Guía
del Románico en Almazán y sus Tierras
En este recorrido por las
Tierras de Almazán (en el centro y este de la provincia
de Soria), veremos interesantes monumentos románicos.
Ciertamente, el románico
en Tierras de Almazán presenta unas características
variadas -y en ocasiones contrapuestas- que se superponen en numerosas
iglesias:
- Rasgos mudéjares.
- Escultura silense.
- Sobriedad cisterciense.
Además de visitar
la histórica villa de Almazán con su románico
islamizado, visitaremos otros importantes monumentos como las iglesias
de Nepas, Nolay, Matamala de Almazán,
Barca, Maján, Perdices, Soliedra, Torralba
de Arciel y Viana de Duero.
El
románico de la ciudad
de Almazán
Almazán, durante el
siglo X, va a constituir una de las plazas fuertes fronterizas en
manos cordobesas que junto a Medinaceli y Gormaz va a jugar un importante
papel en las ofensivas musulmanas contra los reinos cristianos.
Por primera vez y de forma
muy provisional es conquistada por Fernando I en 1040. Su hijo Alfonso
VI recupera la ciudad definitivamente en el año 1098, pero
no sería hasta comienzos del siglo XII -1128- cuando Almazán
es repoblada establemente por Alfonso I el Batallador.
El hecho social más
significativo de la conquista y repoblación de Almazán
es que, en origen, se trata de una ciudad muy islamizada y que una
proporción mayoritaria de sus habitantes durante los años
del románico fueron mudéjares, lo que va a impregnar
de un acusado carácter islámico a sus construcciones.
Por una estadística
de templos de la diócesis fechado en 1353 se sabe que en aquellos
tiempos había doce parroquias, presumiblemente románicas,
de las que actualmente perduran restos en tres: San Miguel, San Vicente
y Santa María del Campanario.
Además de la influencia
musulmana en el románico de Almazán también hay
que apuntar la buena fábrica de sillería en que se construyeron
los edificios citados. Por otro lado, en Almazán se conserva
una de las escasas cabecera de tres ábsides de toda la provincia
de Soria. Nos referimos a la cabecera de Santa María del Campanario.
San
Miguel de Almazán
La iglesia más importante
de la ciudad de Almazán es la parroquia de San Miguel, declarada
Monumento Histórico Artístico el 3 de junio de 1931.
Se sitúa en la parte norte de la población, próxima
al tramo septentrional de la muralla, en la Plaza Mayor donde también
destaca el Palacio de los Hurtado de Mendoza. Precisamente esta situación,
junto al barranco que termina en las aguas del río Duero permite
ser divisada desde grandes distancias.
San
Miguel data de la segunda mitad del siglo XII y tiene tres naves,
siendo muy estrechas las laterales. La nave central se engarza a una
cabecera con tramo recto presbiterial muy prolongado y el correspondiente
ábside de semitambor.
Las naves laterales rematan
en absidiolos también de planta semicircular al interior pero
planos al exterior, como sucede en otras iglesias sorianas tales como
la también adnamantina de San Vicente o la Ermita de los Santos
Mártires de Garray o las iglesias de San Juan de Rabanera y
Santa María la Mayor de la capital.
Exterior
Tras las consabidas reformas
y reconstrucciones, del exterior de la iglesia de San Miguel de Almazán
nos queda el ábside y la parte inferior del cimborrio.
El ábside cuanta con
dos finas columnas y en los paños resultantes se abren sendos
ventanales muy maltrechos, aunque quedan algunos capiteles figurados
como una cabeza monstruosa o un hombre que parece coger sus genitales
en posición de cuclillas.
La
cornisa es caso único en el románico soriano -no así
en Galicia y Zamora- puesto que el alero es soportado mediante arquillos
trilobulados que gravitan sobre ménsulas tipo canecillos de
rollos. No obstante las iglesias románicas de Daroca (Zaragoza)
presentan evidentes similitudes y no hay que olvidar la influencia
aragonesa en Almazán al haber sido repoblada por Alfonso I
el Batallador, rey de Aragón.
