Castillos
de España. Características, historia y arquitectura
Introducción
a la arquitectura de los castillos
España
es el mejor país para los amantes de los castillos, pues el
número de los conservados y su variedad artística, histórica
y cronológica es enorme.
La definición
para los castillos no es fácil, aunque para que un edificio
se considere "castillo" normalmente debe tener:
- Recinto más o menos
rectangular o que se adapte al terreno
- Una torre habitable
- Un patio de armas alrededor
del cual se disponen diferentes dependencias (Ver foto lateral de
Castillo de Medina del Campo)
Esto es aplicable a los castillos
cristianos ya que en los musulmanes se prescinde de la torre del homenaje
y en el caso de los alcazabas se convierten en verdaderas ciudadelas
con multitud de torres y dependencias intercomunicadas.
El castillo es un edificio
propio de la arquitectura militar que, como a lo largo de toda la
historia, responde a la necesidad de defensa frente a amenazas externas.
Por ello comenzaron teniendo un uso práctico y su arquitectura
no aspiró a realizar algo bello sino completamente funcional.
Con el tiempo, el castillo medieval se convirtió en palacio
y con ello apareció el gusto estético.
Los
elementos de la arquitectura de los castillos obedece plenamente a
las condiciones necesarias para rechazar ataques:
Ubicación en alto.
Los castillos medievales aunque podían ubicarse en diferentes
lugares (roqueros,
montanos, o en
llano) preferían
especialmente asentarse sobre un alto montículo o roca para
evitar una de las formas de ataque del enemigo, el de construir túneles
o minas bajo el muro para que su posterior hundimiento crease grietas
en los muros. También encaramándose en altura se dificultaba
el uso de bastidas o torres de madera móviles usadas por el
invasor para saltar al adarve.
Foso y barrera. En
caso de no asentarse en alto, solía disponerse de un foso para
alejar lo máximo al enemigo. Este foso era completado con cardos
de hierro, estacas o cepos para impedir el aso de los caballos. Luego
se construía una barrera exterior.
Espesor y altura de los
muros. También es lógico que sus muros fueran de
gran anchura y consistencia para resistir la percusión de arietes,
gatas y los proyectiles lanzados con catapultas. Los muros, además
de anchos, eran de gran altura para dificultar el asalto con escalas.
El material usado fue diverso:
sillería, mampostería, calicanto, tapial, ladrillo...
Almenas y matacanes.
Los muros de la mayoría de las dependencias estaban rematados
por almenas. Otro elemento de defensa de los muros eran los balcones
amatacanados o espacios salientes del muro, desde los que se tenía
una situación alta y privilegiada sobre el enemigo que se agolpa
cerca de los muros.
Puertas protegidas.
Uno de los elementos arquitectónicos de los castillos más
sofisticados eran las puertas. Para su defensa se usaron múltiples
sistemas combinados:
- Construir matacanes o garitones
sobre la misma
- Crear saeteras orientadas
- Situarlas bajo la torre
del homenaje
- Forrar la madera con hierro
para evitar su incendio
- Situarla diametralmente
opuesta a la de la barrera
- Utilizar trancas en disposición
horizontal para evitar su rotura
- Acodarla en ángulo
recto
- Situar un antemuro o barbacana
Torre del Homenaje.
Si bien el castillo ha ofrecido múltiples resistencias escalonadas
al invasor, el sistema defensivo de su arquitectura no acaba con la
entrada al patio de armas. La conquista definitiva terminaba con la
toma de la gran torre del homenaje (ver foto inferior del castillo
de Arévalo). Para evitarlo, los constructores de castillos
recurrían a diversos ingenios, como establecer la entrada desde
pisos altos de la muralla y con dificultades de acceso (puente levadizo),
la construcción de muro perimetral o camisa, la construcción,
de nuevo, de matacanes y cadahalsos de madera para albergar soldados,
etc.
Aljibes. Para poder
disponer de agua en tiempos de asedio se excavada un depósito
en el suelo para aprovechar el agua de lluvia. Este aljibe solía
ser abovedado y estaba recubierto de pintura antifiltración
llamada almagra.
Características
de los Castillos de España respecto a los europeos
La
singular circunstancia histórica que vive España durante
la Edad Media determina un panorama distinto al de otras parte de
Europa. En España, desde comienzos del siglo VIII a finales
del XV se produce un larguísimo periodo de intermitencias bélicas,
no sólo entre cristianos y musulmanes, sino entre los propios
reinos y taifas de unos y otros.
Ello determina
la construcción de un innumerable conjunto de fortalezas de
tipo militar, de carácter muy funcional, incluso podríamos
definirlas como agrestes.
Los castillos
construidos en España son más bien pequeños (aunque
hay excepciones de grandes dimensiones) con torres almenadas pero
raramente rematadas en chapiteles, de material diverso visto (mampostería,
sillería o ladrillo), es decir sin enfoscar. También
puede tener foso alrededor seco.
Este modelo
de castillo español se aleja mucho del castillo palaciego centroeuropeo,
con multitud de ventanas, jardines,capilla, patio palaciego y foso
con agua.
Otra característica
diferenciadora de los castillos españoles es que, aunque también
hay algunos que han permanecido habitados permanentemente desde su
construcción, en general fueron abandonados a medida que sus
originales usos defensivos fueron superados por la tecnología
armamentística.
Ello hace
que todavía perduren en España una buena colección
de ruinas y castillos en aceptable estado que conservan casi por completo
su estructura medieval pura. Tal es el caso del castillo árabe
califal de Gormaz o el castillo de Consuegra, de la Orden Militar
de San Juan del Hospital, ambos con muy pocas reformas, pues no fueron
renovados desde muy antiguo.
En este sentido
es destacable la enorme colección de castillos milenarios (anteriores
al año 1000) conservados en España de época hispanomusulmana.
Otra característica
peculiar de de los castillos de España frente a los del resto
de Europa es la de su propiedad. Si en la Europa feudal el castillo
es propiedad de un noble que lo presta a sus vasallos en caso de agresión
a cambio de un impuesto (creando verdaderos miniestados autónomos
sin control directo del monarca) en España empiezan siendo
propiedad real ya que son botín de guerra y cedido su gobierno
a alcaides o tenentes. En los siglos XII y XIII en el territorio comprendido
entre el Tajo y Sierra Morena la monarquía va a ceder tierras
y castillos las órdenes militares para la protección
de un territorio amenazado por la cercanía de Al-Andalus.
Entre los
siglos XIV y XV los reyes ceden castillos a familias nobiliarias como
los Lara, Velasco, Pacheco, Mendoza, etc. que reformarán castillos
o construirán otros nuevos como palacios residenciales. Por
último, a partir del reinado de los Reyes Católicos
y la concentración de su poder, multitud de castillos son destruidos
coincidiendo con el final de las insurrecciones nobiliarias.
Denominaciones
específicas de los Castillos en España (cristianos y musulmanes)
- Alcalá.
Proviene de "qalca". Es cualquier castillejo musulmán
corriente
- Alcázar.
Del árabe "al-qasr". es un gran palacio fortificado,
es decir con habitaciones residenciales. El diminutivo "al-qusayr"
da en castellano otro nombre muy presente en la toponimia española:
alcocer.
- Alcazaba.
Del árabe "al-qasaba". Expresa a una verdadera ciudadela
fortificada con viviendas civiles, mezquitas, etc.
- Burch.
Torre árabe de grandes dimensiones y habitable, de planta cuadrada.
- Atalaya.
Del árabe "tala'la". Torre árabe circular
de pequeñas dimensiones ubicada en alto para vigilancia y comunicación
con otras atalayas o poblaciones.
- Torre.
Del latín "turris". Hace referencia una edificación
cristiana por elevación, con habitaciones superpuestas
- Castillo
torrejón. Castillo cristiano con torre del homenaje de
grandes dimensiones con garitones esquineros.
Historia
de los castillos españoles medievales
Castillos
cristianos de los siglos VIII, IX y X
La
situación del siglo VII con la invasión musulmana supuso
un inicial proceso de defensa por parte de hispanovisigodos que emigraron
a las montañas asturianas. Con su paulatina reconquista de
tierras meridionales y las consiguientes incursiones árabes,
hubo que iniciar la construcción de defensas.
Castilla nació con
un sistema de múltiples fortificaciones muy difíciles
de describir por lo remoto de la época y los escasos restos
conservados, pero debieron ser muy sencillas y pobres, aprovechando
al máximo la orografía escarpada de la zona.
Castillos
emirales y califales
Los
castillos y fortalezas hispaomusulmanas de época emiral y califal
toman como modelos los campamentos grecolatinos. Tienden a ser sencillos,
de forma rectangular o cuadrada, salvo cuando se adaptan al terreno,
con cubos de planta rectangular realizado con sillería a soga
y tizón. No tienen torre de homenaje. Los más importantes
conservados son el castillo de Calatayud (Zaragoza), la alcazaba de
Mérida (Badajoz), el castillo de Vascos (Toledo), castillo
de El Vacar (Córdoba), de Calatrava la Vieja (Ciudad Real)
y sobre todo el magnífico castillo de Gormaz (Soria). Ver foto
lateral de los lienzos de los muros de este castillo.
