El Gótico
en Extremadura
El
precedente románico en Extremadura
La conquista leonesa de
lo que hoy es Extremadura dejó algunas muestras de
arte románico que en su fase final iba derivando al gótico
durante el siglo XIII. Mencionaremos sólo algunas partes
importantes de la catedral de Plasencia y otras iglesias de esta
ciudad, los templos de Alburquerque, Hoyos, Alcántara, Santa
María la Mayor de Trujillo, Santa Eulalia de Mérida,
etc.
Más
información sobre el Románico en Extremadura
El
Gótico rural o de segundo nivel
Nos
ocuparemos brevemente en este apartado del conjunto de edificios
góticos menos importantes, que no son grandes catedrales
ni monasterios, sino iglesias parroquiales de pueblos o ciudades.
Al igual que ocurre en otros
amplios territorios de la Península conquistada y repoblada
por los reinos cristianos, en Extremadura se aprecia una extensión
de la arquitectura tardorrománica inercial durante el siglo
XIII y la primer parte del XIV.
La cristianización
de mezquitas y la construcción de estas iglesias debió
ser suficiente para el culto durante este periodo.
Tras las crisis y desastres
del siglo XIV tardará en reactivarse la arquitectura de nuevas
iglesias hasta la segunda mitad del siglo XV. En muchos casos se
construyen templo tardogóticos sobre los templos románicos
anteriores aprovechando partes de sus estructuras.
En todo caso, la arquitectura
gótica de Extremadura, como lo fue la románica tiene
un carácter arcaizante y conservador muy patente, de tal
modo que muchas de sus formas no varían demasiado durante
varios siglos. Incluso ya en pleno siglo XVI las formas renacentistas
se combinan con otras medievales que parecen datar de siglos muy
anteriores.
En general la arquitectura
gótica extremeña es de dimensiones modestas, fábricas
de mampostería o sillería granítica, cabecera
de planta poligonal, escasez de ventanales, que se combinan con
óculos o pequeños rosetones para habilitar la iluminación
del interior.
Las portadas son un claro
ejemplo del conservadurismo citado. Suelen tener una o pocas arquivoltas
apuntadas, con columnas o -más numerosas- jambas, poco decoradas
con algunos elementos vegetales. Suelen estar rodeadas por alfiz
de tradición mudéjar. Estas sencillas portadas son
muy difíciles de datar pues su sencillez y arcaísmos
impide fecharlas con precisión y bien podrían haber
sido construidas en un arco cronológico tan amplio como el
del siglo XIII al XVI.
La buena portada de la iglesia
de Jaraíz de la Vera ha sido fechada por expertos en fechas
tan disímiles como el siglo XIII o el XV-XVI y caso similar
ocurre con las de algunas iglesias de Trujillo.
Buenos ejemplos de estas
iglesias góticas las tenemos en la villa de Plasencia. Algunas
de ellas, como se ha dicho, se construyen sobre templos románicos
anteriores que han dejado algunas huellas, aunque siempre confusos
por la similitud de sus características.
La iglesia de San Nicolás
de Plasencia fue un templo románico del siglo XIII del que
queda indudablemente el campanario y muy probablemente la portada
norte.
Ya a finales de la Edad
Media se acomete una reedificación en estilo gótico
que nos deja una cabecera excepcionalmente elegante, gracias a sus
bonitos ventanales.
La puerta norte también
parece de la construcción más moderna, aunque por
su sencillez muchos autores no dudan de suponerla tardorrománica
y perteneciente a la primera construcción.
El gótico
catedralicio
Dentro de esta categoría
de arquitectura de mayores pretensiones hay que mencionar las catedrales
de Cáceres y Vieja de Plasencia que pertenecen a distintos
momentos del gótico.
Excluimos de este apartado
la Catedral de Coria y la Nueva de Plasencia pues pertenecen a un
estadio de la arquitectura gótica muy final e inscrita ya
en los nuevos aires renacentistas.
Más
información de la Catedral
Nueva de Plasencia
Arquitectura
gótica de la Catedral Vieja de Plasencia
La catedral de Plasencia
se construye fundamentalmente entre los siglos XIII y XIV. Cuando
se mira el interior de este edificio hay que tener en cuenta las
obras de reconstrucción acometida a finales del siglo XV
y que eliminó la cabecera original, quedando sólo
los cuatro tramos primitivos de los pies.
Se trataba de un edificio
de tres naves separadas por pilares cruciformes con grandes semicolumnas
adosadas en sus frentes y una columnilla fina acodillada en cada
vértice. Los capiteles terminan en ábaco ochavado
gótico pero muestran una rica escultórica de lejana
tradición románica.