Los capiteles de las columnas
entregas son vegetales. Sobre los cimacios se calaron cruces griegas
donde tanto la intersección como los extremos tienen forma
circular.
Una de las características
que hace destacable la iglesia de San Miguel de Almazán es
que este ábside está considerablemente desviado con
respecto al eje de las naves. Para dar explicación a este fenómeno
se barajan varias hipótesis. La más habitual -dado que
existen otros templos románicos con similar anomalía-
es que se quiso representa de este modo la inclinación de la
cabeza de Cristo en la cruz. No obstante no hay que descartar razones
más prácticas en relación a la orografía,
dada la proximidad del barranco del Duero.
Por otro lado, observamos
el cimborrio de sección octogonal de sillería, al que
se añadió un cuerpo de campanas de ladrillo mucho más
moderno. Presenta parecidas arcuaciones en la cornisa, aunque en este
caso los arquillos nos son lobulados sino apuntados. Los vanos de
iluminación también son apuntados al exterior y polilobulados
al interior.
Interior
Una vez estamos en el interior,
podemos intuir irregularidades serias en el trazado de la planta:
no sólo la cabecera está desviada del eje de la nave,
como ya anunciamos anteriormente, sino que los propios tramos de las
naves, incluyendo el del cimborrio, adquieren formas romboidales,
no cuadradas regulares.
Del interior de este templo
sobresale la forma de disponer la cúpula del cimborrio. Ésta
es octogonal, apoyándose sobre cuatro trompas con cinco baquetones
arqueados.
La cúpula, en sí,
se apoya sobre ocho arcos cruzados que apoyan por parejas en ménsulas
historiadas con forma de capitel. Estos esos arcos se cruzan formando
una hermosa estrella de sabor completamente califal cordobesa.
Dentro del repertorio escultórico
del interior de San Miguel de Almazán hay dos talleres perfectamente
distinguibles. Por un lado tenemos los de los capiteles de las naves
y los ventanales de la cabecera. Se trata de escultores rurales no
demasiado finos.
En cuanto a los motivos esculpidos
en estos capiteles no faltan las hojas carnosas con volutas en libre
remedo de los capiteles compuestos romanos; las piñas; los
leones en diferentes posturas, incluida una curiosa en que estos felinos
se encuentran sentados con tallos vegetales que parecen retenerlos
(quizás el escultor se basó en la frecuente representación
románica de monos atados con cuerdas); hombres semidesnudos
agarrando por el cuello parejas de pavos reales, etc.
El relieve de una de estas
cestas se ha interpretado como el pasaje veterotestamentario de Daniel
siendo respetado por los leones en el foso donde había sido
condenador a morir devorado por las fieras.
Sin embargo, las ocho ménsulas
mencionadas que forman parte de la estructura de soporte del cimborrio
pertenecen a unas manos mucho más cualificadas, dentro de lo
que se ha convenido en llamar estilo o corriente silense (Segundo
Taller del Monasterio de Silos y la Catedral de El Burgo de Osma),
con relieves más voluminosos y figuras más naturalistas
y detallistas.
Aquí aparecen los
habituales dragones enfrentados agachando sus cabezas, leones atrapando
a un cordero, una pareja de hombres luchando a lomos de arpías,
etc.
En el interior -ábsidiolo
norte- queda un frontal de altar algo deteriorado cuya iconografía
relata el asesinato de Santo Tomás Becket, arzobispo de Canterbury,
en 1170 por orden del rey inglés Enrique II.
Otros
edificios románicos de Almazán
Almazán, como se ha
dicho, conserva restos románicos en dos iglesias más.
Nos referimos a la iglesia de San Vicente, hoy convertida en
centro cultural y de exposiciones y la iglesia de Santa María
del Campanario.
De San Vicente queda el ábside
con dos columnas y modillones de rollos y la portada meridional de
semicirculares arquivoltas.
Interesante es la cabecera de tres ábsides de Santa María
del Campanario de Almazán. Lástima que las viviendas
anejas le resten perspectiva. De lo contrario sería una iglesia
más afamada pues sus líneas y volúmenes son de
una monumentalidad sobresaliente, a lo que no es ajeno la magnífica
sillería con que está construida.
