Guía
del Arte Románico en Los Valles Pasiegos: Pas, Pisueña
y Miera
La hermosísima
comarca cántabra de los Valles Pasiegos está
formada por los Valles del Pas, Pisueña y Miera.
Situada al
este de Cantabria, los Valles Pasiegos constituyen uno de los ejes
sur-norte de la comunidad y una de sus tierras más vírgenes
y auténticas.
Características
del románico en la comarca de Valles Pasiegos
El
Románico de la comarca central de los Valles Pasiegos no es tan abundante
como en las vecinas comarcas de Campoo, Saja, Nansa y Besaya. Sin
embargo es un románico de gran calidad, que no decepcionará a nadie.
Conectado
al románico pleno, es curiosa la abundancia de leones esculpidos en
canecillos y capiteles de este románico de los Valles Pasiegos. No
parece un mero hecho casual, sino que los talleres que trabajaron
en estas iglesias quisieron emplearlo con un mensaje simbólico definido.
Hay que recordar que el león es, con diferencia, el animal con mayor
polisemia simbólica de todos los que campan por la escultura románica.
En este apartado
abordamos los siguientes monumentos: la Colegiata de Santa Cruz de
Castañeda, la iglesia de San Andrés de Argomilla de
Cayón y la muy próxima de Santa María de Cayón.
Iglesias
y colegiatas románicas en Valles Pasiegos
Colegiata
de Castañeda (Santa Cruz)
Santa
Cruz de Castañeda fue en origen un monasterio cluniacense,
aunque luego pasó a ser colegiata agustiniana.
Los edificios
que forman el conjunto debieron construirse con celeridad lo que le
confiere un aire unitario y homogéneo de gran personalidad
románica, aunque también sufrió añadidos
posteriores.
Se trata de
un extraordinario edificio, una de las grandes joyas del románico
de los Valles Pasiegos, que tiene la ventaja de presentarse ante el
espectador exento, libre de otros edificios cercanos, por lo que su
contemplación exterior es un deleite.
Originalmente
era de tres naves, con crucero, cimborrio, cabecera triabsidal y torre
campanario al mediodía. Algunas amputaciones en las naves y
añadidos varios no han logrado menoscabar su bella estampa.
La portada
se encuentra en el muro occidental y recuerda la estética cisterciense
al estar compuesta por amplísimas arquivoltas sin decoración
sobre jambas y columnas con capiteles de cuadrúpedos.
El interior
de la cabecera es armoniosa y proporcionada, a lo que no es ajeno
la articulación de arquería mural sobre columnas de
rica iconografía.
La contemplación
de la cúpula que soporta el cimborrio es extraordinaria. Dicha
bóveda semiesférica se ajusta a los arcos torales mediante
preciosas trompas.
Más
información de la Colegiata
de Castañeda
San
Andrés en Argomilla de Cayón
La
iglesia de San Andrés de Argomilla de Cayón es
una de las pequeñas joyas del románico de Cantabria.
En ocasiones se ha visto eclipsada por su vecina Santa María
de Cayón.
Se encuentra
sobre un pequeño cerro, enfrente del renacentista Palacio de
Ceballos, que inexplicablemente todavía se usa como establo
de vacas.
Por su escultura,
decoración y otras características, la iglesia de Argomilla
parece pertenecer a un románico "de buena época"
que se situaría en la primera mitad del siglo XII. Se ha aventurado
la posibilidad de que, inicialmente, fuera la iglesia de una abadía
que con el tiempo pasó a depender de los Ceballos. Sin embargo,
no hay pruebas documentales de ello.
Consta de una nave rectangular que se engarza
a la típica cabecera de tramo recto y ábside semicilíndrico.
Con posterioridad se realizaron una serie de añadidos, como
la galería adosada que incluso mutila parcialmente la portada, la
sacristía que hace lo propio con un ventanal y la torre campanario.
Exterior
La portada está en el muro
occidental cobijada por el citado campanario. Es de buena hechura
con cinco arquivoltas decoradas con boceles, ajedrezados y otros motivos
geométricos. Los cuatro capiteles de esta puerta, como era
de esperar dada la temprana construcción del edificio a comienzos
del siglo XII, se centra en temas y el bestiario propios del románico
pleno: seres humanos, luchas y combates, leones y aves. En uno aparecen
dos leones en combate mordiendo sus respectivos lomos.
En otro, quien lucha es un hombre
subiéndose encima, mientras otros personajes parecen haber amansado
a la bestia. Podríamos estar ante el simbolismo de dominio de las
pasiones. También hay otra cesta con numerosas aves y un episodio
entre varios hombres de difícil interpretación iconográfica y simbólica.
