Guía
del Románico en la Ribera del Duero de Valladolid
La
comarca de la Ribera del Duero oriental de Valladolid, es decir,
las vegas que rodean el río Duero desde Tudela hasta Peñafiel
y el límite provincial con Burgos, es especialmente conocida
por sus vinos.
Esta tradición
vinícola fue introducida en estas tierras precisamente por
monjes franceses en la Edad Media. Monjes que habitaron en algunos
de los monasterios que todavía se conservan.
Por eso, además
del vino, La Ribera del Duero oriental de Valladolid tiene un gran
aliciente en su arte románico monacal y también el que
se construyó más humildemente en las iglesias parroquiales
de las aldeas.
Monasterio
de Santa María de Valbuena
El 15 de febrero
de 1143, Dª Estefanía de Armengol, nieta del Conde Ansúrez,
hija de Armengol V de Urgel y de María Ansúrez, funda
el monasterio con la Regla de San Benito, en honor de Dios Padre y
de la Virgen María. Este monasterio de Santa María de
Valbuena es Casa del Císter repoblada en 1151 por monjes de
la abadía francesa de Berdona.
La iglesia
es un gran templo de tres naves construidas en el siglo XIII separadas
por arquerías apuntadas que apoyan sobre columnas dobles al
estilo hispano-languedociano.
El
crucero y la cabecera triabsidal son las partes más primitivas,
del siglo XII. Los ábsides escalonados son de planta semicircular
y por tanto de sabor indudablemente románico.
La austeridad
cisterciense se aprecia en el uso exclusivo de contrafuertes y vanos
rasgados.
La fachada
occidental es hermoso con su puerta de arquivoltas apuntadas sobre
jambas y el gran óculo de iluminación.
El claustro
es de estilo románico de transición, con arquerías
de medio punto sobre columnas de capiteles vegetales.
Más
información del Monasterio
de Valbuena de Duero
Monasterio
de Santa María de Retuerta
El
Monasterio de Retuerta se encuentra en plena comarca de la Ribera
del Duero a no mucha distancia del ya citado monasterio de Valbuena
de Duero.
La construcción
se inició en 1153 para albergar una comunidad de monjes premostratenses.
La iglesia
está construida con perfecta sillería y consta de cabecera
triabsidal y tramos presbiteriales rectos, crucero y tres naves de
un solo tramo.
La
cabecera sorprende porque, a diferencia de lo que es habitual, los
tres ábsides tienen la misma altura, aunque es más profundo
el central. La capilla principal es sobria, con dos contrafuertes
escalonados que lo dividen en tres paños. En cada uno se abre
un amplio vano rodeado por una arquivolta plana sobre esbeltas columnillas.
Los ábsides
laterales llevan también un semejante contrafuerte y pequeñas
ventanas en la mitad inferior.
Alrededor
del año 1200 se levantaría el crucero y las naves.
También se edificó el claustro, rehecho en el siglo
XVI y la sala capitular que era rectangular, compartimentada en en
nueve tramos mediante cuatro columnas con bóvedas de ojivas.
La sacristía se abría al crucero. El refectorio se dispone
a lo largo de la panda.
Actualmente
es propiedad privada, perteneciente a la empresa Bodegas Abadía
Retuerta S.A.
Más
información del Monasterio
de Retuerta
Santibañez
de Valcorba
Este pequeño
y modesto templo mudéjar, situado a muy poca distancia de los
grandes monasterios cistercienses y premostratenses del Duero, muestra
cómo la influencia arquitectónica de éstos no
siempre fue fecunda y que las maneras de trabajo baratas se impusieron
en muchas aldeas.
La cabecera
es lo más importante. Su fábrica es de mampostería
con algunas hiladas de ladrillo a modo puramente decorativo.
Quedan también
restos de una portada de ladrillo casi hundida en el suelo en el muro
septentrional.