Miniatura
Gótica
La
miniatura gótica es una de las grandes aportaciones góticas
y no muy conocida a la pintura.
La
miniatura ha sido siempre poco accesible, al ser una obra ligada
a una clientela selecta que la encargada, como era el alto clero
y la corte.
Sin
embargo, después las piezas se intercambian, se venden
y se desplazan al igual que el otras manifestaciones de arte mueble.
Por ello, su estética, formas, iconografía y estilo
sirven de inspiración para otros miniaturistas, arquitectos
o escultores.
La
Miniatura Gótica en España y Francia
Algunas
de la obras más importantes son:
Salterio
de la reina Ingeburge
El
Salterio de la reina Ingeburge, esposa del rey Felipe Augusto,
es un códice realizado a finales del siglo XII, con un
conjunto de miniaturas que se incluyen en el "estilo 1200"
de influencia bizantina.
Las
escenas representadas se colocan sobre un fondo plano con ausencia
de perspectiva espacial. En ellas, se manifiesta una gran riqueza
de expresividad, gestos e indumentaria de los personajes.
La
influencia bizantina, la dependencia inglesa, muy activa la miniatura,
y una relación con Francia consiguen una confluencia de
estilos, que se unen con la tradición.
Salterio
de Blanca de Castilla
EL
Salterio de Blanca de Castilla es también una obra de los
alrededores del año 1200.
A
veces las escenas se incluyen en unas estructuras geométricas
convencionales, como cuadrilobulos y círculos.
Biblia
de San Luis
Es
un regalo del rey de Francia, San Luis en la segunda mitad del
siglo XIII al rey castellano Alfonso X el Sabio y que se conserva
en Toledo, aunque el códice debió ser realizado
por un conjunto de artistas en la segunda o tercera década
del siglo XIII.
En ella, aparecen escenas ricas en iconografía dentro de
unos medallones, que coinciden con la organización típica
de las vidrieras de una catedral.
Todas
las ilustraciones son magníficas pero probablemente la
más expresiva es aquélla en que aparece Cristo como
arquitecto del mundo con unos caracteres amables y suaves. Todo
ello se expresa con una gran riqueza cromática.
·
Cantigas
de Santa María
En
la segunda mitad del siglo XIII, hubo grandes scriptoria en las
ciudades de Sevilla y Murcia, que fue donde se desarrolló
la actividad de Alfonso X el Sabio, con quien se desplazaban los
talleres de miniatura. Cuando muere rey, este equipo de miniaturistas
se deshace al no haber una continuidad.
De
esta época data este importante conjunto de miniaturas
(en torno al 1270 o 1280), época del desarrollo del gótico
lineal.
Un
libro se conserva en Florencia y El Escorial. Se narra en seis
composiciones, enmarcadas con riqueza, milagros protagonizados
por la Virgen muy ingenuamente.
En
el estilo de la miniatura de las Cantigas existe una cierta influencia
foránea (de Francia) y otra local y castiza, concretamente
musulmana de origen oriental debido a la tradición de Toledo.
Es
una obra pionera en muchos sentidos, ya que tiene una decoración
arquitectónica de tradición local. Los fondos son
neutros y claros, sobre los que se coloca una arquitectura ligera
que no entorpece las escenas. Una de las grandes aportaciones
de las Cantigas es la riqueza iconográfica que ha servido
para profundizar en el conocimiento de muchas de las costumbres,
vestimenta, instrumentos musicales, ajuares, etc. de la España
de la segunda mitad del siglo XIII.
La
Miniatura Gótica en Inglaterra
En
Inglaterra la miniatura fue importantísima y tuvo grandes
conexiones con Francia (influencias mutuas) y con el sur de Italia,
que poseía grandes influencias bizantinas. El mundo inglés
fue transmisor de las influencias bizantinas al norte de Europa.
Los
scriptoria se encontraban en monasterios, la corte y las universidades
como Oxford o Cambridge, por lo que había una gran diversidad
de posibilidades.