Características
del románico en Soria
El
románico soriano es abundante, tardío y de carácter
eminentemente rural.
Posiblemente
es esta identificación con el mundo aldeano es lo que más
alicientes proporciona al viajero, que en cualquier pueblo casi deshabitado
puede encontrar una pequeña joya románica.
Destaca como
elemento arquitectónico fundamental la galería porticada.
Invento soriano que tuvo éxito en todo el románico meridional
castellano, sobre todo en la provincia de Segovia y norte de Guadalajara.
Las influencias
sufridas y recogidas en el románico soriano se pueden clasificar
en:
Influencia
silense
El románico soriano, como ocurre con el burgalés, palentino
y segoviano está muy impregnado de la estética de la
escuela creada por el último taller que trabajó en los
costados occidental y meridional del claustro de Santo Domingo de
Silos.
Esta corriente
escultórica deja en sus tallas una estética obsesionada
por los monstruos maléficos: arpías, dragones, grifos,
etc., de expresiva ferocidad, en ocasiones enredados en vegetación
y hojas de acanto y zarcillos.
Este último
taller que trabajó en el claustro bajo va a imponer una "moda"
que se extiende por casi toda Castilla a lo largo de los cuatro puntos
cardinales.
No es posible
asegurarlo, pero posiblemente la escuela silense recabaría
rápidamente en la desaparecida catedral románica de
Burgo de Osma y de aquí se difundiría a lo largo y ancho
de la provincia, con especial presencia en la zona central y occidental.
Aunque la calidad y fidelidad a la escuela silense es diferente de
unos lugares a otros, el número de construcciones deudoras
con esta escuela es amplísimo.
Mencionaremos
aquí tan sólo los templos de Caracena, Tiermes, Villasayas,
Omeñaca, Arganza, Garray, Matamala de Almazán, Lodares
del Monte, Maján, La Cuenca e incluso muchos capiteles del
claustro de San Pedro de Soria.
Influencia
musulmana
La numerosa población mudéjar, que se funde con los
nuevos repobladores y que sobre todo en zonas muy rurales se van a
encargar de trabajar en las obras de construcción de los templos
de las aldeas, impregna de un acusado orientalismo al románico
soriano.
Desde la probable
aportación que autores mudéjares realizan levantando
la primera galería porticada en San Esteban en la que dejaron
su impronta a través de capiteles con personajes morunos, los
detalles de gusto musulmán, como la obsesión por la
compleja decoración geométrica se extienden por casi
toda la provincia.
En
la región de Almazán abundan las iglesias con cornisa
soportada por arquillos sujetos por canecillos de rollos, como San
Miguel de Almazán y las cabeceras de Caltojar y Bordecorex.
En los casos
más simplificados, los arquillos desaparecen pero permanece
tal tipo de canecillos. Un ejemplo de la mayor raigambre musulmana
en esta comarca es la cúpula cordobesa de la iglesia de San
Miguel de Almazán.
Especial mención
requiere el sorprendente templo de Los Llamosos, donde la propia planta
del edificio y todos sus arcos son de herradura. Casi se podría
decir que se trata de una iglesia mozárabe con decoración
románica.
Influencia
francesa
Sólo aparece y de forma aislada y puntual, a finales del siglo
XII en la capital. Se atribuye a la promoción personal de Leonor
de Inglaterra, esposa de Alfonso VIII, la edificación de Santo
Domingo que no sólo es un hito único en el románico
castellano sino que no va a tener, probablemente por su complejidad
y carestía de medios, ninguna influencia posterior en el románico
rural.
Influencia
aragonesa
Penetra desde el noreste y deja algunos monumentos sorprendentes como
las torres de Yanguas y Ágreda.
Influencia
cisterciense y de las Órdenes Militares
A diferencia de otras provincias cercanas como Burgos, Segovia, Valladolid
o Guadalajara donde los asentamientos de monasterios cistercienses
fue muy numeroso durante la segunda mitad del siglo XII y la primera
del XIII, en el territorio que conforma la actual provincia de Soria
sólo se funda Santa María de Huerta.
Es por esta razón
que su influencia en el románico soriano es secundaria respecto
a otras corrientes. Como es previsible, se deja sentir ya entrado
el siglo XIII, en comarcas no muy alejadas de los monasterios de Veruela
(En Zaragoza, pero cercano a Ágreda) y Santa María de
Huerta. Podemos atribuir a esta influencia las portadas de Muro de
Ágreda y Caltójar, entre otras. También algunas
portadas de la villa de Ágreda se han de relacionar con Veruela.