Arquitectura
Visigoda o Visigótica en España
El
arte visigodo o hispanovisigodo es un arte cristiano de carácter
religioso que se desarrolló principalmente en el siglo VII,
ya que no se puede considerar perteneciente a la arquitectura y
arte visigodo las manifestaciones anteriores (siglo VI) por ser
de clara tradición tardorromana paleocristiana.
Los principales
centros de desarrollo de la arquitectura visigoda fueron Toledo,
Tarragona, Córdoba y Mérida, ya que documentalmente
sabemos de muchos edificios construidos en estas ciudades aunque
muy poco nos ha llegado de ellos, salvo elementos aislados como
columnas, pilastras y canceles.
Las construcciones
supervivientes se localizan en la mitad superior de la península
y en zonas rurales -algunas con paisajes idílicos- alejados
de las grandes urbes donde la presencia musulmana fue menor. En
la mayoría son edificios de segunda fila, por lo que sacar
conclusiones definitivas sobre la arquitectura visigoda es difícil.
Para la
mayoría de los investigadores el arte visigodo es producto
de la rica tradición romana y paleocristiana precedente junto
con influencias bizantinas.
Las características
generales de la arquitectura visigoda son:
-
Los
edificios se construyen mediante perfecta sillería, con
aparejo de soga y tizón. Los sillares son grandes bloques
perfectamente cortados y escuadrados y colocados sin unión
por argamasa (a hueso). Las hiladas son irregulares. En ocasiones
se usa el ladrillo. Ambos elementos son herederos de la arquitectura
romana.
- La anchura
de los muros y la escasez de vanos se justifica por la predilección
de la arquitectura visigoda por el empleo de la bóveda de
medio cañón.
-
Se
emplea el arco de herradura con doble dovela como clave (la denominada
"ausencia de clave") y con el trasdós que cae
recto a partir de la circunferencia. El soporte usado es la columna
y el pilar. Los capiteles pueden ser de orden corintio muy esquemático
o el de tronco de pirámide invertido. El empleo del arco
de herradura también es una herencia de la arquitectura
hispanorromana anterior.
-
Una
de las características más peculiares de la arquitectura
de estilo visigodo es que el espacio de los templos es muy compartimentado
y se emplea gran variedad de plantas, algunas de tipo basilical
otras de cruz griega o combinación de ambas. Las cabeceras
son planas. Los abovedamientos suelen ser de medio cañón,
arista o cúpulas en los cruceros.
- La cabecera siempre aparece
abovedada y termina en testero recto y es frecuente que encima de
esa bóveda de cañón surjan unas pequeñas
camarillas a las que hay que acceder por escalera de mano cuya finalidad
es dudosa. Generalmente también a ambos lados de la cabecera
aparecían dos sacristías que a veces comunicaban con
el ábside por entradas muy pequeñas. Esto hace pensar
que cuando la abertura al ábside es la de un vano de dimensiones
normales pudiera ser una sacristía, pero cuando es excesivamente
reducida puede tratarse de celdas monásticas en donde los
monjes realizaban penitencia. La luz del templo visigodo es muy
escasa. Existen pequeños vanos en las naves y algo mayor
en el ábside, siempre orientado al este y normalmente con
una sola ventana.
-
La
decoración de los muros es rica en frisos a base de elementos
geométricos o florales repetitivos, tallos ondulantes de
vid y estrellas o figuras de animales.
- Según los textos
de San Isidoro la belleza del edificio radica no tanto en la buena
estructura o en su distribución como en su adornos y decoración.
Para ello se emplearían artesonados de madera dorados, mármoles
en los canceles, en las placas, en los muros, en las iconostasis
y, por supuesto, en las columnas que separan las naves. Esto hizo
que los visigodos se aprovecharan con mucha frecuencia de los materiales
de mármol de antiguos edificios romanos. Parece también
que las lámparas votivas, los velos, los objetos sagrados,
etc., contribuían a esa belleza que era prioritaria en la
descripción de los templos del mundo visigótico según
San Isidoro.
El arte
del periodo visigodo o visigótico en España (siglos
VI y VII) ha dejado sorprendentemente escasas muestras. Una posible
razón es la belicosa historia de conquistas y reconquistas
que sufrió la Península desde la invasión musulmana.
Establecer
rutas para acercarnos al arte visigodo es difícil ya que
los restos arquitectónicos se encuentran muy dispersos por
toda España. Para visitar estos monumentos es preferible
aprovechar otras rutas y acercarse a ellos cuando se tercie. A continuación
describimos los templos de San Pedro de la Nave,
San Juan de Baños de Cerrato, Santa María
de Melque, Santa Comba de Bande
y Quintanilla de las Viñas, así como
la Cripta de San Antolín.
San
Juan de Baños de Cerrato (Palencia)
La iglesia
de San Juan de Baños de Cerrato está localizada a
muy pocos kilómetros de la ciudad de Palencia.
