La
Tierra de Alba de Tormes y toda la esquina noreste de Salamanca,
participa de la arquitectura románica mudéjar
de la gran comarca de "Tierra de Pinares" que se puede
considerar como el vivero de este estilo en Castilla y León.
En efecto, las iglesias salmantinas de esta zona
son extensión de las que se acumulan en el sureste
de Zamora (Toro como centro ), de Valladolid (con Olmedo como
principal referencia), oeste de Segovia (Con las "capitales"
en Cuéllar y Coca), y norte de Ávila (con Arévalo
y Madrigal de las Altas Torres como principales focos).

Excepcionalmente,
al sur de la provincia, en Béjar, encontramos un importante
ejemplar de mudéjar de influencia románica.
Nos referimos a la iglesia de Santa María la Mayor.
Como se puede comprobar, en la mayor parte del
espacio citado de la provincia de Salamanca, la orografía
es llana, con suelos mayoritariamente sedimentarios, escasas
afloraciones rocosas y cuando las hay se trata de berrocales
(piedra granítica difícil de trabajar). Ésta
es una de las fundamentales causas que originaron este tipo
de arquitectura de ladrillo en esta zona de Castilla y León.

La datación de estas iglesias, dado su
carácter eminetemente popular, edificadas para pequeñas
aldeas es siempre problemática. Algunos autores hablan
de finales del siglo XII. A nosotros nos parece que tales
fechas son demasiado tempranas para la arquitectura de ladrillo.
Más bien deberíamos hablar de fechas pertenecientes
al siglo XIII.
Como comprobaremos, la mayoría de los
templos son pequeños, de una sola nave y un solo ábside.
Lo mejor coservado suele ser, precisamente, la cabecera, construida
con ladrillos y estructurados por tres pisos de arquerías
murales dobladas. Sobre este esquema esencial y común
prácticamente a todas, puede haber ligeras variantes.
Algunas iglesias mudéjares de la provincia
de Salamanca
San Juan de Alba de Tormes

La villa de Alba de Tormes se puede considerar
la capital del arte románico mudéjar de Salamanca.
Aunque
actualmente sólo conserva dos monumentos del estilo,
no hace demasiado tiempo existieron muchos más.
De hecho, todavía quedan testimonios gráficos
de otros varios templos parroquiales que desaparecieron no
hace mucho como consecuencia de la escasa valoración
que hasta hace dos décadas se tenía de nuestro
patrimonio y en concreto del arte mudéjar.

De San Juan quedan los tres ábsides de
la cabecera. Lo más interesante es la convivencia del
ladrillo mudéjar con partes de piedra románica,
en concreto, capiteles, canecillos y esquinas de refuerzo.
Los citados capiteles son de buena calidad y representan animales
de diferente condición. El más conocido es el
que representa a dos demonios con cabeza común del
que salen dos tallos de sus bocas.

En el interior no debemos dejar de admirar su
famoso Apostolario románico de piedra, donde aparecen
Cristo y los apóstoles sentados en tallas de más
de 1 metro de altura.
Santiago de Alba de Tormes
La iglesia de Santiago de Alba de Tormes es un
buen ejemplo de la clásica construcción mudéjar
de Tierra de Pinares tan frecuente en esta zona de Castilla.

Contaba con una nave unida a una cabecera formada
por presbiterio y ábside semicircular, articulado por
bandas de arcos ciegos de ladrillo. La cabecera es lo único
que se conserva original.
La nota curiosa la pone el friso superior de los muros presbiteriales,
donde los típicos arquillos de medio punto dejan paso
a arcos trilobulados que le confieren un sabor aún
más musulmán.

Tierra de Alba
En la comarca de Alba de Tormes, especialmente
al este de esta localidad, abundan otras construcciones del
estilo románico mudéjar. Citamos como las más
importantes las iglesias parroquiales de Coca de Alba, Turra
de Alba, Gajates, Galleguillos, Nava de Sotrobal, Pedrosilla
de Alba, etc.
Hay que citar aquí que, afortunadamenete,
numerosas iglesias mudéjares de esta zona han sido
restauradas recientemente.
Nava de Sotrobal
La humilde apariencia de la iglesia parroquial
de San Miguel Arcángel de Nava de Sotrobal no es sino
el resultado de las numerosas reformas y ampliaciones de las
que fue objeto durante diferentes momentos.

De su primitiva fábrica conserva tan sólo
el hemiciclo absidal, concebido originalmente a base de tres
registros de arcos doblados y revocados de los que el primero
de ellos, prácticamente a ras de suelo, quedó
oculto al ser revestido con sillares seguramente para solventar
un inoportuno problema de humedades.
Las arquerías del muro meridional del
presbiterio todavía se adivinan a pesar de estar casi
completamente ocultas por una dependencia moderna.

Gajates
Aunque parece de factura similar a las ya reseñadas
hasta el momento, la iglesia parroquial de El Salvador de
Gajates presenta una de las cabeceras más perfectas
del mudéjar salmantino, especialmente conservado gracias
a una acertada restauración.

Al igual que veremos a continuación en
Pedrosillo de Alba, el ábside cuenta, además
de las habituales arquerías, unas anchas pilastras
a modo de contrafuertes.
Si nos fijamos bien, una de las características
de esta cabecera es que en la separación de los arcos
de la segunda arquería del presbiterio se imitaron
columnas cilíndricas con ladrillos.
Además de la cabecera, parte de la nave
es la original como puede comprobarse en las pilastras de
ladrillo del muro norte.
Pedrosillo de Alba
La iglesia de San Pedro de Pedrosillo fue, como
tantas otras, objeto de numerosas reformas en época
moderna, conservándose tan sólo de época
medieval su cabecera -en un planteamiento inicial que resulta
semejante a la de Gajates- con tramo presbiterial, rematado
en un ábside estructurado en siete paños separados
por pilastras que confieren al conjunto una apariencia poligonal.
Se articula el conjunto al exterior en dos cuerpos de arcos;
de medio punto doblados el primero, y ligeramente apuntados
el segundo, repitiéndose la misma estructura decorativa
al interior.

Parece que este ábside no llegó
a finalizarse completamente pues no cuenta con la tercera
arquería mural superior que es habitual y se aprecia
un tipo distinto de aparejo de ladrillo en la zona alta, lo
que probaría una conclusión apresurada en una
etapa posterior.

Coca de Alba
Culminando
una nave de factura muy reciente, la cabecera de la iglesia
parroquial de Coca de Alba es el único vestigio llegado
a nuestros días de su primitiva obra románica.
Como la mayoría de edificios de la comarca,
consta de tres niveles decorativos; uno inferior a base de
arcos de roscas dobladas, uno intermedio de esbeltos arcos
peraltados embebidos en paneles rectangulares, y un remate
superior a base de formas cuadrangulares en rebaje. Conserva
también su tramo recto presbiterial articulado a base
de dos cuerpos de arcos ciegos.
Al interior, el ábside queda cubierto
mediante una bóveda de cañón, resultando
llamativa tanto la galería de arquillos ciegos que
articula el perímetro mural en su registro inferior;
como el friso de ladrillos en esquinilla que delimita el cuerpo
de ventanas.
Turra de Alba
Bajo una potente espadaña de perfil escalonado
y dos huecos de campanas -de factura posterior al siglo XIII
en que se iniciaría la obra- el ábside de la
pequeña iglesia de San Juan de Turra de Alba presenta
tres cuerpos de arquillos doblados de los cuales, llaman la
atención dos aspectos:
