Orfebrería
Prerrománica Asturiana
Del
arte prerrománico asturiano queda por citar las hemosas obras
suntuarias de orfebrería que nos han llegado de los siglos
IX y X, en concreto la Cruz de los Ángeles, la Cruz de la
Victoria, la caja de las ágatas y la arqueta relicario de
Astorga.
Cruz
de los Ángeles
Una de las obras maestras
de la orfebrería asturiana áulica es la Cruz de los
Ángeles, donada por Alfonso II el Casto a la catedral de
Oviedo y realizada -según su inscripción, en el año
808, probablemente para su uso como relicario. Hoy se encuentra
en la Cámara Santa de la citada catedral y es el símbolo
de la ciudad.
La tradición legendaria
habla de que unos peregrinos, que resultaron ser ángeles,
crearon esta obra. Desde luego así debió parecer en
su época ya que esta obra "divina" no tiene comparación
con cualquier obra de orfebrería realizada en España
hasta la fecha.
Se trata de una cruz griega
patada de madera de cerezo unidas por un medallón central,
recubierta de láminas de oro fijadas mediante clavos también
de oro. Su hermosa decoración es a base filigrana áurea
y piedras preciosas y semipreciosas pulidas y engastadas (cabujones)
en concreto zafiros, amatistas, rubíes, ágatas, ópalos,
etc. además de perlas y piezas de origen romano.
En el anverso destaca la
labor de filigrana, que ocupa densamente toda la superficie, creando
figuras rombiformes, el medallón central y el arranque de
dos de los brazos con entalles romanos.
En el reverso lo más
reseñable es la inscripción conmemorativa y el medallón
con un camafeo romano rodeado por dos filas de perlas. El citado
camafeo representa a una joven campesina tallada en ágata.
Cruz
de la Victoria
Otra de las obras cumbre
de la orfebrería prerrománica asturiana es la Cruz
de la Victoria, realizada en el año 908 y donada por Alfonso
III el Magno y su esposa Gimena a la catedral de San Salvador. Se
encuentra en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo.
Es el símbolo de
Asturias, hecho que no sirvió para que un ladronzuelo la
robase fácilmente (junto a otras obras) en 1977 quedando
parcialmente deteriorada, aunque restaurada posteriormente.
Es una cruz procesional
latina de madera de roble -tradicionalmente la que Pelayo enarboló
en la Batalla de Covadonga- con medallón central y brazos
que se ensanchan ligeramente hacia sus extremos y remate trilobulado.
Está forrada por
láminas de oro y presenta gran colección de gemas
pulidas (cabujones) y los primeros esmaltes tabicados presentes
en España que representan temas florales y cuadrúpedos.
Caja
de las Ágatas y Arqueta relicario de San Genadio
Para completar el panorama
del arte prerrománico asturiano en su vertiente suntuaria,
añadiremos las arquetas de San Genadio y de las Ágatas.
La Arqueta de San Genadio
es una caja forrada con chapa de plata dorada. Fue donada por Alfonso
III el Magno a la catedral de Astorga a comienzos del siglo X. Están
tallados los símbolos de los evangelistas y el Cordero de
Dios.
Las plantas y los ángeles
repujados no tienen desperdicio por su ingenuidad y expresividad.
Los arcos que los cobijan son de medio punto.
La arqueta o caja de las
ágatas de la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo
tiene evidente relación con la anterior. Tiene similar estructura
con arcos muy irregulares que dejan ver piezas de ónice.
La solera es espectacular
al haberse repujado una cruz rodeada por los bustos del Tetramorfos
que emergen de sendos discos o ruedas helicoidales de posible simbolismo
asociado a la actividad eterna.