Es un
soberbio templo de estilo visigótico que, como en casi todos
los casos, ha sufrido reformas, en este caso en época gótica.
Lo más
sobresaliente de este templo es el equilibrado ordenamiento del
cuerpo de la iglesia, que está dividido en tres naves mediante
arcos de herradura que voltean sobre grandes columnas de capiteles
que imitan lo corintio.
El arco
triunfal, también de herradura, deja paso a una cabecera
de testero plano.
Otros elementos
en que hay que fijarse en el exterior son los vanos con arco de
herradura con decoración vegetal y geométrica muy
propia del mundo visigodo.
Más
información de la Iglesia
de San Juan de Baños
Quintanilla
de las Viñas (Burgos)
La
ermita de Santa María de Quintanilla de las Viñas
es una de las grandes joyas de la arquitectura visigoda.
Se encuentra
en medio de un bello paraje aislado de cualquier otro edificio,
en una de las comarcas de mayor sabor histórico de España,
Tierra de Lara, muy cerca de lugares tan emblemáticos como
los monasterios de Santo Domingo de Silos, San Pedro de Arlanza
y la ciudad medieval de Covarrubias.
Aunque tradicionalmente
ha suscitado cierta controversia en relación a su datación
(para algunos no sería del periodo visigodo, sino posterior,
es decir de repoblación o mozárabe) parece que se
asienta la idea de haber sido levantada a finales del siglo VII
o comienzos del VIII. Por tanto, estamos ante un templo construido
muy poco antes del derrumbamiento de Reino Visigodo.
Originalmente,
este templo debió pertenecer a un monasterio, lo que explicaría
sus grandes dimensiones con tres naves (a tenor de las huellas de
los pilares del suelo y la cimentación), transepto y cabecera
de un ábside rectangular.
El interior
del templo, debió estar muy compartimentado, como suele suceder
en los templos prerrománicos españoles y que tiene
que ver con la complejo rito hispánico de celebración
de la misa.
Desgraciadamente,
las naves debieron desplomarse en el siglo XIV y actualmente se
conserva sólo la cabecera de planta rectangular y el transepto.
La construcción
se llevó a cabo mediante grandísimos sillares de caliza
y arenisca colocados a hueso (sin ningún tipo de argamasa,
al modo visigodo)
Esta iglesia
se caracteriza por la riqueza escultórica repartida en las
dovelas del arco triunfal (róleos con racimos, aves y palmetas)
y los frisos que anillan el edificio.
Muy destacados
también son bloques o sillares que funcionan a modo de capiteles
(capiteles-imposta). Además hay bloques de sillares tallados
con ángeles y personajes bíblicos.
Los dos
bloques que soportan el arco triunfal son similares. En ellos se
muestra a parejas de ángeles sujetando un medallón.
En uno, el medallón lo ocupa el sol y en el otro la luna.
Otros dos
bloques esculpidos llamarán nuestra atención. De nuevo,
en los dos las figuras laterales son ángeles, pero siendo
distintos los personajes, frontales. En uno para ser Cristo portando
una cruz y en el otro es una mujer, probablemente María.
Como se
ha indicado, exteriormente, la cabecera y muros del crucero de la
iglesia de Quintanilla de las Viñas
también cuentan con tres bellos frisos escultóricos
con racimos de uvas, flores, aves (muy atractivos son los faisanes),
cuadrúpedos, monogramas de tradición bizantina, etc.
Más
información de la Ermita
de Quintanilla de las Viñas
Ermita
de Santa María de Melque (Toledo)
La
iglesia de Santa María de Melque es uno de los mejor conservados
de la arquitectura visigoda y mozárabe.
Fue el templo de un monasterio
construido probablemente a comienzos del siglo VIII y que tras la
invasión musulmana, en un momento sin definir fue abandonado
y empleado como fortaleza por un poblado árabe, momento en
el que se construye sobre el crucero una torre.
El templo es de cruz latina
con tres naves rematadas en tres ábside de planta cuadrada.
Uno de ellos, el meridional, se ha perdido.
La iglesia de Santa María
de Melque ha sido muy restaurada y es visitable. Junto a la iglesia
hay un centro de interpretación para explicar la historia
y valor del edificio.
Más
información de la iglesia de
Santa María de Melque
San
Pedro de la Nave (Zamora)
La iglesia visigoda de San
Pedro de la Nave se encontraba en un valle que se cubrió
con un pantano, por lo que se tuvo que trasladar gracias a la intervención
del ilustre historiador Manuel Gómez Moreno.
Tiene una estructura muy
compleja que muestra una clara simbiosis entre la planta de cruz
griega y la planta basilical. Al oeste, hay tres naves separadas
por gruesos pilares. El crucero está destacado en planta
a través de dos estancias de las que no se sabe su función,
en la actualidad son puertas pero antes no se sabe si lo serían
o no, pero se explicaría por la existencia de una doble comunidad.