En Castilla
(Madrid, Toledo, Soria) y Aragón todavía perduran en
pie una interesante serie de torres y atalayas que jalonaron nuestro
suelo desde el siglo X y que fueron obra del último emir, Mohammad
y el primer califa, Abderramán III.
Castillos
Taifas
Tras la desaparición
del califato a principios del siglo XI la España musulmana
se enfrenta a una fragmentación en pequeños reinos independientes,
con gran gusto por el lujo y la cultura, pero con un poder político
y militar muy limitado. De esta época se conservan restos de
palacios fortificados o alcázares, pertenecientes a los monarcas
de los pequeños reinos musulmanes, como en Murcia, Zaragoza
(Aljafería), Palma de Mallorca (Almudaina), Sevilla, Tortosa
(Zuda), Balaguer, etc.
Una interesante
colección de fortificaciones del periodo Taifa es la de las
altas torres defensivas valencianas, como la de Almusafes, Espioca,
Benifayó, etc. y que servían de vigía y defensa
de la huertas.
Castillos
románicos
Durante el
periodo que se construye en estilo llamado románico en España
(finales del siglo XI a comienzos del XIII) el proceso de reconquista
cristiana ha rebasado la ya antigua "Frontera del Duero"
y se avanza hacia el sur en dos etapas. La primera hasta Toledo creando
una barrera en la retaguardia, al norte del Sistema Central en poblaciones
como Salamanca, Ávila, Segovia o Sepúlveda. La segunda
etapa, al final del periodo románico, la frontera se traslada
a Sierra Morena.
Este momento
es especialmente interesante pues en la actual Castilla La Mancha
se levantan diversos castillos por las órdenes militares como
el de Consuegra en Toledo (1183) y Calatrava la Nueva de Ciudad Real
(1218).
es
difícil precisar un modelo de "castillo románico"
pues la mayoría han sido muy transformados. Quizás el
más noble ejemplo es el de Loarre, aunque su construcción
obedece al menos a dos etapas bien distintas, una en la primera mitad
del siglo XI y otra a finales de ese siglo. También cabe señalar
el zaragozano castillo de Sádaba.
Los castillos
románicos en España debieron ser de planta rectangular
o ajustada a la topografía, con cubos cilíndricos en
sus esquinas y la torre principal de sección cuadrada.
Castillos
palaciegos góticos y mudéjares
Pertenecen
al siglo XIV y sobre todo al XV y comienzos del XVI. Son los mejor
conservados y más bellos pues suelen ser de nueva planta, con
gran simetría y gusto por lo estético. Suelen estar
en poblaciones o en laderas poco pronunciadas, tienen capilla y el
patio de armas se a convertido en patio señorial porticado.
A diferencia
de los castillos militares de épocas anteriores, presentan
múltiples ventanas y la decoración hace presencia en
diferentes lugares, por ejemplo, mediante escudos nobiliarios o mediante
diversos relieves en sus muros (Como el castillo de Manzanares de
Madrid. Ver foto inferior)
En Castilla
estos castillos suelen tener planta cuadrada o rectangular con cubos
en las esquinas y una gran torre del homenaje. También hay
matacanes sobre ménsulas. Se emplea la sillería en algunos
de estilo mudéjar, el ladrillo, como los castillos de Coca,
Medina del Campo, Arévalo etc.
Los castillos
gallegos de la época, los famoso pazos, apenas conservan estructura
militar siendo auténticas casas de recreo.
Los baluartes
del Renacimiento
Aunque las
armas de fuego se usaron en la península desde hacía
tiempo, es sobre todo a partir del siglo XVI cuando se generalizan
completamente y es entonces cuando el antiguo castillo de defensa
vertical ha de convertirse en fuerte abaluartado capaz de sobrevivir
a un ataque con artillería
en
estos baluartes, la altura de los muros y torres es menor. Éstas
son redondas para no ofrecer esquinas a los proyectiles. Las almenas
son de grandes merlones con huecos para los cañones. Las saeteras
verticales se convierten en troneras horizontales o de buzón
para albergar cañones. Otra característica es el empeño
de crear barreras anteriores al fuerte a base de anchos fosos, contrafoso,
fortificaciones externas para alejar al enemigo y que sus proyectiles
carezcan de peligro.
Algunos buenos
ejemplos de fuertes abaluartados son los castillos de Grajal de Campos
en León, Berlanga de Duero en Soria (Ver imagen superior),
Chinchón en Madrid, la Calahorra de Granada, etc.
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