Matamala
de Almazán
La
iglesia de Matamala de Almazán (A 10 Km. al oeste de Almazán)
nos regala, como tantas otras en la provincia de Soria, de una buena
puerta románica abierta en su costado meridional.
Las arquivoltas están
muy decoradas a base de motivos geométricos, como grueso sogueado,
bolas, baquetón liso y una especie de palmetas estrelladas.
Son especialmente interesantes
los capiteles de las columnas que nos muestra un rico repertorio de
animales fantásticos, en concreto dragones de rostro amenazante
y gesto agazapado (VER IMAGEN SUPERIOR).
Son las típicas bestias
del claustro silense, que se esparcen por todo el románico
castellano, y en especial el soriano.
Barca
A algo más de 10 kilómetros
de Almazán está el pueblo de Barca. Su iglesia parroquial
de Santa Cristina conserva una galería porticada románica,
algo alterada, como se puede comprobar en el ensanchamiento de la
puerta de ingreso que modificó uno de los vanos de la misma.
Los arcos de medio punto se
apoyan sobre columnas pareadas. Los capiteles son vegetales y geométricos.
En el extremo oriental de
este pórtico hay dos figuras de personajes muy deteriorados
y un capitel doble con arpías.
Perdices.
San Pedro Apóstol
A tan solo 8 km Al este de
Almázan se encuentra la población de Perdices.
Se trata de una población
recostada sobre una fuerte ladera, cuya parroquial de San Pedro ocupa
su extremo superior, por lo que sus vistas son de gran belleza.
El templo, en sí, se
conserva aceptablemente, todo de perfecta sillería. Tiene una
nave, dos portadas y la particularidad de un ábside de planta
hemidecagonal cuyos vértices son ocupados por columnas de capiteles
con pomas, piñas y grifos.
Muy interesante, por lo equilibrado
de sus proporciones, es la portada meridional que se abre sobre el
habitual arimez. Tiene cuatro arquivoltas muy abocinadas, planas o
de baquetón y adornadas con pomas, ajedrezados y estrellas.
Los apoyos son jambas y dos
parejas de columnas de piñas y motivos vegetales sencillos,
con la intermediación de una imposta formada por doble baquetón.
En el interior, la nave tiene
cubierta de madera, el arco triunfal es apuntado y doblado, apoyando
el arco interior sobre columnas pareadas, al estilo hispano-languedociano.
El presbiterio con bóveda de medio cañón apuntado
con dos fajones de refuerzo sobre ménsulas.
En cada vértice del
polígono absidal hay dobles columnas de los que parten cuatro
nervios que coinciden en la clave del arco de división entre
presbiterio y ábside. Este sistema de abovedamiento de transición
entre lo románico y gótico y muy usado en algunos templos
monasteriales cistercieneses retrasa su construcción probablemente
al siglo XIII. En esta rica estructura columnaria se tallaron diferentes
escenas de lucha entre hombres y monstruos y de monstruos entre sí,
aunque se han conservado deficientemente.
Nepas
Nepas tiene su parroquial
tardía y pobre al lado de la carretera. Tiene cabecera de sillería
con ábside semicircular con dos columnas de pomas y busto humano.
La puerta tiene tres arquivoltas planas sobre dos pares de columnas
de diversa figuración donde predomina los cuadrúpedos
con cabeza común. El interior está completamente reformado
en tiempos del gótico -siglo XVI.
Nolay
El
pueblo de Nolay tiene una buena iglesia de cabecera con tramo recto
presbiterial y ábside de planta semicircular con un par de
columnas de pomas dividiéndolo en calles.
Para variar la norma, esta
iglesia tiene dos puertas. La del muro norte es apuntada y está
cegada, mientras que la meridional lleva dos arquivoltas planas sobre
las jambas y una pareja de columnas con capiteles decorados con sencillos
motivos geométricos.
Los canecillos de los muros
y cabecera son mayoritariamente de nacela y de rollos. La nave se
cubre con madera mientras que el interior de la cabecera se conserva
bien, mostrando un arco triunfal ojival que descansa sobre dos semicolumnas
con capiteles de piña. El presbiterio se aboveda con medio
cañón apuntado y el ábside con bóveda
de horno.