El
ábside se articula de manera bastante clásica: dos columnas
entregas lo dividen en tres paños verticales, con un ventanal
no demasiado grande en cada uno, aunque el meridional está
tapado por la sacristía.
Lo mejor del ábside es su magnífica
colección de canecillos historiados, donde el león vuelve
a ser uno de los grandes protagonistas de su iconografía. En
uno de ellos un león adulto parece transmitir el aliento vital
a una pequeña cría.
El interior de la cabecera de la iglesia
de Argomilla de Cayón se encuentra desnuda a la vista, sin
retablos ni otras decoraciones posteriores.
Se aprecia un arco triunfal un tanto recompuesto
y rebajado tras haber cedido por el peso de las dovelas. Rápidamente
nuestra mirada se dirige a los dos espectaculares capiteles de este
arco triunfal. En uno de ellos un personaje se encuentra cogiendo
las colas de leones. Éstos aparecen en actitud, unos, de apresar a
un cordero y otro de portar una bolsa. En el capitel de enfrente,
una figura, quizás femenina, se encuentra sujetando el cuello de sendas
aves.
Cuando uno abandona la iglesia de San Andrés
de Argomilla de Cayón con la mente en su escultura no puede evitar
recordar las tallas de la vecina colegiata de Castañeda con la que
sin duda está emparentada. Pero no sólo eso, sino que algunas escenas
de combate hombres-leones nos recuerdan vivamente temas del románico
pleno vistos en Frómista.
Santa
María de Cayón
La iglesia románica
de Santa María de Cayón posiblemente tuvo una
predecesora prerrománica, de comienzos del siglo IX, denominada
Santa María de Pangorres.
Sin embargo, lo más
antiguo de la iglesia actual que contemplamos -la cabecera- es de
la segunda mitad del siglo XII, tardorrománica. Probablemente
se amplió el edificio todavía en tiempos románicos
añadiéndole el transepto. Contamos también con
la hiperaustera puerta del muro oeste.
Posteriormente, se abovedó
la nave con bóvedas de crucería estrellada tardogótica.
La cabecera es lo más
monumental por sus grandes proporciones y lo más interesante
que nos ofrece este templo, tanto al exterior como en el interior.
Exterior
El
tambor absidal queda seccionado en tres calles por dos haces columnas
adosadas a pilastras. Los tres ventanales están muy trabajados,
con doble arquivolta de medio punto y cuatro columnas. Muchos de los
canecillos de esta parte de la iglesia son historiados, con animales
monstruosos, personajes, músicos, etc.
Su portada occidental es tardía
e influida por la austeridad cisterciense, como muestra su amplia
corona de arquivoltas completamente planas y lisas sobre jambas.
Interior
Hasta hace no muchos años,
un gran retablo cubría el interior del muro absidal. Actualmente
se ha trasladado a otro lugar de la iglesia y las partes románicas
lucen con espectacularidad.
Además del arco triunfal
apuntado (esto nos confirma una fecha de erección posterior
a 1150-1160) y los ventanales, se aprecia una preciosa doble arquería
mural de arcos sobre columnas de similares hechuras a la de Santa
María de Bareyo, en la comarca de la Costa (Trasmiera).
Los capiteles del arco triunfal
se ocupan ambos de evidentes lances guerreros entre cristianos y musulmanes
(identificados ambos por el distinto tipo de escudo) donde participan
caballeros e infantes (hay quien identifica a estas figuras, con poca
probabilidad, de menos tamaño como posibles muñecos).
En la arquería inferior
los capiteles se centran en cabezas humanas y simiescas entre volutas,
además de un Green Man y una palmera (¿Árbol
de la vida?).
La escultura de la arquería
superior se apega más a las figuras geométricas y vegetales,
si bien hay dos excepciones de figuración extraña y
misteriosa. En uno de los capiteles aparecen dos personas vestidas
de diferente forma: saya corta uno y capa larga la otra. Más
extraño es la otra cesta citada donde un personaje se encuentra
tumbado horizontalmente mientras otros dos de pie lo sujetan con sus
brazos.
Comparada la anterior iglesia
de San Andrés de Argomilla de Cayón con la de Santa
María de Cayón, ésta parece unas décadas
posterior, al menos es lo que nos indica algunas de sus partes, como
las formas de la portada occidental, algunos elementos decorativos
(rombos en cimacios y guardapolvos) y las mañas mucho más
populares de los escultores.