Guía
del Arte Románico en Portugal
La
historia de Portugal en la Edad Media está ligada al reino
astur leonés. Su parte septentrional (la que estaba en
manos cristianas) perteneció a Oviedo y León durante
los oscuros siglos altomedievales. No obstante durante el siglo
XI se van sucediendo diversos hechos que apuntan a la intensificación
de un espíritu emancipador.
En
este contexto, Alfonso VI entrega Portugal como condado feudatario
a su hija Teresa y yerno Enrique de Borgoña. Las tensiones
independentistas del siglo XII culminan cuando Alfonso Enríquez
se desliga del vasallaje a su primo Alfonso VII y se lo ofrece
al Papa consolidándose definitivamente en el reinado del
rey Sancho de Portugal.
A
estas tensiones culminadas en su independencia no es ajena la
ambición del obispo Gelmírez de Santiago que expolia
iglesias portuguesas en su afán de engrandecer la Sede
Compostelana.
Relación
entre el románico en Galicia y en Portugal
Las
relaciones estilísticas entre el románico gallego
y el portugués son indudables, aunque también lo
es un intento por crear un estilo propio ligado a la corriente
internacional que Portugal siempre promovió como oposición
a la amenaza castellanoloenesa.
Catedral
de Coimbra
La
Catedral o "Sé Velha" de Coimbra es uno de los
grandes edificios del románico de Portugal. Fue
finalizada en 1180 tras décadas de construcción.
Reproduce un modelo muy clásico en las iglesias del Camino
de Santiago: tres naves, con tribuna sobre las laterales, crucero,
cimborrio y cabecera de tres ábsides escalonados.
De
la cabecera se conserva el ábside principal y el del Evangelio.
Curioso es el muro oriental que soporta la torre-cimborrio que
lleva una galería porticada con arcos sobre columnas, hecho
normalmente relacionado con algunas iglesias francesas de Auvernia.
Más información
de la Catedral
Vieja de Coímbra
Catedral
de Lisboa
Edificio
iniciado al mismo tiempo que la reconquista de la ciudad en 1147
y finalizada en los siglos XIII y XIV.
A
diferencia de la catedral de Coimbra, la de Lisboa sufrió
importantes reconstrucciones, consecuencia de terremotos, como
la cabecera, que fue sustituida a partir de 1340 con otra gótica
que también fue destruida en 1755 tras otro importante
seísmo. En esta fecha debió reconstruirse parte
de la fachada occidental originaria del siglo XIV y ejemplo de
la persistencia del románico en siglos muy tardíos.
"Charola"
de Tomar
La
iglesia de tomar fue construida por los Templarios en la segunda
mitad del siglo XII.
Aunque
su aspecto exterior está desfigurado por las obras de los
siglos XV, XVI y XVII que convirtieron al templo en un castillo
su interior es sorprendentemente hermoso.
Consta
de un polígono exterior de dieciséis lados y otro
interior de ocho. Este edículo interior se compone de dos
esbeltos pisos superpuestos formados por arquerías y rematados
por una pequeña cúpula. Es más que probable
que con este templo se quisiera reproducir el aspecto de la Iglesia
del Santo Sepulcro de Jerusalén, uno de los lugares emblemáticos
de Tierra Santa, lugar con el que los templarios estaban estrechamente
relacionados.
El
románico rural de Portugal
El
románico portugués nace, como el gallego, de una
mixtificación del arte que traen las corrientes internacionales
del Camino de Santiago con el arte autóctono que domina
los siglos altomedievales, es decir, el arte asturiano.
Algunos
de los ejemplos más claros del arraigo de la tradición
asturiana en el primitivo románico portugués son
las iglesias de Santa María de Arnoso, San Claudio de Nogueira
o Santo André de Telöes.
Posteriormente
y a lo largo de los siglos XII y XIII y con el estilo románico
bien consolidado se construyen decenas de iglesias de tipo rural
cuyas características comunes son similares a las del entorno
rural de Galicia, es decir, emplear buena sillería granítica
con una nave (a veces tres) con cabecera rematada en ábside
semicircular, portada occidental con frecuentes tímpanos
tallados y la abundancia de rosetones en fachadas y en muros de
cierre oriental de la nave. Este estilo evoluciona hacia formas
y soluciones góticas durante el siglo XIV pero con un evidente
arraigo estético románico.
Algo
que también es común a Galicia es la implantación
en Portugal de grandes Monasterios (mosteiros) cistercienses que
muestran la habitual grandiosidad de formas y proporciones.
Una
última característica común del románico
en Portugal y Galicia es el material constructivo. En ambos casos
se trata de granito perfectamente cortado en sillares. Por tanto,
la sillería es consustancial a esta arquitectura. Su dureza
no permite grandes lujos es su escultura, pero, por otro lado,
ha permitido la conservación casi intacta de muchos edificios
a pesar de los siglos (salvo por intervención humana).
Más
información del Monasterio
de Alcobaça