Las bóvedas son de
crucería estrellada y pertenecen a un momento tardío
de sus reformas.
Como vemos, la fábrica
primitiva se puede considerar de un gótico primitivo con
inercias románicas.
Concatedral
de Mérida
La concatedral
de Santa María la Mayor de Mérida ocupa el lugar de
la antigua catedral paleocristiana y visigoda de Emerita Augusta.
Se trata de
un templo gótico con arranque en el siglo XIII y posteriores.
Tiene tres
naves, separadas por separadas por pilares con columnas en los frentes
que recogen los arcos apuntados. La cubierta de las naves es de
bóveda de aristas, aunque originariamente fue de armadura mudéjar.
Concatedral de Cáceres
Aunque la concatedral
de Cáceres fue originalmente un edificio del siglo XIII que
debió presentar un aspecto románico muy tardío,
el edificio actual es completamente tardogótico porque se
reformó en los siglos XV y XVI.
El edificio
está construido en sillería dorada. El exterior es
de una sobriedad espartana, típica de la arquitectura medieval
española. Sólo la torre y las puertas góticas
occidental y meridional alegran tanta sobriedad. Como anécdota
citaremos que es en estas dos portadas donde quedan algunos canecillos
tardorrománicos del edificio precedente.
Interiormente,
el edificio es mucho más rico. Tiene tres naves, siendo la
central de mayor altura y separadas por pilares fasciculados que
soportan las bóvedas de crucería gótica.
Además tiene cuatro capillas laterales y cabecera con tres.
El gótico
final de las catedrales de Coria y nueva de Plasencia
Tras la crisis de los siglos
XIV y XV, la arquitectura española se reactiva al final de
esta última centuria durante el reinado de los Reyes Católicos
y va a dejar grandes muestras durante aquellos años y todo
el siglo siguiente, el XVI, aunque con una creciente combinación
con los elementos de renovación renacentista que llegan desde
Europa.
Los principales edificios
de Extremadura que pertenecen a este estadio final del gótico
son la Catedral de Coria y la Catedral Nueva de Plasencia.
Catedral
de Coria
La iglesia actual de la
Catedral de Coria es un voluminoso templo del siglo XVI y siguientes,
donde se combina lo gótico final y lo renacentista, con añadidos
barrocos.
El exterior de la catedral
es bastante sobrio y de aires de la austera arquitectura renacentista
española. Sin embargo el interior se nos muestras "más
gótica".
Tiene una sola nave de gran
amplitud y la bóveda es de crucería gótica
estrellada.
De estilo gótico
es también la gran puerta norte obra de Martín de
Solórzano. Tiene arquivoltas apuntadas con
pináculos flamígeros.
Catedral
Nueva de Plasencia
Como
la de Coria, la Catedral Nueva de Plasencia se comenzó a
edificar en las postrimerías del siglo XV, pero su principal
desarrollo fue en el XVI. Aunque ciertas obras fueron desarrolladas
en siglos posteriores (como el XVIII)
Se trata de
un gigantesco templo -el mayor de Extremadura- en que de nuevo se
combinan estructuras góticas con otras plenamente renacentistas.
De hecho las fachadas son platerescas.
Interiormente,
el templo ofrece una gran diafanidad, gracias a su altura (26 metros)
y a sus tres naves de igual altura separadas por pilares fasciculados,
donde los bóvedas derraman sus nervios sin intermediación
de impostas ni capiteles, hasta el suelo. Las citadas bóvedas
son estrelladas de gran espectacularidad.
El mestizaje
del gótico con lo islámico: el mudéjar
El
Monasterio de Guadalupe
El Monasterio
de Guadalupe es una de las obras cumbres del gótico mudéjar
no sólo en Extremadura sino de toda España.
Tras
la batalla del Salado, Alfonso XI ordena la construcción
de una fortaleza con una iglesia adosada. La iglesia debió
construirse a finales del siglo XIV y debió estar terminada
en los primeros años del siglo XV. Cuando Los jerónimos
se hace cargo del monasterio en 1389 comienzan importantes obras
de reforma como la fastuosa fachada meridional que sirve de entrada
al templo, la construcción del claustro mudéjar incluyendo
su célebre templete.
La citada fachada
tiene puertas de arcos apuntados superados por tímpanos,
marcos rectangulares y un gran rosetón, todo con tracerías
flamígeras muy mudejarizadas.
El claustro
es de espectaculares dimensiones y formado por un cuadrilátero
de tramos formados por dos pisos formados por arcos apuntados de
herradura sobre pilares ochavados.
En el centro
se erigió un originalísimo templete en el cual se
funde armoniosamente las formas góticas e islámicas
formando una especie de pirámide de gabletes de exquisito
aspecto.