¿Qué
fue la peste negra?
La
"peste negra" es el nombre dado por los historiadores
a la peor epidemia sufrida por Europa en toda su historia. Para
los contemporáneos era simplemente la "gran peste",
la magna pestilentia en los documentos latinos de la época.
Se originó en el Lejano Oriente, probablemente a principios
de la década de 1330-1340, y en 1346 apareció en
las factorías italianas de Crimea; al año siguiente
se había extendido hacia Constantinopla y el Mediterráneo
oriental, llegando a Sicilia y a los puertos del Adriático
a finales de 1347. A principios de 1348 estaba en Genova, y desde
aquí se propagó durante 1348 y 1349, desplazándose
lenta pero incesantemente desde el sudeste al noroeste. A la península
Ibérica llegó en 1348 y a ella alude la Crónica
de Alfonso XI.
Su
avance tuvo causas a veces casuales. Por ejemplo, llegó
a Noruega en un barco que llevaba telas de Inglaterra a Flandes:
todos los marineros murieron en el mar y el barco fue a la deriva
hasta quedar varado cerca de Bergen.
Tanto
su progresión local como sus efectos fueron muy irregulares
y variables, pues mientras algunas pequeñas localidades
quedaron prácticamente arrasadas, otras no sufrieron daño
alguno. Londres, París y Florencia, por ejemplo, fueron
muy afectadas, mientras que Milán, Lieja y Nuremberg escaparon
con daños relativamente de menor importancia.
La
"peste negra" fue el inicio de una era de temibles epidemias
en Europa, donde llevaban ocho siglos sin conocerlas. En el siglo
XIV, la peste se hizo endémica y durante cerca de cuatrocientos
años se produjeron diversos brotes de fatales consecuencias
(peste de Milán en 1576, de Londres en 1665, etc).
Peste
Bubónica
Se
trataba, en gran parte, de la llamada peste bubónica, transmitida
de la rata al hombre a través de las pulgas. Provocaba
grandes hinchazones (bubones) en las axilas e ingles y, aunque
no necesariamente mortal, en los casos graves la muerte se producía
con rapidez, en ocasiones, pocas horas después de sus primeras
manifestaciones. En el brote inicial de la década de 1340-50,
la peste fue de tipo pulmonar, en la que el bacilo se alojaba
en los pulmones y causaba neumonía. Muy contagiosa, era
casi siempre mortal. Al revés que la peste bubónica,
que se propagaba sobre todo en verano, la pulmonar era especialmente
virulenta en los meses fríos del invierno.
La
"peste negra", o peste pulmonar, en su primera aparición
en Europa, fue la peor de cuantas epidemias se produjeron después.
Arrasó tanto la ciudad como el campo, mientras que los
brotes posteriores quedaron confinados fundamentalmente a las
ciudades, donde las ratas y los hombres vivían en estrecho
contacto. La elevada mortalidad puede explicarse también
por su novedad, ya que atacaba a una población que no presentaba
ni inmunidad clínica, adquirida a través de la exposición
de los individuos a la enfermedad y el desarrollo de defensas
naturales, ni inmunidad genética, adquirida por la descendencia
de quienes habían sobrevivido a ella y, por tanto, tal
vez tuvieran mayor resistencia.
Víctimas
de la peste
Es
imposible determinar qué proporción de la población
europea murió víctima de la "peste negra".
En aquella época no existían registros funerarios
ni censos que proporcionen información exacta, y los escritos
medievales estaban poco acostumbrados a emplear estadísticas
precisas; así, cuando el italiano Boccaccio nos dice que
entre mayo y julio de 1348 murieron en Florencia más de
100.000 personas, la cifra sólo puede tomarse como indicativa
de una cantidad muy considerable, puesto que no tenía a
su disposición medio alguno para hacer una estimación
precisa.
Incluso
en los casos en los que existen datos precisos sobre el índice
de mortalidad entre un grupo concreto de personas, la enorme fragmentación
de los brotes epidémicos hace muy difícil llegar
a conclusiones generales.
Se
sabe que en algunas diócesis murieron muchos párrocos,
pero los cuidados que dispensaban a los enfermos pudieron hacerlos
especialmente vulnerables.
Dado
su carácter infeccioso, la enfermedad alcanzó a
todas las clases sociales. En la historia de España es
conocido el caso de Alfonso XI, rey de la Corona de Castilla y
celebrado triunfador en la Batalla del Salado en 1340 contra la
invasión de los benimerines. Sin embargo, el monarca salmantino
no pudo vencer a la Peste Negra que le mandó a la tumba
en marzo de 1350.
Porcentaje de fallecidos
Con
arreglo a las pruebas disponibles, la mayoría de los historiadores
consideran que murió entre el treinta y el cuarenta por
ciento de la población en los países y regiones
más afectados. Otros autores hablan de un cinco por ciento,
pero con semejante nivel de mortandad resulta muy difícil
explicar algunos aspectos de los cambios sociales y económicos
que se produjeron después del desastre.
Estos
cambios fueron fundamentales y generalizados, si bien su naturaleza
exacta refleja la especial estructura social y económica
de los diversos países y que, como es natural, difería
mucho de un caso a otro. Las fuentes históricas inglesas
relativas al siglo XIV son excepcionalmente completas, comparables
sólo a las italianas, y han sido, por ello, muy estudiadas.
Los efectos de la "peste negra" en Inglaterra pueden
considerarse, por tanto, como ejemplo ilustrativo de lo que sucedió
en otros países, con las salvedades y limitaciones correspondientes.
En
todas partes cabe distinguir claramente entre las consecuencias
inmediatas de la epidemia y los cambios a largo plazo, mucho más
importantes, derivados de la repentina y catastrófica reducción
de la población.