Maján.
Virgen de la Concepción
Maján
tiene en su iglesia una de las más importantes muestras de
románico de este recorrido por las Tierras de almazán
e incluso de toda la provincia.
Se trata de la portada meridional
que se encuentra bajo un pórtico posterior y que harían
bien en eliminar las capas de pintura amarilla y ocre con que horrorosamente
la han pintado.
Muy lamentablemente, es la
ínica parte románica que se mantiene en pie tras la
plena reconstrucción del templo varios siglos más tarde.
La citada puerta posee tres
arquivoltas, la interior es plana con el borde abocelado. La central
dispone de un magnífico repertorio de tallas de carácter
silense de la mejor calidad, que incluyen personajes como obispo,
un hombre con un perro, dragones, arpías, un sagitario con
su arco, San Miguel alanceando al dragón, etc. que parecen
salidas de manos cercanas al taller del último Maestro de Silos.
La última arquivolta
también está finamente decorada con hojas envueltas
por tallos. Los capiteles de las cuatro columnas reiteran la figuración
silense de grifos, arpías, leones y cestas vegetales, todo
en buena conservación. Curiosa es la semejanza del capitel
de leones con uno del arco de entrada a la galería de Caracena.
Soliedra
En la iglesia de Soliedra,
de época románica sólo queda el ábside
realizado en perfecta sillería con cuatro columnas -sólo
se ven tres- de sencillos capiteles de pomas y una aspillera en el
cada paño.
El alero es soportado por
canecillos de triple rollo fundamentalmente, aunque posteriormente
se recreció el ábside toscamente con sillarejo. El muro
norte tiene canecillos de proa de nave y también quedan canecillos
en el porche que protege la portada gótica.
Torralba
de Arciel
La parroquial de Torralba
de Arciel se sitúa a alas afueras del pueblo junto al río
Rituerto y parece hermanada con la de Peroniel del Campo. Sobre una
masa rocosa se construyó un zócalo de sillería
sobre el que edificar el ábside de semitambor, edificado con
mampostería e hiladas de sillería. Éste fue recrecido
en época posterior por lo que el alero con sus canecillos y
los capiteles de las columnas han desaparecido. En la calle central
hay un ventanal de arquivolta muy apuntada sobre columnillas de capiteles
vegetales.
La portada meridional tiene
cuatro arquivoltas lisas con guardapolvos que apoyan sobre las jambas,
por encima un rudo tejaroz con canecillos simples y maltratados.
En el interior, el arco triunfal
es apuntado y descansa sobre dos semicolumnas con capiteles interesantes
por su originalidad. En uno de ellos dos caballeros pugnan armados
con lanzas, mientras que en el otro un león y una arpía
rodean un castillo del que salen rayos de luz. El motivo de los caballeros
en duelo es más propio en el románico del suroeste provincial,
como Caracena y Tiermes y la población guadalajareña
de Campisábalos.
Viana
de Duero
Viana de Duero se encuentra
a sólo 9 Km. de distancia de almazán, en dirección
nordeste. Posee en su parroquial un ábside que en su rudeza,
imita a los más clásicos y nobles del estilo románico,
es decir, con muro en semitambor seccionado verticalmente con cuatro
columnas con capiteles de volutas y piñas que apoyan sobre
un alto podio, todo hecho de buena sillería.
Un sólo ventanal, hoy
cegado, de arquivolta sobre par de columnas vegetales anima el paño
central. Sencillos capiteles de rollos dispuestos horizontal o verticalmente
de tradición musulmana soportan el alero.
En el interior, el arco triunfal
es apuntado y está apoyado sobre dos haces de dos columnas
con capiteles corridos, solución de origen francés que
encontramos en Perdices y en Nuestra Señora del Rivero de San
Esteban de Gormaz.
La portada es muy sencilla
de dos arquivoltas planas sobre las jambas.
Posiblemente uno de los aspectos
más importantes de la iglesia de Viana de Duero es que existe
una inscripción que la data en 1239.