La
escasez de publicaciones sobre el patrimonio monumental de Extremadura
puede ser una de las causas del desconocimiento general que existe
sobre el mudéjar en estas tierras.
Se
suele asociar el arte mudéjar con otras zonas como ciertas
áreas castellanoleonesas, la mitad meridional de Aragón,
los alrededores de Toledo y parte de Andalucía.
Sin
embargo, Cáceres y Badajoz cuentan con importantes representaciones
de arquitectura mudéjar. Especialmente, es el sur de Badajoz
donde numéricamente, el patrimonio mudéjar descolla
por su importancia.
No
obstante, en Cáceres, perteneciente al largo periodo que
va del siglo XIII al XVI se conserva buenas muestres de este peculiar
arte. Un arte, el mudéjar, que a lo largo de 400 años
evoluciona, y no sólo porque se ve influido por el discurrir
artístico del arte cristiano: románico, gótico
y renacentista, sino también por la propia evolución
del arte musulmán.
Nos
ocuparemos aquí de la iglesia de La Asunción de
Galisteo, el Monasterio de Guadalupe, La Ermita de Nuestra Señora
de Salor de Torrequemada y el Palacio de los Duques de Alba o
Sotofermoso de Abadía.
Galisteo
Galisteo
es una de las poblaciones más interesantes de la Vía
de la Plata en Cáceres. Se encuentra en el norte de la
provincia, no muy alejada de Plasencia.
Además
de la muralla almohade, nuestra atención se centra
aquí en la iglesia parroquial de La Asunción.
Este templo conserva la cabecera de ladrillo perteneciente al
antiguo edificio mudéjar del siglo XIII de tradición
románica. Aunque en ocasiones se ha querido ver relación
de esta cabecera con el mudéjar toledano, más bien
habría que asociarla a mudéjar salmantino, por sus
estructuración mural de tipo castellanoleonés.
Tiene
planta semicircular. Sobre un zócalo de mampostería,
se sitúa un piso de arcos doblados de medio punto y por
encima otro de arcos sencillos. La decoración de la cornisa
es a base de ladrillos en esquinillas.
Palacio
de los Duques de Alba o Palacio de Sotofermoso de Abadía
En la población
de Abadía, en el Valle del Ambroz al norte de Cáceres,
se encuentra el Palacio de los Duques de Alba. Inicialmente
el edificio perteneció a un monasterio pero se convirtió
en palacio de los Alba desde 1369.
Este palacio
es conocido porque tuvo una de los mejores jardines renacentistas
de España, a la moda italiana del siglo XVI.
A nosotros
nos interesa más el patio cuadrado central, formado por
dos pisos de arquerías de cinco arcos por lado y piso.
El piso bajo es mudéjar de inicios del siglo XV. Se articula
mediante columnas o pilares ochavados que soportan grandes y elegantes
arcos túmidos de ladrillo encuadrados por alfiz. El superior
es ya del siglo XVI, renacentista con arcos escarzanos, decorados
con escudos de la Casa de Alba.
Ermita
de Nuestra Señora del Salor de Torrequemada
Torrequemada
es una población situada a 18 Km. al sureste de la ciudad
de Cáceres.
A
sólo 2 Km. de Torrequemada está la muy interesante
Ermita de Nuestra Señora del Salor.
Se
trata, en origen, de un edificio mudéjar primitivo de finales
del siglo XIII o comienzos del XIV, relacionado con una fundación
templaria (Cofradía de Nuestra Señora del Salor)
Su
exterior es enormemente sobrio y no demasiado atractivo, por su
fábrica de mampostería y ladrillo. Sólo una
portada de dos arquivoltas apuntadas anima el conjunto
Sin
embargo, el valor de la Ermita de Nuestra Señora del Salor
se centra en el interior. Aunque la cabecera data de una reconstrucción
del siglo XVII, el cuerpo del templo es el original, de tres naves,
siendo de mayor altura la central. Los arcos estructurales son
apuntados de ladrillo, apoyados sobre pilares graníticos.
Además
de la estructura arquitectónica de la ermita, son destacables
las diferentes pinturas murales halladas y que datan del siglo
XIV, las más antiguas, y del XVI las modernas.
Monasterio
de Guadalupe
El
Monasterio de Guadalupe es una de las obras cumbres
del gótico mudéjar no sólo en Extremadura
sino de toda España.
Tras
la batalla del Salado, Alfonso XI ordena la construcción
de una fortaleza con una iglesia adosada. La iglesia debió
construirse a finales del siglo XIV y debió estar terminada
en los primeros años del siglo XV. Cuando Los jerónimos
se hacen cargo del monasterio en 1389 comienzan importantes
obras de reforma como la fastuosa fachada meridional que sirve
de entrada al templo, la construcción del claustro
mudéjar incluyendo su célebre templete.
La citada
fachada tiene puertas de arcos apuntados superados por tímpanos,
marcos rectangulares y un gran rosetón, todo con tracerías
flamígeras muy mudejarizadas.
El claustro
de Guadalupe es de espectaculares dimensiones y formado por
un cuadrilátero de tramos formados por dos pisos formados
por arcos apuntados de herradura sobre pilares ochavados.
En el
centro se erigió un originalísimo templete en
el cual se funde armoniosamente las formas góticas
e islámicas formando una especie de pirámide
de gabletes de exquisito aspecto.