Pinturas
murales del Románico de Toledo
Integración
del románico con el mudéjar en la arquitectura de
Toledo
Ni Toledo
capital, ni la provincia de Toledo conservan edificios o restos
del románico puro.

La añorada
capital del reino hispanovisigodo y posterior taifa musulmana fue
reconquistada en el año 1085 por el ejército castellanoleonés
de Alfonso VI.
Teóricamente,
esta fecha hubiera permitido,
durante el siglo XII y las primeras décadas del siglo XIII,
la erección de templos de estilo románico puro.
Sin embargo
tal cosa no sucedió. Primero se prefirió reconvertir
y consagrar mezquitas musulmanas para culto cristiano.
Décadas
después, cuando se saborea una mayor estabilidad política
y militar en esta ciudad adelantada de la Castilla meridional, nace
un arte mestizo, mitad cristiano y mitad musulmán que es
el mudéjar.
Para justificar
la renuncia al románico puro, no es difícil imaginarse
el influjo que debieron ejercer la riqueza y suntuosidad de los
edificios del Toledo islámico y la pericia de sus alarifes
con el ladrillo sobre los rudos conquistadores cristianos.
Mucho
se ha hablado del mudéjar: de su valor artístico,
de su identidad como estilo propio o como mera "mezcla híbrida"
de artes cristianos y musulmanes. También se ha escrito con
acierto sobre la pérdida del carácter trascendente
que el románico ofrecía, al no tener escultura monumental,
etc.
Nosotros
no entramos en ese dabate. Sólo citamos aquí el hecho
constatable de que el edificio del "primer mudéjar"
(aquél que se levanta en el siglo XII y primera mitad del
XIII) guarda otras relaciones ineludibles con el románico,
más allá de las obviamente arquitectónicas.
Aun perdiendo
la escultura monumental del románico puro y alterar ciertos
rasgos decorativos del gran arte europeo internacional, comparte,
como mínimo, con éste, el valor artístico y
simbólico que ofrece la pintura mural.

En efecto,
a medida que han ido levantándose enfoscados y retirado retablos
de templos mudéjares, se ha comprobado la existencia del
mismo tipo de pintura mural tardorrománica que en otros edificios
considerados románicos puros.
Mencionamos
aquí las pinturas murales tardorrománicas de Valdilecha,
Camarma de Esteruelas y Torremocha, en el vecino y semejante mudéjar
madrileño y
seguirán apareciendo más ejemplos en mejor o peor
estado.
Si somos
rigurosos, no podemos considerar este hecho como irrelevante. Para
ello hay que recordar aquí, aunque nos cueste reconocerlo,
que el edificio que admiramos como románico presentaba en
su origen un aspecto radicalmente distinto al actual. Exteriormente
estaba enlucido y presentaba colores blancos o grises. En el interior,
la pintura mural historiada cubría, como mínimo, las
paredes de toda la cabecera.

Como
hemos dicho ya, los edificios del primer mudéjar se cubrían
con idénticos temas iconográficos ejecutados con el
mismo estilo pictórico.

Esto nos
lleva a la conclusión de que el aspecto visual estético
y la capacidad para comunicar mensajes catequéticos o simbólicos
del interior de una iglesia románica o mudéjar no
eran tan irreconciliablemente diferentes.

Desde cabeceras
románicas y mudéjares, el mismo solemne y paternal
"Cristo en Majestad" descendía bendiciendo del
Cielo rodeados de los mismos "Cuatro Vivientes" y de la
misma Corte Celestial.
Pinturas
murales románicas en iglesias mudéjares de Toledo

De las pinturas murales
románicas que, con seguridad, cubrirían la numerosas
iglesias del primer mudéjar de Toledo, sólo se conservan
testigos en dos de ellas.
Nos referimos a las iglesias
de San Román (actualmente empleada como Museo de los Concilios
de Toledo o de la Cultura Visigoda) y la cabecera de la iglesia
del Cristo de la Luz.
Cristo
de la Luz
La famosa iglesia del Cristo
de la Luz de Toledo es el resultado de la adición, en
las primeras décadas del siglo XIII, de una cabecera del
primer mudéjar toledano añadida a la mezquita de Bib-al-Mardum
(siglo X) para convertirla en templo cristiano.
En el interior del ábside,
muy deterioradas se encuentran frescos románicos que representan
al habitual "Maiestas Domini" rodeado del Tetramorfos.
Lo mejor conservado es la propia imagen de Cristo en la mandorla
y la figura de San Juan. A pesar del deterioro, se vislumbra un
pintor que sigue las pautas del hieratismo románico con gran
elegancia.

También hay restos
de pinturas bajo las arquerías ciegas de los muros presbiteriales.
Estas pinturas están
datadas en el primer cuarto del siglo XIII.

San
Román
La iglesia de San Román
fue un templo mudéjar consagrado en el año 1221.
Originalmente, esta importante
iglesia de Toledo tenía tres naves separadas por tres pares
de arcos de herradura, unidas a una cabecera tripartita, siendo
la central poligonal y las laterales cuadradas. La cabecera casi
desapareció completamente en las reformas del siglo XVI.

Se han conservado aceptablemente
bien grandes superficies de frescos románicos en los intradós
y enjutas de los arcos, así como del muro de la nave de la
epístola, crucero y pies de la iglesia. Incluso hay representados
ángeles en las bocinas de los ventanales mudéjares
de la cabecera.

El estilo, según
Sureda, hay que relacionarlo con la miniatura de códices
de la época y del mundo bizantino que entra en España
con fuerza a partir del año 1200.

Joan Sureda reclama el papel
de estos frescos en las iglesias mudájer deToledo como las
pintura románicas má meridionales conservadas en España
y les atribuye una calidad y valor que anteriores autores les han
negado.

Más
información de la Iglesia
de San Román, Toledo 