad del siglo XIV). Lleva vanos ajimezados con mainel y
decoración mural similar al sebka.
Iglesia de San Esteban
Tras las restauraciones de los años noventa del
pasado siglo, la iglesia de San Esteban es de las más atractivas
de este grupo de templos que estamos revisando.
Su fábrica es de ladrillo y está organizada
interiormente con planta basilical de tres naves tres naves de desigual
altura -las laterales más bajas que la central- separadas por
arcos ojivales sobre pilares. La cabecera también cumple con
los cánones de estas iglesias: estructura y abovedamiento gótico.
La puerta occidental de San Esteban es una de las más
bellas de la arquitectura medieval sevillana donde se combinan las
formas góticas cristianas con la decoración epidérmica
musulmana. Se trata de una construcción tardía -primeras
décadas del siglo XV- y muy ricamente organizada: mediante
arcos abocinados abocinados sobre los que aparecen estatuas bajo doseles
y una rica malla de sebka bajo canecillos con bustos de león.
Otras iglesias de este
grupo
Además
de las señaladas hasta el momento, existen otras iglesias mudéjares
en la ciudad de Sevilla, como San Román, destacable por su
agradable fachada occidental; San Pedro, con su esbelto campanario;
y otras como las parroquias de San Isidoro, San Lorenzo, etc.
También citaremos
aquí que esta arquitectura arraigó fuertemente en la
gaditana ciudad de Jerez de la Frontera y en localidades como Lebrija,
Carmona, etc.
Arquitectura
doméstica palaciega: El Alcázar de Sevilla y la Casa
de Pilatos
Desde tiempos de Alfonso X,
la monarquía y la nobleza, deseosa de lujo y la ostentación
que permitiera reafirmar su poder, buscó en el arte mudéjar
el estilo de sus palacios y casas señoriales. Especialmente
Alfonso XI y sobre todo Pedro I fueron los monarcas que más
se apegaron a las formas mudéjares.
Fruto de ello, tenemos el
monasterio de Santa Clara de Tordesillas, en Valladolid y muy especialmente
el fastuoso complejo del Real Alcázar de Sevilla (más
exactamente: "Reales Alzcázares de Sevilla").
El Alcázar de Sevilla
es un complejo palaciego iniciado en tiempos de Alfonso X y continuado
por Alfonso XI. No obstante la mayor parte de los edificios que lo
forman fueron de tiempos del reinado de Pedro I.
Se
ha debatido mucho sobre la intervención de alarifes toledanos,
sevillanos y granadinos en el alcázar. Los estudiosos del mudéjar
no siempre se ponen de acuerdo sobre las partes que fueron construidas
por unos y otros.
Se sabe que Pedro I tenía
amistad con el rey moro de Granada, Mohamed V, y que artistas granadinos
trabajaron en el alcázar. Pero también se observa a
primera vista como manos toledanas también trabajaron en diversas
partes del mismo recuperando una cierta tradición califal.
Por último, se aprecia también el trabajo de artistas
sevillanos que continúan aplicando las formas almohades.
En conjunto, pues, el Alcázar
de Sevilla es un edificio ecléctico donde se manifiestan diferentes
tendencias del arte musulmán interpretadas por mudéjares
de distintas procedencias y filiaciones.
El Alcázar de Sevilla
se articula alrededor de dos patios, el fastuoso y grande llamado
de Doncellas y el más recoleto, denominado de la Muñecas.
En la confluencia de ambos, se encuentra el magnífico Salón
de Embajadores.
Más
información de los Reales
Alcázares, Sevilla
La
Casa de Pilatos
La
Casa de Pilatos, residencia de los duques de Medinaceli, es un extraordinario
palacio de dos plantas construido en los primeros años del
siglo XVI.
Fue manado construir por D.
Pedro Enríquez, Adelantado Mayor de Andalucía y su mujer,
Catalina de Ribera, aunque la mayor parte del edificio se erige por
D. Fadrique, hijo de ambos, a su regreso de Jerusalén.
No vamos a pararnos a describir
un edificio que es básicamente renacentista y de sabor italianizante,
pero sí citaremos aquí la abundante decoración
mudéjar que se combina con la arquitectura del Renacimiento
de una manera magnífica y armoniosa. Por ejemplo, el patio
central porticado, prodigio de belleza y elegancia, donde imperan
la arquitectura y escultura de tradición romana e italiana,
se ve engalanada por una exquisita decoración geométrica
y vegetal mudéjar.
Imágenes
de gran formato del Real Alcázar de Sevilla (Pinche
para agrandar) |
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Real
Alcázar de Sevilla. Img. Nº1 |
Real
Alcázar de Sevilla. Img. Nº2 |
Real
Alcázar de Sevilla. Img. Nº3 |