Castillos
de La Rioja
La
Rioja es buena tierra de castillos. Tierra fronteriza primero entre
cristianos y los moros de Zaragoza se pobló de fortalezas árabes.
Tampoco los cristianos
se quedaron cortos y levantaron castillos a lo largo de los siglos
IX y X para defender las tierras de Castilla y Álava de las
aceifas musulmanas, como las sufridas en los años 934 y 953.
Más tarde,
la Rioja volvió a ser tierra fronteriza entre los Reinos de
Castilla, Navarra y Aragón lo que propició nuevas reconstrucciones
y edificaciones.
Tampoco faltaron
las construcciones palaciegas en la fase final de la Edad Media (siglo
XV) para los ricos y poderosos miembros de la nobleza.
De todos ellos
hemos elegido el castillo de Clavijo, por su bélica
leyenda el de Davalillo, espléndido castillo románico
y los de Leiva, Sajazarra y Cuzcurrita de Río
Tirón por su esplendorosa hermosura. También, nos
ocuparemos del fuerte y otrora inexpugnable castillo de San Vicente
de la Sonsierra.
No se deben pasar
de largo ciertos recintos amurallados, tan interesantes como el de
Santo Domingo de la Calzada (VER IMAGEN INFERIOR)
Castillo
de Clavijo
El
Castillo de Clavijo está ligado a la legendaria batalla de
Clavijo en el año 844 en que supuestamente Santiago aparece
en plena batalla entre moros y cristianos para decidir la contienda
en favor de los primeros. Eran tiempos de superioridad militar y económica
de los árabes de Córdoba y la figura de Santiago, recién
descubierta su tumba en Compostela, se convirtió en estandarte
y estímulo religioso y guerrero de los reinos del norte.
Lo
que sí se sabe históricamente es que fue uno de los
castillos árabes altomedievales erigidos en cadena para la
defensa del Valle del Ebro. Muchas de sus murallas son, sin embargo,
de los siglos XII y XIII, ya de época cristiana.
Subido
en un alto e inexpugnable cerro, su estructura se divide en dos partes.
Una
central con torre del homenaje de tres pisos, un patio de armas y
un pequeño habitáculo.
Por
fuera, las largas murallas rodean este núcleo mediante muros
salpicados de torres semicilíndricas.
La
severa y romántica estampa del castillo se acrecienta gracias
a su puerta de arco de herradura califal, fruto de una restauración
reciente.
Castillo
de Leiva
Leiva es una
población de La Rioja Alta muy próximo a la Bureba burgalesa.
Su castillo está
situado al sur de esta población. Parece obra gótica
del siglo XV y perteneció a la familia Leiva.
Es un noble edificio
de piedra sillería con planta casi rectangular con torres octogonales
en las esquinas menos la del homenaje que es decagonal y se sitúa
en el sureste.
Estas torres
son las que le dan personalidad al edificio al tener matacanes sobre
ménsulas trilobuladas.
En el siglo
XVIII ya amenazaba ruina y recibió una intensa restauración.
Hoy el aspecto
general del castillo de Leiva es algo destartalado y abandonado. Esperamos
que alguien se acuerde de él.
Castillo
de Sajazarra
Sajazarra es
una de las poblaciones más bellas de toda La Rioja. Da gusto
penetrar en sus calles de casonas pétreas bien cuidadas y repletas
de flores.
El castillo de
Sajazarra debió tener origen románico en el siglo XIII,
como una torre o castillo más de los que constituían
el sistema defensivo riojano, en este caso a medio camino entre Miranda
de Ebro y Haro, junto al río Ea. Su ampliación definitiva
data del siglo XV, cuando se convierte en castillo palacio de los
Velasco y formó parte de las disputas nobiliares con los Manrique.
En los siglos XVI y XVII se seguirían acometiendo obras de
ampliación y restauración.
Hoy es un precioso
edificio de sillería pétrea perfectamente restaurado
en los años 70 por su actual propietario.
Tiene plana cuadrada
con muros rematadas con torres cilíndricas en sus esquinas.
Sobre las murallas
emerge la gran torre de homenaje, de cuatro pisos superpuestos y flanqueada
por cuatro garitones octogonales en sus esquinas y todo rematado por
matacanes sobre ménsulas de rollos y coronamiento almenado.
Castillo
de Cuzcurrita de Río Tirón
El
castillo Cuzcurrita de Río Tirón es un impecable castillo
gótico de La Rioja Alta que se encuentra en medio de la población.
De propiedad privada y muy restaurado, su aspecto cuidadísimo
nos informa de sus uso palaciego como castillo señorial de
los Velasco en el siglo XV.
Se estructura
a como un muro cuadrado con torres triangulares en el centro de los
lienzos y cilíndricas en las esquinas.
La enorme torre
del homenaje apenas muestra vanos, pero sí un precioso remate
almenado y amatacanado sobre ménsulas trilobuladas y garitones
cilíndricos en las esquinas.
Otro elemento
que llama la atención del castillo de Cuzcurrita de Río
Tirón es su fábrica de excelente sillería isódoma.
Una vez en Cuzcurrita,
no podemos olvidarnos de visitar la ermita románica de Nuestra
Señora de Sorejana.
Castillo
de Davalillo
El importantísimo
castillo de Davalillo está construido sobre un cerro atalaya
que vigila las tierras de la Sonsierra y de La Rioja Alta.
Es más
que probable que fuese construido durante el reinado de Alfonso VIII,
a finales del siglo XII o comienzos del XIII para proteger La Rioja
de los ataques del Reino de Navarra que reclamaba la propiedad de
la Bureba, la Rioja y parte de de Soria anexionadas a Castilla por
este rey castellano.
Se trata, por
tanto, de uno de los escasos castillos románicos que se conservan
en pie en España. Su planta tiene siete lados irregulares y
orientación este-oeste. Los muros son de sillería, con
las almenas desaparecidas y cubos cilíndricos en esquinas y
centros de los muros.
La puerta de
ingreso principal se encuentra en la cortina meridional, protegida
por dos cubos y es de arco apuntado.
La Torre del Homenaje es
de planta cuadrada y tenía cuatro pisos, cubiertos con bóveda
de cañón apuntado. La planta baja es una iglesia románica
que servía de capilla, con nave, y cabecera de perfil semicircular
que al exterior forma el cubo mayor del castillo.
Esperamos que este interesantísimo
y espectacular castillo románico de Davalillo, encaramado a
un cerro que se divisa desde largas distancias, sea cuidado y mantenido
para que no tengamos que lamentarnos por su desaparición.
Castillo
de San Vicente de la Sonsierra
El castillo de
San Vicente de la Sonsierra se construyó a finales del siglo
XII por mandato del rey navarro Sancho el Sabio, sobre el alto cerro
a modo de espolón en que se asienta la localidad y frente a
los llanos de la Rioja Alta y el Río Ebro.
El lugar es de
gran altura en comparación con sus alrededores dada la verticalidad
del barranco que hay frente a él.
Esta
fortaleza se construyó como defensa navarra frente a la Castilla
medieval con la que se enfrentó en numerosas ocasiones por
motivos de frontera.
Más tarde,
en los siglos XIII y XIV se construyeron otros dos recintos más
que rodean el núcleo original que es el castillo propiamente
dicho del siglo XII.
Actualmente,
lo mejor conservado es la torre del homenaje y la torre del reloj,
antigua torre albarrana.