No hace falta recordar aquí que los calvinistas,
en razón de su doctrina de la predestinación, fueron
grandes y graves impulsores del racismo en aquellas tierras donde
arraigaron (por ejemplo, Sudáfrica)

La Inquisición española bajo el
prisma de la Leyenda Negra
Los miembros de la Inquisición Española
frecuentemente aparecen en la literatura, el cine, las series
de televisión como crueles fanáticos persiguiendo
y quemando a multitudes formadas por brujas, protestantes, musulmanes,
judíos y disidentes de todo tipo.
La exageración y la miopía que se muestra
por parte de muchos incultos voceros son del todo indignantes,
sobre todo cuando proceden de países como los del centro
de Europa donde el protestantismo y el calvinismo ejercieron una
verdadera represión durante los primeros siglos de la Modernidad.
Hay que recordar que sólo en Alemania fueron quemadas 25.000
mujeres por brujas.
Además, la propaganda inglesa, francesa y
holandesa se encargó de exagerar algo que las "inquisiciones
protestantes" realizaban con todavía más violencia
y en menos tiempo.
Dos de los personajes que más expandieron
el mito de la extrema crueldad y fanatismo de los inquisidores
españoles fueron John Foxe y Guillermo de Orange.
El primero fue un escritor inglés afincado
en Holanda que hizo un relato repleto de errores sobre las víctimas
de la Inquisición Española a la que consideraba
un verdadero martillo de protestantes.
Más grave fue la propaganda vertida por Guillermo
de Orange, líder protestante alemán con el que la
Inquisición española adquirió su fama de
tribunal monstruoso.

Breve historia de La Inquisición Española
El dominico sevillano Alonso de Ojeda, convenció
a la reina católica, Isabel I, durante su estancia en Sevilla,
entre 1477 y 1478, de la existencia de prácticas judaizantes
entre los conversos andaluces. Un informe solicitado por los reyes
a Pedro González de Mendoza, arzobispo de Sevilla y al
dominico Tomás de Torquemada, confirmó este hecho.
Para acabar con los falsos conversos, decidieron
que se introdujera la Inquisición en Castilla. Pidieron
al papa Sixto IV en 1478 su consentimiento. Desde su nacimiento
en este mismo año el nombramiento de los inquisidores era
competencia de los monarcas.
Aunque oficialmente su fundación se fija en
el año 1478 en el reino de Castilla, lo cierto es que el
entramado de la institución no estuvo organizado hasta
dos años después: 1480.
El proceso fue más lento en Aragón,
pues la Inquisición del siglo XIII aún seguía
vigente. Ello no impidió al rey Fernando comenzar las reformas
designando a Tomás de Torquemada Inquisidor General de
la Corona de Aragón en 1485 y a los dos primeros inquisidores
de Zaragoza. Poco después, fueron establecidos otros dos
en Valencia y Barcelona, respectivamente.

Esta medida fue desaprobada rotundamente por las
autoridades aragonesas pero el asesinato del Inquisidor de Zaragoza
el 13 de septiembre de 1485 convenció a los poderes civiles
de la existencia de la herejía en los dominios de Fernando
el Católico, pues el crimen se atribuyó a un judaizante.
Tras esto, Tomás de Torquemada se consolidaría como
máximo responsable de la Inquisición, tanto para
Castilla como para Aragón.
El periodo de Torquemada y sus primeros sucesores
(hasta 1530 aproximadamente) fue la más negativa en cuanto
a procesos y ejecuciones en la hoguera. No obstante hoy se rebate
el exagerado número de víctimas aducido por algunos
autores durante ese primer medio siglo.
Recientemente el profesor Henry Kamen de las Universidades
de Edimburgo y Warwick, miembro de la Royal Historical Society
de Londres ha rebajados la cifra a 2.000 personas hasta 1530.

Esto no quiere decir que el número de procesos
inquisitoriales durante los primeros 50 años de actuación
(1480-1530) de la Inquisición Española fuera pequeño.
Pero de los decenas de miles de investigados menos de un 2% acababan
en la hoguera, como explicaremos posteriormente.
A partir de 1530 la actividad de la Inquisición
fue relajándose así como el porcentaje de ejecuciones
frente al total de los procesos.
Hubo un rebrote al descubrirse un grupo de judeoconversos
en Quintanar de la Orden en 1588.
A comienzos del siglo XVII retornan a España
algunos judeoconversos instalados en Portugal, huyendo de las
persecuciones de la Inquisición Portuguesa, instaurada
en 1532.
En 1691, en varios autos de fe fueron ejecutados
36 judeoconversos mallorquines.
Finalmente, a lo largo del siglo XVIII se redujeron
grandemente los procesos. El último fue en 1818.
Relación entre el número de casos
investigados y las condenas a pena de muerte
Como se ha indicado en el apartado anterior, el porcentaje
de reos de muerte fue afortunadamente muy pequeño en comparación
con los procesados. La causa de esta desproporción es simple:
muy pocos reos eran finalmente condenados a morir. Los castigos
se pueden clasificar en: