Arte Románico
en el Pallars Sobirà
Introducción
Al
norte de la provincia de Lleida, lindante con el Valle de Arán
y muy cerca de la frontera francesa, el antiguo condado de Pallars
se extendía, rodeado de elevadísimas cumbres pirenaicas,
a lo largo del curso alto del río Noguera Pallaresa y de sus
valles tributarios.
Escindido del
Jussá a principios del siglo X, el Pallars Sobirá
gozaría de relativa independencia política, desarrollándose
en sus pequeñas poblaciones un estilo románico muy personal,
de marcado influjo lombardo y en cuyos templos, gracias a la actividad
de distintos maestros activos en el territorio entre finales del siglo
XI y durante el siglo XII, fueron representados completísimos
ciclos de pinturas murales al fresco que, en buena medida gracias
a su secular aislamiento, han logrado sobrevivir al paso de los siglos,
conservándose la mayoría de ellos a día de hoy
en diferentes museos catalanes.
Gerri
de la Sal
Originario del
año 807 según su conservada carta fundacional, el primitivo
monasterio visigodo vio como, a mediados del siglo XII, fue reedificado
gracias al impulso de los Condes de Pallars, convirtiéndose
en el principal centro religioso de la comarca.
Su iglesia, único vestigio conservado del conjunto monacal,
presenta una planta de tres naves separadas por arcos de medio punto
que apean sobre pilares de sección cuadrada, a cuyos frentes,
adosan las columnas sobre las que descansan los fajones que dividen
en tramos de la nave central. Las naves laterales rematan con cuartos
de cañón, mientras que en la cabecera, los tres ábsides
quedan resueltos con bóvedas de horno, destacando el central,
de mayor relieve y articulado al interior mediante esbeltos arquillos
de medio punto.
En el muro de
los pies, bajo una estilizada espadaña de tres cuerpos, abre
la portada principal, de tres arquivoltas y cobijada por un amplio
pórtico tripartito dividido espacialmente mediante arcos doblados
sobre pilares.
Surp
La iglesia de
Sant Iscle i Santa Victoria de Surp es una modesta construcción
rural de nave única cubierta de madera y rematada en un ábside
semicircular, el cual, dispone al exterior la prototípica articulación
a base de arquillos y lesenas de inspiración lombarda. Su torre,
adosada al costado noroccidental de la fábrica, eleva en dos
cuerpos de campanas coronados cada uno de ellos por una cornisa de
arquillos ciegos.
Los restos de
su decoración mural interior, relacionados con el entorno del
Maestro del Juicio Final de Santa María de Tahull, se encuentran
a día de hoy diseminados entre el M.N.A.C. de Barcelona, el
Museu Diocesá d'Urgell, y el Toledo Museum of Art de Ohio.
Baiasca
Erigida entre
finales del siglo XI y principios del XII, la iglesia de Sant Serní
de Baiasca conserva, de su primitiva fábrica, el ábside
semicircular en el que desembocaría su única nave, muy
probablemente, cubierta en origen mediante un armazón de madera.
Dicho ábside queda animado al exterior a base de arcos ciegos
y lesenas en dos registros que, al interior, corresponden con el presbiterio
y con un pequeño espacio inferior a modo de cripta.
Adornando
las paredes absidales y ocultas en la actualidad por un retablo barroco,
sobreviven en relativo buen estado sus pinturas murales originales,
atribuibles a un maestro del Círculo de Pedret. Preside la
composición un Cristo en Majestad enmarcado en una mandorla
y flanqueado por el Tetramorfos y los coros angélicos; disponiéndose,
en el cuerpo inferior entre ventanas, varios apóstoles, algunos
de los cuales, son identificables gracias a cartelas.
Estaón
De la hoy arruinada
iglesia prerrománica de Santa Eulalia de Estaón, fueron
afortunadamente rescatados los restos pictóricos que adornaban
sus muros interiores.
Al hastial septentrional
pertenecían los hoy depositados en el Museu d'Urgell, dedicados
al Ciclo de la Pasión de Cristo; mientras que, de mucho mayor
interés, son los extraídos de las paredes absidales
hoy conservados en el M.N.A.C. de Barcelona, coronados por la Maiestas
Domini según la visión profética rodeada del
Tetramorfos, y en cuyo registro intermedio fue representada la escena
del Bautismo de Cristo flanqueada por la Virgen María, Santa
Eulalia y otras dos santas, tradicionalmente identificadas como Santa
Lucía y Santa Agnes.
Sant
Pere de Burgal
Las ruinas consolidadas
del Monasterio de Sant Pere de Burgal, citado por primera vez en el
año 859, permiten adivinar su primitiva planta basilical de
tres naves separadas por arcos sobre pilares cuadrangulares que, a
la cabecera, desembocarían en sus correspondientes ábsides
semicirculares, mayor el central y recorridos al exterior por arquillos
lombardos.
La principal particularidad
del conjunto monástico de Burgal es, sin duda, el ábside
también semicircular adosado al muro de los pies, elemento
único en el románico catalán y de probable influencia
carolingia. Consta de dos pisos, de los cuales, el inferior albergaría
un altar, mientras que el superior, a modo de tribuna palatina, cumpliría
las funciones de coro alto.
Los frescos originales
que ornaban su ábside central, hoy trasladados al M.N.A.C.
de Barcelona, quedan presididos en el cascaron por el Pantocrátor
flanqueado por los arcángeles San Gabriel y San Miguel; disponiéndose,
en el cuerpo intermedio de ventanas, el colegio apostólico
junto a la Virgen María.
Sin embargo, el
interés del conjunto pictórico de Burgal se ha venido
centrado en una misteriosa figura femenina representada en el registro
bajo, la cual, tradicionalmente ha sido identificada como Llucía
de Pallars, posible donante de la obra y que, de ser así, constituiría
una de las escasísimas manifestaciones artísticas románicas
en la que el comitente se ordena retratar junto a la obra por él
patrocinada.
Ribera
de Cardós
La iglesia de
Santa María de Ribera de Cardós mantiene, de su reformada
fábrica primitiva, el cilindro absidal y la portada occidental,
de tres arquivoltas bajo una banda de arquillos ciegos y coronada
por un rosetón.
Junto a la cabecera, adosado al muro norte, se eleva un espectacular
campanario fortificado de cuatro cuerpos abovedados que, al exterior,
quedan marcados mediante arquillos lombardos y bandas horizontales
a base de sillares en esquinilla.
Esterri
de Cardós
La iglesia de
Sant Pere i Sant Pau de Esterri de Cardós, documentada ya en
1146 aunque datable a finales del siglo XI, alberga en el interior
del muro absidal una reproducción de su magnífico ciclo
de pintura mural, hoy custodiado y expuesto en el M.N.A.C. de Barcelona.
Atribuible al
círculo de Pedret e íntimamente relacionado con los
frescos de Estaón, domina la composición un Cristo en
Majestad flanqueado por el tetramorfos, un serafín y un querubín;
disponiéndose, en un segundo nivel, varios apóstoles
que acompañarían a una representación de la Virgen
María hoy perdida.
En el mismo museo
barcelonés se custodia un soberbio frontal de altar en el que
aparecen, individualizados bajo una doble arquería estucada,
los apóstoles en torno a una almendra central presidida por
la Maiestas Domini.
Santa
María d'Aneu
Del antiguo monasterio
de Santa María d'Aneu, cuyos orígenes se remontarían
al siglo IX, fueron rescatadas y trasladadas al M.N.A.C. las pinturas
de su ábside central, único conservado de los tres con
que contaría en origen.
También
adscribibles al círculo de Pedret; pese al deterioro de su
registro superior es aún reconocible la figura de María
en Majestad junto al Niño, siendo adorado por los Magos y por
varios serafines cuyas alas desplegadas, se adaptan a los espacios
entre ventanas del cuerpo inmediatamente inferior. Dichos serafines
portan unas tenazas con las que introducen la brasa apocalíptica
purificadora en la boca de dos profetas. Completan la composición
dos figuras con atuendos religiosos que, al igual que en Burgal, han
sido tradicionalmente identificados como los posibles donantes de
la obra.
Son
del Pi
La iglesia de
los Santos Just i Pastor de Son formaría parte de un conjunto
fortificado del que aún se conserva una torre, la cual, queda
irremediablemente empequeñecida por el enorme porte del campanario
parroquial que, en la misma línea de los cercanos templos del
Valle de Boí, se eleva en cuatro esbeltos cuerpos separados
por arquillos ciegos y bandas en esquinilla, abriéndose, en
cada uno de ellos, vanos de medio punto dovelados.
Sant
Joan d'Isil
El antiguo monasterio
de Sant Joan d'Isil, levantado sobre la misma ribera de un aún
joven Noguera Pallaresa, cumple en la actualidad funciones de capilla
cementerial.
Se trata de un
edificio de tres naves cubiertas de madera y separadas por arcos de
medio punto sobre pilares de sección cuadrada, a cuyos frentes,
adosan las semicolumnas de las que parten los arcos formeros. Las
tres naves, mayor la central, abren a una cabecera triabsidal vertiginosamente
cimentada sobre un espolón rocoso en el mismo cauce fluvial,
que, al exterior, queda articulada mediante el reiterado programa
lombardo a base de arquillos ciegos y lesenas.
En la fachada
sur, recorrida por una cornisa de arquillos asentados sobre mascarones
a modo de canecillos, abre su portada principal, de tres arquivoltas
ornadas con rosetas y boceles trasdosadas por un guardapolvo billeteado.
Llaman la atención
en la parte alta del muro dos piezas, posiblemente recolocadas, en
las que, de manera muy esquemática, aparecen labradas dos figuras
que han sido tradicionalmente identificadas como Adán y Eva;
una interpretación cuanto menos dudosa ya que, flanqueando
la portada de la vecina iglesia de Sant Lliser de Alòs d'Isil,
de idéntica factura, aparecen dos composiciones semejantes
junto a imprecisas inscripciones en las que puede leerse "Arnal
y Piker", por lo que podría tratarse también de
la representación de los donantes del templo.
Otros
vestigios
Además
de los reseñados, son numerosos los templos a lo largo del
Pallars Sobirá en los que, a través de distintos restos
fragmentados, puede atestiguarse un primitivo origen románico.
Así, de la iglesia de San Pere de Sorpe, muy modificada en
época barroca, fueron rescatadas y trasladadas a Barcelona
las completísimas composiciones pictóricas narrativas
que adornaban sus muros laterales y arcos formeros.
En Ginestarre,
la iglesia de Santa María conserva un ábside semicircular
animado con la prototípica decoración lombarda cuyos
frescos interiores, fueron también trasladados al M.N.A.C.
Del mismo edificio proceden una talla de la Virgen con el Niño
custodiada en el Museu d'Urgell, y un frontal de altar expuesto hoy
en el Museo Metropolitano de Nueva York.
La iglesia de
Sant Andreu de Valencia d'Aneu, junto al solar en el que probablemente
se levantaría el palacio de los Condes de Pallars, permite
adivinar, gracias a su ábside y a los canecillos historiados,
su antigua estructura románica; lo mismo que la parroquia de
Sant Martí d'Escalarre, de dos naves rematadas en sendos ábsides
semicirculares.
En Isavarre, la
reformada iglesia de Sant Llorenc alberga una portada prácticamente
idéntica a las ya referidas de Isil y Alós d'Isil; mientras
que templos como Sant Sebastiá d'Estarón, Sant Pere
d'Aurós o la Mare de Deu d'Arboló, conservan en sus
respectivos ábsides restos de su articulación lombarda
a base de arquillos ciegos.
Por último,
pese a su sencillez, merecen ser citados otros edificios altomedievales
pallareses como Santa Eulalia d'Alendo, Sant Sernín de Norís,
Santa María de la Serra, San Pere de Tor, Sant Romá
d'Aineto, Santa María de Besán o San Quirc d'Alins de
Vallferrera.
(Autor
del texto del artículo/colaborador de ARTEGUIAS:
José Manuel Tomé)