Esta hipótesis se ve reforzada por la existencia de ábside,
anteábside y coro. En ese caso, en la nave se celebraría
la Misa para la parroquia, mientras que el resto de la iglesia sería
para uso monacal. Junto al anteábside hay dos recintos muy
abiertos, por lo que seguramente serían sacristías.
Hay relieves en frisos por
toda la iglesia y en los capiteles de cuatro columnas que se encuentran
realzando el crucero. Esta escultura es también objeto de
controversia, pero actualmente se piensa que son del siglo IX o
X, fecha también del abovedamiento. En un capitel, está
representado el sacrificio de Isaac, en otro, Daniel entre los leones.
Estas dos escenas se encuentran coronadas por róleos en los
que aparecen aves que simbolizan las almas bienaventuradas que se
alimentan de la Eucaristía. En los otros dos capiteles, la
escena principal son temas de aves contrapuestas en uno y afrontadas
en el otro que giran sus picos para nutrirse de racimos de uvas,
con el mismo simbolismo.
Más
información de la Iglesia
de San Pedro de La Nave
Santa
Comba de Bande (Orense)
Santa Comba de Bande es
prototipo de iglesia cruciforme visigoda. Tiene forma de cruz griega
a la que se le añade por el este un ábside de testero
recto y al oeste un pórtico avanzado.
A ambos lados del anteábside
se abren a él dos estancias, igual que en la zona de los
pies existían otros cuatro recintos laterales, dos a cada
lado, que debían tener función monástica. El
coro estaba constituido por el brazo transversal de la cruz. Esto
presupone que las comunidades monásticas seguían en
dos grupos: uno en el anteábside y el otro en el coro, quizá
por ser monjes de distinta formación (los fámulos,
los inferiores, se colocarían en el coro) o quizá
porque era una comunidad duplo: una de hombres (colocados en el
coro) y otra de mujeres (colocadas en el anteábside), por
supuesto, cada uno con una entrada distinta y con estancias divididas,
la iglesia sería en este caso el elemento separador de ambas
comunidades.
Las dos estancias junto
al anteábside pudieran ser sacristías por su entrada
grande remarcada además por dos columnas pareadas.
Se desconoce cómo
era la condición original, ya que la actual procede de una
restauración del siglo IX, que se realizó probablemente
por un ataque de musulmanes, y con la que seguramente se quería
realzar la iglesia abovedándola sustituyendo una hipotética
cubierta de madera.
Los capiteles son de inspiración
romana, corintios, pero con una labra mucho más tosca.
Más
información de la Iglesia
de Santa Comba de Bande
San
Fructuoso de Montelios (Portugal)
En la vecina Portugal,
concretamente en Braga tenemos el interesante martyrium de San
Fructuoso, edificio de planta de cruz griega inspirado directamente
en el mausoleo de Gala Placidia.
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información sobre San
Fructuoso de Montelios
Cripta
de San Antolín de la Catedral de Palencia
La Cripta
de San Antolín de la Catedral de Palencia es un pequeño
espacio abovedado que probablemente serviría de martyrium
para la reliquias de este santo.
Son destacables
los arcos de herradura de la cabecera y las columas en que se prolongan.
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información sobre la Cripta
de San Antolín
Otros edificios
de datación más incierta, que se asignan a periodo
visigodo o mozárabe son San Vicente del Valle y Barbadillo
del Mercado (Burgos) Virgen del Val de Pedro y Castro (Soria), entre
otros.
La
orfebrería visigoda. El Tesoro de Guarrazar
La
orfebrería visigoda tiene su más importante exponente
en el llamado "Tesoro de Guarrazar". Durante la ocupación
musulmana algunos clérigos visigodos lo enterraron en el monasterio
de Santa María de Sorbaces, en la Huerta de Guarrazar, cerca
de Guadamur, localidad a pocos kilómetros de Toledo.
A mediados del siglos XIX
tal tesoro fue recuperado, aunque tras distintos avatares y robos
se han perdido diferentes piezas.
Se trata de un conjunto
donado por los reyes del Reino Visigodo, Suintila y Recesvinto -entre
otros- a la iglesia de Toledo como ofrendas votivas. Está
compuesto por cinco cruces y seis coronas de oro y pedrería,
destinadas a ser colgadas del techo. Su estilo procede del mundo
bizantino aunque con influencias germánicas.
Son de oro repujado, con
piedras preciosas y cristal de roca sin tallar; con perlas, cadenas
y letras colgantes que constituyen los epígrafes. La más
sobresaliente es, sin duda, la corona de Recesvinto, que tiene veintitrés
letras que forman la frase RECCESVINTHUS-REX-OFFERET.