Todo ello
sin contar con las frecuentes representaciones de fiestas, juglares,
bailes, etc. En este sentido, no podemos dejar de citar la sensual
representación de la bailarina contorsionista junto al
músico que hallamos en las iglesias aragonesas del Maestro
de San Juan de la Peña.
Algo de lo
que queremos dejar constancia aquí es del hecho de que,
frecuentemente, estos canecillos y capiteles de contenido sexual
se hallan especialmente mutilados o erosionados.
Al deterioro
normal de tantos siglos de existencia, hay que añadir las
agresiones deliberadas de que fueron objeto en el pasado.
Interpretaciones del románico erótico
1.- Interpretación
tradicional: censura del pecado
La
interpretación más habitual es que esta iconografía
erótica se expuso en los templos como aviso contra los
pecados de la fornicación, adulterio, etc. y su correspondiente
castigo.
En algunos Juicios Finales de
grande portadas del románico y el gótico se representan
personajes lujuriosos atormentados en el infierno: mujeres siendo
mordidas en los pechos y sexo por serpientes y hombres castigados
también en sus testículos y pene.
Pero
esta escultura no es la que se conoce como románico erótico
pues su temátca y significado son concretos y conocidos.
No estamos refiriendo en este artículo al que se expone
en la mayoría de los templos rurales, incluso monásticos,
donde son escasos los temas de castigo, mientras que las escenas
sexuales se representan con la mayor normalidad.
2.- Sencillo reflejo de las costumbres
vitales
Podríamos decir que esta teoría
es opuesta a la anterior y es cada día más aceptada
por muchos autores y estudiosos. Quienes la apoyan, aseguran que
la sociedad del siglo XII tenía conceptos morales distintos
a los actuales y que la represión sexual era mucho menor,
especialmente en los ambientes rurales y populares
En
este contexto de desinhibición, el sexo sería algo
más cotidiano y menos ocultable que ahora, por lo que los
escultores románicos locales representarían escenas
eróticas como parte de las costumbres normales de la sociedad
en que vivían. De igual modo que esculpían fiestas,
labores agrícolas, cacerías, guerras y todo aquello
que formaba los acontecimientos cotidianos de la sociedad en que
vivían, también esculpían las relaciones
sexuales que al final conducían a la perpetuación
de la vida.
Para algunos autores, esta situación
comenzaría a declinar con el puritanismo calvinista del
siglo XVI que caló de forma directa o indirecta en toda
la sociedad occidental.
3.- Necesidad Reproductora
Para
otros autores, lo que aquí se manifiesta es la necesidad
de reproducción del ser humano.
Por ejemplo, según María
Paz Delgado, estas representaciones podían tener como fin
la estimulación de las relaciones sexuales y con ello incrementar
la concepción de un número mayor de hijos, en una
sociedad con elevada mortalidad infantil y con una esperanza de
vida bastante baja. La Europa medieval era víctima de frecuentes
guerras y mortandades y había que estimular el crecimiento
de la población.
4.- Poder geniásico del hombre
Para Jaime Cobreros, con la presencia
casi continua de temas reproductivos en la escultu-ra románica
se estaría aludiendo a la capacidad casi divina del hombre
de crear (o procrear), en este caso mediante el sexo. Dios hizo
al hombre a Su imagen y semejanza. A diferencia de los ángeles
-espíritus puros- el ser humano puede engendrar. Recordemos
que en el Dios Trino del Cristianismo el Padre no crea -sino que
engendra- al Hijo.
En efecto, hay numerosos casos de iglesias
en que junto a escenas eróticas (o más acertadamente
sexuales y reproductivas) aparecen mujeres embarazadas, partos
y las madres con sus hijos.
En la imagen inferior, mostramos dos
canecillos de la iglesia navarra de Larumbe. El primero muestra
a una mujer casada iniciando el coito acercándose los genitales
de su marido. A continuación, esa misma mujer aparece como
madre sosteniendo a su hijo.
5.- Reacción a la herejía
cátara
Durante cientos de años, el cristianismo
tuvo que luchar contra intromisiones de otras creencias de origen
oriental como el gnosticismo y el maniqueísmo. Ésta
última creencia establecía que todo lo material,
incluyendo el cuerpo humano, había sido creado por un dios
malo, mientras que el espíritu -lo único bueno-
fue obra de un dios bueno. Para los seguidores de estas creencias,
el hombre debía liberarse de todo lo corpóreo y
ascender en conocimientos esotéricos especiales para alcanzar
dicha iluminación.
Según han expuesto estudiosos
del fenómeno albigense (de fuerte contenido maniqueo),
la presencia de escultura románica erótica obedece
a una potenciación del sexo como reacción a este
movimiento herético de los siglos XII y XIII.
En efecto, los cátaros
tenían prohibido el matrimonio y la procreación
de hijos era lo peor considerado porque según sus creencias
suponía encerrar nuevos espíritus en la infernal
materialidad de la carne.
Sobre estas últimas cuatro
interpretaciones
Estas últimas cuatro interpretaciones
(puntos 2 al 5) llevarían estas esculturas a un plano positivo
y natural. Quizás por eso sea tan frecuente encontrar representaciones
de mujeres casadas embarzadas y en pleno parto o ya como madres
protegiendo a sus hijos procreados.
Resumen
Si
la escultura románica encierra en su iconografía
todo un mundo complejo de significados y simbolismos, se nos antoja
poco probable que obtengamos nunca una única y segura interpretación
del arte erótico románico (quizás debamos
empezar a emplear el término "reproductivo").
Quizás todas estas interpretaciones
tengan algo de verdad o quizás el románico erótico
obedezca a razones todavía insospechadas.
También puede ser que estas esculturas
estén colocadas allí para que cada uno saque sus
propias conclusiones en función de sus necesidades e inquietudes
espirituales. De hecho el símbolo románico habla
al corazón de cada ser humano.